Se sentía realmente mal su cuerpo le dolía de una forma extraordinaria nunca se había sentido así antes. Intentaba abrir los ojos pero se sentían tan pesados y la verdad estaba cansado y a decir verdad no sabía lo que estaba pasando, no recordaba nada. Al intentar respirar más profundamente el aroma dulce de Kagome fue lo que lleno sus pulmones y eso hizo que todos los recuerdos vinieran a su mente con un sinfín de emociones incontrolables de golpe intento levantarse pero un peso en su abdomen lo evito al ver sus ojos la vio era ella.
-¿Kagome?, de verdad era ella- pensó el semidemonio.
Pasaron unos cuantos minutos para que Inuyasha aceptara que era Kagome la que estaba ahí. Con cuidado la atrajo a su pecho y la abrazo fuertemente y desesperado besaba su rostro, por otro lado Kagome estaba tan cansada que no despertaba.
-¿Cómo es que estas aquí Kagome?- se preguntó el peliplata.
Sentir el aroma el calor corporal de Kagome lo alegraba profundamente pensó que la había perdido para siempre. Un par de lágrimas traiciones abandonaron sus ojos pero eras de pura felicidad. Había sido un imbécil casi se deje asesinar por Sesshomaru y al final ella volvió a sus brazos no creía la verdad que fuera tan fácil pero ella estaba ahí y por esa noche era suficiente para él.
-¿Sango?- llamó bajito el Monge.
-Miroku ¿Qué pasa? Aún es temprano-
Miroku le regalo una sonrisa traviesa y giro al lugar de descanso de Inuyasha. Los colores se juntaron en la cara de Sango mirando la escena ambos jóvenes dormían plácidamente abrazados.
-¿El despertó?- pregunto la exterminadora-
-Eso parece mi querida Sango.
-Es un alivio- pensó la chica.
Kaede dejó escapar un par de tosidos para llamar la atención del Monge y la mujer. Ambos voltearon a ver la al mismo tiempo.
-Saben que deben hablar con Inuyasha antes de que hable de más verdad- dijo Kaede.
Ambos jóvenes movieron en la cabeza para confirmar.
-Sango yo me quedo a vigilar a los chicos ve por agua con Kaede y algo para le desayuno- dijo Miroku.
Una media hora más tarde Miroku observo como Inuyasha abrió sus ojos color dorado. Inmediatamente ambas miradas se cruzaron pero antes de cualquier cosa el Monge Miroku le dijo –No debes decir nada de lo que paso hace algunos meses-.
Inuyasha no había entendido nada y le costó un poco asimilar las cosas pero finalmente comprendió – ¿Por qué?-
El Monge iba a contestar cuando los ojos de Kagome se abrieron llenándose de felicidad por mirar a Inuyasha despierto inmediatamente le salto a los brazos y dejo escapar unas cuantas lágrimas siendo recibida por los brazos fuertes de Inuyasha que la apretaban contra su pecho.
-¿Dime estas bien?- finalmente hablo apartándose un poco para mirarlo al rostro.
Inuyasha sonrió ampliamente – ahora que estas aquí estoy mucho mejor- afirmo.
-Inuyasha porque hablas así yo no me he ido-
El peliplata iba hablar pero fue interrumpido por Miroku -Kagome deja un poco a Inuyasha acaba de despertar debe estar medio confundido-.
Kagome giro su rostro a donde estaba el Monge estaba tan rojo como un tomate e inmediatamente se apartó de Inuyasha, las palabras no le salían de la boca estaba pensó que estaban solos ahí ahora que iba a pensar el Monge.
-Kagome ve con Kaede y Sango han tardado mucho y tengo hambre- dijo Miroku.
Inuyasha iba a protestar pero la mirada del Monge lo hizo cambiar de opinión.
Kagome avergonzada salió lo más rápido que pudo de la cabaña.
-Bonita forma de arruinar el momento- dijo Inuyasha.
Miroku sonrió pícaramente e Inuyasha se molestó más.
-Inuyasha debo hablar sobre un tema muy serio y para no alargar el asunto lo voy a resumir Kagome no recuerda lo sucedió con Sesshomaru hace un par de meses-
-¿Cómo?, ella jamas podría olvidar semejante cosa Miroku estás loco- replico Inuyasha.
-Después de la estupidez que hiciste de ir a luchar con Sesshomaru, la señorita vino aquí desesperada que tenia miedo por vos gracias a Kaede logramos encontrar el lugar donde estabas pero la señorita Kagome llego primero y un campo de fuerza la envolvió junto con ustedes dos, la verdad amigo querido estábamos moribundo y Kagome en su desesperación por salvarte enfrento a Sesshomaru, ellos discutieron y finalmente el la ataco lanzándola contra un árbol y de la nada una espada atravesó a Kagome matándola instantáneamente-
Inuyasha estaba tan sorprendido por lo que estaba escuchando.
-Naraku fue el maldito que lanzo la espada y mato a Kagome, después de eso Sesshomaru comenzó a pelear con Naraku y la barrera finalmente cedió y entramos pero no había nada que hacer por Kagome ya estaba muerta y corrimos por vos estabas más muerto que vivo pero curamos las heridas y durante la pelea Naraku confeso que él había dañado a Kagome tomando la apariencia de Sesshomaru-
Inuyasha estaba furioso – ese maldito- grito.
-Lo hizo para que ustedes se mataran entre si pero finalmente Naraku salió muy herido y se escapó y como un milagro Sesshomaru decidió salvar a Kagome usando a colmillo sagrado pero con ella despertó no recordaba nada de lo sucedido amigo.
-Sesshomaru salvo a Kagome voy a estar en deuda toda mi vida con ese miserable- exclamo Inuyasha - ¿Cómo es que no recuerda nada?.
-La verdad no lo sabemos y es mejor Inuyasha solo no hables de eso y la señorita volverá hacer la misma y será feliz de nuevo-.
Inuyasha asintió pensativo –Ellas vienen ya-.
La primera en entrar fue Kaede – que alivio que hallas despertado Inuyasha- dijo la anciana.
-Era obvio que no moriría no soy como cualquier humano- respondió grosero como siempre.
-Debes agradecerle a Kagome quien ha cuidado de vos día y noche- dijo Sango.
Inuyasha miro a Kagome por unos instantes hasta que estaba hablo –no es necesario Inuyasha lo sabes lo hago con gusto.
Las mujeres comenzaron a hablar de una y otra cosa, mientras Inuyasha pensaba sobre que le iba a decir a Kagome acerca de la pelea.
Hola!!! Tanto tiempo.
Disculpen las faltas de ortografia.
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Quiero Ser su Mujer
Romancekagome enamorada de Inuyasha, desea que esté la vuelva mujer, pero en las oportunidades que tiene Inuyasha la rechaza y ella cree que es por causa de su eterno amor Kikyo. Que pasará finalmente Inuyasha tomará a Kagome como su mujer . Nota: Los pe...