𝔈𝔭𝔦𝔩𝔬𝔤𝔬

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Epílogo.

Un día después de la pelea.

El sabor amargo de la decepción esta plasmado en todo mi ser.

Siento mi pecho arder, mi cuerpo temblar y los ojos me duelen de tanto llorar.

Me siento perdida, completamente fuera de lugar y no se como diablos manejar esto que siento, que me consume conforme pasan los minutos.

Me he quedado sola, pues me ha abandonado la perdona que más he amado en la vida.

—Aquí está —dice Heinz, entrando a la habitación.

Sigo mirando por la ventana, ignorando el hecho de que dentro de unos minutos tendre que marcharme en un avión rumbo a Turquía.

Rachel ha tenido que irse también y ha decir verdad, me ha dolido muchísimo su despedida. Pero sé que estará bien, ya que Efraín cuidará de ella.

Escucho la puerta de la habitación cerrarse y una lagrima recorre mi mejilla mientras observo la vista que tengo desde el segundo piso.

Esta será la última vez que mirare esta casa. Casa en la que viví varios meses y en la que tengo demasiados recuerdos.

Me doy la media vuelta y camino hacia el tocador, donde yace la hoja de papel y la pluma que pedí.

No se como voy a seguir adelante, no se lo que le depara allá afuera.

Me siento como una niña ingenua e indefensa.

Como me gustaría tener a Aedion frente a mi para reclamarle sus falsas promesas. Como me encantaría decirle lo cobarde que ha sido al dejarme aquí con mis problemas, por huir, por no luchas junto a mi como se supone que debía hacerlo.

La furia me carcome y no puedo evitar llorar por el maldito coraje que hace erupción en mi interior.

Solo me ha utilizado....

Me miro en el espejo y al instante siento repulsión por mi misma.

«Te dejó por ser una miserable, una buena para nada»

Las ojeras bajo mis ojos, mi cabello crespo y mi cara extremadamente delgada solo le confirman que me veo como la peor porquería de todas.

«Te ha dejado porque ni siquiera supiste cuidar de su hijo»

Quizá después de todo Dominik tenia razón; Aedion no me amaba en lo absoluto.

Pero yo si lo amo a el.

Y duele, duele demasiado que todo haya sido una mentira, un engaño...

Tomo la pluma con los dedos temblorosos. Unas cuantas lágrimas caen sobre la hoja, pero da igual, me planto a pensar que es lo que le diré.

Está carta llegará a Aedion, Becka me ha prometido entregársela.

Carta:

No se si esto llegue a tus manos. Ni siquiera sé si la leerás o la tiraras.

Pero solo quería decirte un par de cosas antes de irme de aquí para nunca volver.

LETAL . #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora