Quiero Ser su Mujer

Victoria

Un amanecer nunca había sido tan perfecto podía apreciarlo de una manera única a través de sus dorados ojos, la luz rojiza envolviendo ese lugar donde se esconde el rey del cielo el magnifico sol mientras que el resto del cielo no es más que un montón de color violeta aun se puede divisar en el pequeños puntos titulantes que no son mas que brillantes estrellas que van desapareciendo con la llegada del sol, pero pronto todo cambia y una luz rosácea va llenando el cielo poco a poco anunciando por fin la entrada triunfal de gran sol que al deleitarnos con su presencia todo se vuelve dorado, las montañas verdes bañadas con su luz son una autentica obra de arte, esa luz hermosa parecía traer con ella un nuevo comienzo.

El peli plata nunca había ansiado tanto un amanecer como ese, jamás le habían parecido tan perfectos casi irreales y es que se sentía también que no podía dejar de sonreír. La tenia a ella otra vez a su lado podía esperar su aroma, sentir su piel podía besar sus labios y escuchar su voz, quizás era un buen momento para morir todo parecía ir también que podría descansar en paz.

-Soñando despierto querido amigo- le interrumpió Miroku.

-No digas tonterías-

-Debemos marcharnos ya antes de que Kagome despierte he informado a Sango-

-Perfecto y ¿Qué le dirá? –

-Una emergencia en una aldea vecina-

- ¿Qué vas hacer mientras voy?

-Buscare la compañía de alguna bella dama por supuesto Inuyasha- rio con gracia

-No cambias Miroku si Sango se diera cuenta-

-Me mataría, pero no va a pasar-

-Me voy cuando regrese voy a buscarle Monge-

-Inuyasha debes ser muy precavido con lo que le duras a la madre de la señorita Kagome, es mejor que no le digas que una espada la atravesó-

-Tienes razón le diré que se resbaló golpeándose la cabeza y ya no recordó lo que paso-

-Nos vemos amigo-

Sabían que Kagome pronto regresaría a la época actual así que acordaron que él iría para contar lo sucedido para que ellos no le hablaran de aquella terrible situación y eliminaran cualquier indicio de ello. Inuyasha corrió al pozo debía hablar con Naomi sobre lo sucedido con Kagome era mejor que ella no recordara que no recordara nunca ese maldito día, salto sin pensarlo y fue recibido por unos destellos de luz que lo transportaron al futuro. El olor de la familia Higurashi llegó a su sensible nariz, salió del pozo y se fue directo a la casa el primero en ver lo fue Sota.

-Inuyasha- grito corriendo hasta él lagrimeando un poco.

Al escuchar Naomi lo que Sota había dicho salió corriendo para ver a Inuyasha el cual estaba tan sorprendido nunca lo habían recibido así.

-Esta allá Kagome esta con ustedes en el pasado dime Inuyasha, estoy desesperada tengo semanas sin saber de ella y después de lo que paso yo me estoy volviendo loca he pensado lo peor no he dormido ni comido, solo he rezado para que ella este bien-

-Es que Kagome nos les dijo ella esta conmigo hace varios días-

Naomi suspiro aliviada -que alegría después de lo que paso con mi niña temí lo peor-

-No es nada ella quizás lo olvido o dejo alguna nota y usted no la vio señora-

- ¿Cómo esta ella? Orejas de perro ¿Esta bien? - pregunto Sota.

-Esta bien, esta perfecta- les dijo el semidemonio.

Ambos suspiraron con tranquilidad -Kagome porque no vino con vos-

-Tengo algo que contarles antes de que ella regresa-

-Vamos a dentro con más calma-

- Esta bien-

-Quizás quieras un poco de comida- sonrió Naomi.

-No me vendría mal-

Todos entraron a la casa a escuchar lo que Inuyasha tenia que decir.

Mientras que del otro lado del pozo Kagome ya había despertado y buscaba con sus ojos a Inuyasha.

-Él salió Kagome con Miroku una emergencia en una aldea vecina vendrán pronto-

-Pero Inuyasha está muy débil aun-

- Kagome esta mas que recuperado lo viste a noche o no-

Gracias al comentario de Sango Kagome se sonrojo fuertemente y no supo que mas decir.

-Vamos a desayunar y luego que le parece a la señorita si vamos a las aguas termales a nadar un día libre de chicos está bien-

Kagome sonrió feliz -me encanta la idea Sango-

-Sin mi salto- me dijo Shippo lloroso

-Jamás vienenes con nosotras- dijo Sango.

Inuyasha había terminado de relatar su historia a la familia de Kagome omitiendo claro unos pequeños detalles, todos estaban contrariados y no sabían que decir. Naomi se alegraba porque su niña iba a dejar de sufrir por lo que sucedió tal vez era mejor así olvidarlo por completo como si nada hubiera pasado. Platicaron un poco mas y luego Inuyasha se marcho con la promesa de volver con Kagome y ellos prometieron eliminar todo lo que pudiera recordarle a la chica lo sucedido.

Para cuando las chicas volvieron Inuyasha y Miroku ya estaban con la anciana Kaede tomando té y platicando. Inuyasha les había informado de todo lo que había hablado con Naomi y quedaron de acuerdo en que el Monge le contaría a Sango.

-Vaya han vuelto- dijo Shippo.

-No fue nada del otro mundo enano-

-Señoritas se atreven a salir sin nosotros-

-Miroku un día de chicas nada más- le respondió Kagome.

-Es cierto es peligroso- dijo Inuyasha.

Kagome miro a Inuyasha y se sonrojo recordó lo de la noche anterior y aun tenia mariposas en el estómago de todo lo que él le había dicho.

-Nos divertimos y no teníamos figones- aclaro Sango.

-Estas hablando de mi Sango- hablo el Monge.

-De quien más- respondió Sango burlona.

Kaede sirvió mas té para Sango, Kagome y Shippo hablaron por largo tiempo.

-Kagome estaba pensando deberíamos mañana volver al futuro-

-Tienes razón mi madre y la escuela-

-Yo pensaba que tal vez mañana por hoy deberíamos descansar y tal vez por la noche una fogata para celebrar-

-Y que celebraremos- pregunto Shippo.

-Celebraremos la vida Shippo- dijo sonriete la anciana Kaede.

-Yo quiero ir a mi aldea a reforzar mi armadura- dijo Sango.

-Esta bien que vaya unos días peros era mañana hoy disfrutemos lo que nos queda- dijo Kagome mirando a Inuyasha.