Luz

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-Todo había sido una trampa del maldito de Naraku los había engañado a todos y producto de eso Kagome estaba muerta e Inuyasha moribundo ya no había nada que hacer lo más preciado eran ellos eran sus amigos ninguna venganza en el mundo traería de vuelta a Kagome ella no volvería a este mundo, sus ojos nunca más verían la luz del día, nunca más podrían escuchar sus risas ni sus palabras de apoyo no tendrían más a kagome a su lado era un dolor insoportable no había forma de vivir con eso, ella era su hermana - pensaba Sango, la pobre no podía contener su llanto estaba devastada, llevo sus manos a su rostro para cubrirse manchado su hermoso rostro con la sangre de Inuyasha que parecía no parar. 

Habían perdido todo en cuestión de minutos sus amigos o mejor dicho sus hermanos. Miroku solo estaba ahí mirando todo sin poder reaccionar escuchando el llanto de Sango y el del pequeño Shippo, el maldito lo había vuelto hacer había matado a una mujer inocente una alma pura y los había golpeado fuertemente porque perder a Kagome se sentía como el día que vio morir a su padre no pudo hacer nada por ella. Algo en su mente se movió y recordó a Inuyasha el aún estaba vivo aunque si no lo atendían pronto podía morir. 

-Sango, sé que estas mal pero deberíamos intentar salvar a Inuyasha a Kagome no le gustaría que el muriera- le hablo el Monge reaccionando.

Sango entre lágrimas continúo curando a Inuyasha con la ayuda del Monge, lavan las heridas, colocaban los ungüentos y vendaban como Kaede les había explicado.

Miroku sintió como la furia recorría su cuerpo Naraku era un desgraciado no se tocaba el corazón para nada. Tenía que dañar a Kagome de la forma más cruel y monstruosa que encontró, todavía le dolía el corazón de solo recordar como la había visto en brazos de Inuyasha mil veces maldito ese imbécil- pensó.

Kagome había muerto sin saber y era mejor porque no se imaginaba como se iba a sentir si supiera que Naraku fue el que cometió tal atrocidad contra ella,

-Kagomecita abre los ojos por favor por favor no me dejes no quiero que mueras- lloraba Shippo acariciando la mano inerte de kagome. La pobre ya estaba perdiendo su color, él pequeño lo sabía su querida kagome estaba muerta su corazón no latía.

En medio del campo de batalla aún permanecía Sesshomaru de pie se miraba imponente, todavía estaba procesando lo que el bastardo de Naraku le había dicho. El sucio semi demonio había tomado a la mujer de su hermano utilizando su apariencia la había lastimado y deshonrado ahora entendía todo lo que había visto en los ojos de la humana y porque ese miedo extremo que había sentido cuando sus garras la habían tocado, la sacerdotisa esa debió pasar por cosas horribles y todo se lo atribuía a él que nunca jamás tocaría a una humana de esa forma.

Pensándolo un poco más a fondo no solo la lastimo a ella si no a Inuyasha el sabia sobre los patéticos sentimientos que tenía el medio demonio por la sacerdotisa. Incluso lo había usado a él para lastimarlo e ambos era lo más le molestaba él había caído en su sucio juego de nuevo, si la mujer no hubiese llegado Inuyasha estaría muerto ahora mismo.

Igual estaba segura que su medio hermano iba a enloquecer cuando se diera cuenta que la humana había muerte ya había perdido el amor una vez por la mano de Naraku una segunda seria devastador para él. Quizás se arrepentiría de lo que iba a hacer pero lo haría por su honor para saldar una deuda tal vez.  

Sesshomaru se giró en dirección a kagome camino unos cuantos pasos hasta quedar frente a ella, no soportaba el olor a sangre era molesto y asqueroso.

Shippo se puso a la defensiva gruñéndole al demonio, pensaba que la iba a lastimar aunque ya estuviera muerta, Sesshomaru lo ignoro olímpicamente y tomo la empuñadura de la espada enterrada en el cuerpo de Kagome y tiro fuertemente de ella sacándola del cuerpo de la mujer.

Sango que estaba mirando se levantó llena de cólera por lo que había hecho el demonio ella no permitiría que dañara más a la chica. Miroku la de tuvo mientras sosteniendo le la mano.

-No es lo que piensas Sango- dijo el Monge, ambos se quedaron mirando la escena.

Sesshomaru miro una vez más a la sacerdotisa llevo su mano a colmillo sagrado y la desenvaino. Los ojos de Shippo brillaron y Sango sintió profundo alegría. El demonio miro un poco detectando los seres del más allá devorando el alma de la mujer y los elimino para traer a kagome de la muerte. Sin esperar nada guardo su espada y giro para alejarse del lugar.

Shippo sonrió cuando escucho los latidos del corazón de kagome, pudo ver como sus heridas sanaron y el color volvía a su cuerpo finalmente la vio respirar y abrir sus hermosos ojos.

-¿Qué sucedió?- pregunto Kagome.

Shippo salto a sus brazos –estas viva kagome-.

Sango corrió hacia ella llorando de felicidad –kagome pensé que no ibas a volver-.

Miroku que miraba a Sesshomaru marcharse grito – Gracias-.

El demonio lo ignoro y siguió su camino.

Kagome no entendía que pasaba no recordaba nada. Sus ojos viajaron a Inuyasha que estaba tendido en el suelo con vendas en su cuerpo.

-Inuyasha- grito Kagome se separó de Sango y Shippo y salió corriendo a donde estaba el semi demonio. Se agacho tocando el suelo con sus rodillas mientras que con sus manos acariciaba el rostro de Inuyasha.

-¿Qué le sucedió?, ¿Por qué esta herido?- pregunto Kagome sollozando la verdad que el estado de Inuyasha le dolía bastante – Alguien me puede decir que diablos paso- grito en colérica.

-Señorita kagome tranquilícese por favor- le pido Miroku.

-No como me pides eso Inuyasha está herido y no entiendo que paso lo último que recuerdo es que dormíamos y ahora aparecemos aquí en medio de una campo de batalla con Inuyasha muy herido- dijo kagome llorando.

Sango escucho lo anterior y miro al Monge extrañada - Kagome vinimos aquí hace rato de hechos nos has guiado vos recuerdas- pregunto Sango.

-No Sango no me hagas pensar que estoy loca, después de caminar por horas decidimos acampar comimos y descansamos lo recuerdo bien- dijo algo molesta.

-Es mejor que saquemos a Inuyasha de aquí ya tendremos tiempo de resolver estos temas- interrumpió Miroku.

Todos estuvieron de acuerdo y como pudieron subieron a Inuyasha a Hachi y luego ellos lo hicieron. Kagome se acomodó a Inuyasha en su regazo y Shippo se acomodó junto a ella.

Por otro lado Miroku y Sango se sentaron un poco más lejos – Miroku que extraño ¿Por qué Kagome no recuerda nada?- mientras acariciaba a Kirara-

- No lo sé Sango debemos esperar a hablar con la anciana Kaede, pero debes estar feliz de que Sesshomaru decidiera revivir a la señorita Kagome- dijo Miroku.

-Si excelencia es cierto pensé que perdíamos a Kagome pero me preocupa su falta de memoria- respondió la exterminadora.

El Monge guardo silencio él también está preocupado, les esperaba un largo viaje debían llegar lo más rápido posible a donde Kaede para sanar a Inuyasha. 

¡Hola! Espero que les guste, gracias por leer.

Quería hacer una dinámica para el próximo capítulo, seria de esta forma el primer comentario en este capítulo se le dará un saludo muy especial. ¿Qué les parece?


Quiero Ser su MujerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora