ℭ𝔞𝔭𝔦́𝔱𝔲𝔩𝔬 42

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Porcelana.

𓏲 ๋࣭     ࣪ ˖        ⋆ ࣪.     ˖ ࣪⭑      ˖ ࣪ ٬     ุ๋ ⸱

Angeline.

—¿Que pasa? —le pregunto a Aedion, al ver que hace una mueca cuando cuelga el teléfono.

—Mi padre está en Alemania con mi madre —responde—. He discutido con el.

—¿Por qué?.

Se sienta a mi lado en la cama y lo miro atenta mientras se pone su pantalón de pijama.

—Mi madre dijo que todo este rato me he portado muy mierda con ella.

Frunzo el ceño.

—Y es mentira —asumo.

—No —suspira—. No coincido mucho con mi madre y por tener opiniones diferentes a ella ya cree que la estoy retando.

—Oh... —digo.

Miro el reloj en mi teléfono y veo que son las tres de la madrugada. 

Luego de salir del trabajo y de hablar con el equipo, Aedion me llevó a cenar a un restaurante muy elegante, me llevó al centro comercial a comprar todo lo que yo quería y me regalo un brazalete de diamantes. Toda mi noche estuvo tan bien que no quise arruinar los planes, así que me reserve la noticia del embarazo.

—¿A donde vas? —le pregunto al ver que se pone sus zapatos.

—No quiero estar aquí, iré a tomar algo al bar —dice y se pone de pie para luego ir por su camisa.

Hemos terminado en un hotel, y no habíamos parado de hacerlo hasta hace una hora, que fue cuando su padre le marco. Desde entonces lo vi peleando en el balcón de la habitación.

—¿Quieres que...—empiezo a preguntar, pero me interrumpe.

—No —dice, pero para mi sorpresa, suena más brusco y enojado que antes—. Quédate, quiero estar solo.

Ni siquiera termina de abrocharse la camisa cuando ya se encuentra saliendo de la habitación. 

Me quedo con la sabana cubriendo mi pecho y no puedo evitar ponerme a llorar.

No se como mierda voy a decirle, pero ahora no creo que sea el maldito momento.

Termino acostada, tratando de conciliar el sueño pero me es imposible, así que me siento un rato a leer en una aplicación de libros mientras espero a que Aedion regrese, pero no lo hace.

Cuando dan las siete de la mañana me meto a bañar y me coloco la ropa de ayer. Luego salgo de la habitación y bajo a la recepción a entregar las llaves de la habitación, y mientras tanto le doy una mirada al bar, el cual se encuentra vacío.

Termino saliendo del hotel y tomo un taxi.

Miro por la ventana y mientras avanza empiezo a imaginar como seria mi vida con un bebé.

No tendría que preocuparme por el dinero, pues eso tenemos de sobra, pero ¿que pasará con todo el peligro que rodea a sus padres?. Yo más que nadie sabe como fue crecer sabiendo que en cualquier momento las personas que quiero pueden desaparecer, y no quiero eso para el bebé.

No quiero que crezca entre angustias, entre armas, presiones y gente que quiera acabar con su existencia. Prefiero mil veces quedarme sin un peso a darle una vida como esa.

Quizá Aedion y yo por fin coincidamos en algo.

Y si no quiere a su hijo estoy segura que yo sola podré, aunque eso me parta el corazón.

LETAL . #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora