Inesperado

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Tres días habían transcurrido desde de Kagome e Inuyasha habían sostenido esa conversación donde ella le describió a detalle como Sesshomaru la había violado. Después de ese encuentro que tuvieron fuera de la cabaña Inuyasha se marchó y no volvió. En esos tres días el ánimo de Kagome había mejorado notablemente comenzó a alimentarse bien además salía de la cabaña y platicaba con sus amigos parecía que todo volvía a la normalidad, lo único malo eran las noches su cabeza se llenaba de imágenes horribles y su cuerpo de sensaciones grotescas no había forma de apartarlas de su mente y ese tormento lo llevaba en silencio no quería molestar a nadie ya se acostumbraría a esos momentos de pánico que vivía.

Kagome realmente estaba inquieta por la ausencia de Inuyasha temía que hubiese ido a buscar a Sesshomaru y que algo malo le ocurriera no debió a ver le contado todo.

- ¿Dónde está Inuyasha? - le preguntó al viento mientras sus ojos chocolates miraban como el sol poco a poco desaparecía bajo el horizonte, pronto se sentarían a comer y el no estaba otra vez esa noche. Se quedo ahí hasta que el sol desapareció y la negra noche se hizo presente.

-Kagome entra ya- grito Shippo desde la puerta de la cabaña -vamos a comer- termino diciéndole.

La azabache estaba a una corta distancia de la cabaña, comenzó a caminar despacio y pronto estuvo con Shippo en la puerta ambos entraron a la cabaña.

-Ya está servido Kagome siéntate- hablo Sango señalando un campo vacío cerca de ella.

Kagome asintió y se sentó cerca de Sango.

-Señoritas y Señora buen provecho- dijo Miroku alegremente.

Esa noche en particular al sentarse a comer todos parecían tener su mente en otro sitio.

Shippo fue el primero en romper el silencio- ¿Dónde estará ese tonto de Inuyasha? - preguntó con inocencia.

Sango volvió a mirar al pequeño zorrito con una cara de asesina que tanto el pequeño como Miroku desean desaparecer.

Kagome parecido no escuchar nada y Kaede guardo silencio.

Escucharon como se movió la cortina de la cabaña que servía como puerta y todos se pusieron en guardia, pero el rostro les cambio cuando vieron a un humano entrar.

-Inuyasha- dijo Kagome.

- ¿Dónde has estado? - pregunto Shippo un poco molesto- eres un tonto estábamos preocupados y además eres un perro estúpido no debes dejar sola a Kagomecita- replico el zorro.

Tanto la cara de Kagome y de Inuyasha se tiñeron de rojo.

-Maldito mocoso porque dices esas cosas- le respondió Inuyasha mientras lo perseguía por la cabaña para dar le un par de golpes.

De repente Inuyasha cayó al suelo y todos estallaron en carcajadas.

-Maldito zorro tramposo- hablo el joven.

-Ya es suficiente mejor ven a comer- regaño Kaede.

Inuyasha asintió con su cabeza y se sentó a comer con ellos al poco tiempo una platica alegre surgió en el grupo parecía que nada había sucedido que todo era como antes.

-Chicos es tarde- hablo Kaede -me voy a dormir- dijo.

- Es mejor que nosotros también- dijo kagome.

Las chicas comenzaron a recoger los platos de la comida, mientras que Miroku acomodaba los sacos de dormir Inuyasha por su parte se había ido a su esquina. Pronto el fuego de la cabaña se apago y todo se lleno de oscuridad y silencio bastaron unos minutos para que se durmieran unos cuantos ocupantes de la cabaña solo Inuyasha y Kagome se mantenían despiertos ella siendo atormentada por los recuerdos y el cuidando de ella.

No habían transcurrido dos horas cuando Inuyasha sintió a kagome levantarse, abrió los ojos y la miro tomar su mochila amarilla, su corazón se aceleró ya que lo primero que pensó fue que ella se iba a marchar sin despedirse, vio como esta salía de la cabaña y decidió seguirla.

Pero kagome llevaba un rumbo diferente el pozo se dirigía la rió.

- ¿Qué va a hacer a esta hora? - se preguntó Inuyasha mentalmente.

Kagome llego a la orilla del rió y coloco la mochila en el suelo miro por unos instantes el caudal del rió sin moverse.

La azabache aun en la orilla se comenzó a desvestir tirando su ropa al suelo dejando al descubierto su cuerpo y las muchas marcas que en el llevaba.

Inuyasha estaba confundido porque Kagome se bañaría a esta hora, sabia que eso era primordial para la chica, pero no a esta hora era demasiado tarde.

Se agacho un poco y saco de su mochila una esponja y un frasco de gel, coloco un poco de gel en la esponja y después entro al rió.

Inuyasha se acercó un poco más a la orilla.

-Esta noche el agua está muy fría- hablo Kagome.

Inuyasha miraba atento como la chica empezó a pasar la esponja por su cuerpo delicadamente sin detenerse después de unos momentos ella comenzó a pasar la esponja con desesperación por su pecho y brazos.

-Yo estoy sucia muy sucia necesito limpiarme- decía una y otra vez mientras se restregaba con la esponja violentamente pronto las lágrimas brotaron de sus ojos a mares adornando sus mejillas no podía detenerse solo así podía limpiar su alma de la tristeza y el miedo.

Inuyasha se le partió el corazón de ver a su dulce Kagome, en esa situación se limpia una y otra vez como si eso pudiese cambiar lo que el desgraciado de su medio hermano le había hecho. En un impulso se deshizo de su ropa y salto dentro del agua sujetando los brazos de kagome para evitar que se siguiera lastimando.

-Tranquila kagome ya esta bien- le dijo al oído muy despacio Inuyasha soltando sus brazos para abrazarla.

-Inuyasha no esta bien yo estoy sucia muy sucia- le respondió la azabache escondiendo su rostro aún más en el pecho firme del semi demonio bañándolo en lágrimas.

Inuyasha guardo silencio no sabía que decirle finalmente de su labios salieron las siguientes palabras-Kagome eres la mujer más dulce y pura que en mi vida he conocido nadie puede quitarte eso.

Kagome lo abrazo mas fuerte como si eso aliviara su dolor.

-Vamos pequeña necesitas salir de aquí, puedes enfermar- al decir esto toma a Kagome entre sus brazos aun desnuda y camina a la orilla.

Kagome se sintió un poco extraña al estar desnuda frente a él, pero lo dejo hacer lo que quiera.

El híbrido la coloco de pie en el suelo junto a su ropa y saco de la mochila un paño y comenzó a secar a kagome lentamente detallando cada cicatriz hecha por el maldito de Sesshomaru en el cuerpo de Kagome. Una vez seca tomo la ropa para vestir la, pero Kagome tomo su mano y hablo.

-Mira mi cuerpo Inuyasha esta marcado para siempre no seré capaz de mostrarse lo a nadie así y por lo tanto estoy condenada a nunca ser amada- dijo con voz quebrada la azabache.

Dicho esto y debido al silencio que Inuyasha guardo Kagome intento moverse para vestirse, pero Inuyasha la tomo fuerte de sus manos y arriesgándolo todo beso muy despacio la marca en el cuello de la chica que se estremeció, pero no dijo nada se mantuvo callada y así siguió besando cada cicatriz en el cuerpo de ella de una forma muy tierna, terminando postrado a los pies de Kagome besando dulcemente las cicatrices en su muslo derecho.

-Kagome no importa nada de lo que pase siempre yo estaré ahí para lo que necesites- hablo el híbrido aun hincado en el suelo. abrazándose a las piernas de la chica. 

- Entonces ¿Por qué no estabas conmigo?,  estabas con ella estos días- pregunto dolida Kagome. 






Inuyasha no sigue consejos de nadie, donde diablos estaría, ojala y no estuviera con Kikyo. 

Ustedes que creen????

Quiero Ser su MujerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora