Tristeza

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-Chicos aquí- grito Kagome.

-Escucho a Kagome- hablo Sango

-Es muy espeso el bosque para poder ver los Sango- dijo Miroku.

-Nos vemos donde nos separamos-grito Inuyasha.

Al escuchar lo anterior Miroku y Sango que volaban sobre la linda gatita de la exterminadora se dijeron al lugar donde se separaron, Inuyasha cargaba a Kagome sobre su espalda y así siguieron el camino hasta encontrar se con sus amigos.

-kagome ¿estás bien? - pregunto Sango.

-Señorita Kagome veo que Inuyasha la rescato a tiempo me alegra- comento el monje Miroku.

-Si chicos estoy bien y efectivamente Inuyasha llego a tiempo para salvarme de esa serpiente demonio- hablo Kagome.

-Me asuste mucho- hablo el pequeño Shippo que durante todo ese tiempo se había mantenido cuidando la mochila de Kagome.

-Eres un cobarde Shippo, siempre te escondes- se burlo Inuyasha.

-No es así cuidaba el bolso de Kagome- respondió el Zorrito muy enfadado.

-Basta Inuyasha- dijo Kagome.

-Siento interrumpir- hablo Miroku, pero necesitamos continuar para buscar un lugar seguro donde dormir- continúo hablando él Monge.

-Vamos entonces- respondieron todos al mismo tiempo.

El grupo de amigos comenzó a caminar por el sendero mientras hablaban de cosas triviales y uno que otro chiste por parte de Kagome. Finalmente llegaron a un lugar que parecía lo bastante cómodo para acampar.

-Sango y yo vamos por agua- dijo Kagome, -Inuyasha ve por leña- mando Kagome.

-siempre yo-bufo Inuyasha.

-Monge usted por favor haga la fogata, cuando Inuyasha traiga la leña- hablo Sango.

-Si mi Sanguito- dijo el Monge muy risueño.

Las chicas llegaron con el agua y la fogata ya estaba lista, pronto llego la noche y se observa un grupo de animados jóvenes sentados en un semi circulo sobre el césped hablando de tonterías y riendo, mientras comían una deliciosa sopa que habían preparado Sango y Kagome y bebían te. El zorrito que los acompañada esta adormilado sobre las piernas de Kagome.

-No se les hace raro, que no hemos tenido pistas de Naraku- hablo el Monge.

-es extraño, que no logramos encontrar ni tan si quiera a una de sus extensiones- dijo Inuyasha.

-Ni tan siquiera la presencia de algún fragmento- agrego Kagome.

-Donde se esconderá- pregunto Sango.

-Es un maldito cobarde- añadió Inuyasha molesto.

-Vayamos a descansar- indico el Monge.

-Si ya Shippo esta dormido-hablo Kagome.

-Descansemos ya mañana será otro día, tal vez encontremos pistas de ese maldito de Naraku- dijo Sango.

Acomodaron sus sacos de dormir y se acostaron, antes el Monge coloco mas leña en la fogata para que no se apagara. La noche no era diferente a otros una media luna se asomaba a mitad del cielo, era acompañada de hermosas estrellas, una que otra nueve pasajera y los ruidillos que inundaban el bosque era una noche perfecta para entregarse al mundo de Morfeo. Solo Inuyasha y Kagome aun no podían dormir, cada uno perdido en sus pensamientos, Kagome por un momento sintió la necesidad de sentir el calor corporal de Inuyasha, aunque sea por un instante y abrió sus ojos para mirar a su dirección y lo vio mirando a la fogata muy pensativo. Observo su hermoso rostro y esos bellos ojos y las tiernas orejas que adornaban su cabeza, de un momento a otro comenzó a pensar en las fuertes manos de Inuyasha recorriendo su cuerpo, comenzó a acalorar se recordando como Inuyasha succionaba sus rosados pezones y de la nada de lo más profundo de su mente, llego la imagen de Inuyasha entre sus piernas, succionando su clítoris, llevándola así al éxtasis, apretó sus piernas por la creciente excitación y apretó sus ojos intentando sacar las imágenes de su cabeza.

-Inuyasha- dijo Kagome en un susurro.

Inuyasha que hacía momentos empezó a sentir en el aire el olor a excitación de Kagome, la miraba fijamente y cuando escucho su nombre en los labios de la chica, supo que su estado se debía a él.

-kagome- contesto el peli plata, mientras caminaba en dirección a la chica.

-te necesito- hablo kagome.

Al escuchar esto Inuyasha se acerco mas a donde Kagome estaba acosta y le tomo una mano para sacarla del saco de dormir. Inmediatamente los ojos dorados y los chocolates se encontraron despertando algo dentro de ellos.

Inuyasha carga a kagome en sus brazos y ella se dejó llevar cerrando sus ojos, el oji dorado camino un poco lejos de donde estaban sus compañeros, al llegar frente al riachuelo se sento con Kagome entre sus piernas y esta abrió sus ojos alegres, Inuyasha no la dejo decir nada porque beso los labios de la chica con tanta ternura y amor que ni ella se lo podía creer, y con esa sensación de amor ella correspondió al beso del chico, se besaron hasta que les dio el aire. Como no queriendo romper el momento Kagome se recostó sobre el pecho de Inuyasha y este le acariciaba el rostro de forma suave y finalmente Kagome que ya no soportaba el silencio hablo.

-Sabes Inuyasha-dijo Kagome.

-¿Qué?- respondió simple Inuyasha.

Kagome miro a los ojos a Inuyasha y dijo-te quiere-.

Inuyasha cambio su semblante a algo nervioso, inmediatamente Kagome lo tomo. Solo se quedó ahí mirando la y no hablo, no contesto nada, derrotada Kagome bajo su rostro y sintió ganas de llorar, Inuyasha con su increíble olfato puede saber que Kagome estaba punto de llorar y la abrazo fuerte mientras la pegaba a su pecho.

-Yo soy un tonto- finalmente hablo Inuyasha- yo no puedo decir que te quiero Kagome y es por esta tonta confusión- dijo el peli plata.

Esas palabras fueron como un balde agua helada para Kagome, sin mas que hacer Kagome se separo de Inuyasha y se levanto para empezar a caminar al lugar donde de dormían sus amigos. Inuyasha se quedó ahí no la tuvo, y mientras esta caminaba lloraba y el peli plata lo sabía se maldijo internamente por su estupidez. 

Quiero Ser su MujerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora