Quiero Ser su Mujer

Reconciliación

-Kagome, despierta por favor- hablo Inuyasha moviendo un poco a Kagome – anda abre los ojos, quiero ver tus ojitos- dijo preocupado el híbrido.

Inuyasha se había alejado tan rápido como puede de los monstruos y se dirigió a un pequeño arroyo que cruzaba el bosque.

-Kagome vamos, abre de una vez esos ojitos- dijo Inuyasha y como por reflejo, acerco su rostro al de la sacerdotisa y bajo un poco para rosar sus labios en los de la chica inmediatamente volvió a acomodarse cerca de la chica, la dejo descansar un rato mientras se perdía admirando su belleza, sus finas facciones, sus mechos de cabello azabache esparcidos por todo el pasto, sus labios rosados y de sabor tan dulce, el aroma embriagante que desprendía. De repente la vio moverse inquieta.

-Kagome, gracias a Dios despertaste- dijo Inuyasha

- ¿Que paso? Y ¿Dónde está la serpiente? - pregunto la chica sentándose sobre el césped.

- ya todo está bien kagome- hablo Inuyasha y como si adivinara los deseos de la joven se acerco a ella y la abrazo fuertemente, mientras Kagome un día su cara en el pecho del hibrido.

-me asuste- gimoteo kagome.

-ya paso, mi niña- le consoló el Inu la separo un poco de su cuerpo para mirar la a los ojos – estamos cerca de un arrollo si quieres puedes limpiarte un poco.

Kagome frunció el ceño – Acaso tengo algo de malo Inuyasha- pregunto la sacerdotisa.

El peli plata adivinando lo que estaba por venir solo respondió – no nada kagome, solo pensé que después del susto querías refrescarte un poco-

-un poco de agua no estaría mal- pensó Kagome -esta bien Inuyasha iré a lavarme las manos y la cara espérame aquí- hablo Kagome.

Después de decir aquello Kagome se dirigió hacia el pequeño arroyo, Inuyasha se quedó embobado mirando a la joven sacerdotisa, observaba el vaivén de su corta y muy diminuta falta al caminar nunca le había prestado e inmediatamente se le vinieron a su mente los pensamientos de la noche en vio a Kagome semidesnuda en su habitación, como se sentía esa piel tan suave, comenzó a imaginar a Kagome debajo de el pidiendo un poco más. El semi demonio sintió una presencia conocida para el y se puso alerta pero solo fue por unos segundos y después desapareció.

-Inuyasha- llamo Kagome -voy a limpiarme un poco más, creo que apesto a esa maldita serpiente, pero no mires- dijo Kagome especialmente hizo énfasis en la ultima parte.

El pobre Inuyasha se puso rojo, de imaginar a la azabache ahí en medio del arroyo desnuda, expuesta a cualquier cosa, expuesta a la creciente excitación sexual que sintiendo.

-esta bien- se limito a responder Inuyasha.

Kagome adentro en el arroyo mientras intentaba limpiar su cuerpo, mientras que Inuyasha miraba muy disimulaba a la sacerdotisa, una erección potente se empezaba a observar bajo los pantalones de Inuyasha, los senos de Kagome, solo tapados por esa fina capa de cabellos lo estaba volviendo loco, los quería probar, mas no era el único que miraba a la chica y se relamía los labios pensando en su cuerpo.

-lista Kagome, debemos regresas- hablo Inuyasha.

-ya casi, estoy vistiéndome no mires- dijo Kagome.

Después de unos minutos Kagome se acercaba a Inuyasha.

-estoy lista nos vamos- pregunto Kagome y jalo a Inuyasha de la mano.

El peli plata se levanto sin decir nada y comenzó a caminar, la razón de su silencio era por el espectáculo que estaba dando Kagome, la ropa se le había pegado totalmente a su cuerpo porque no se había secado, se le marcaba los pechos sobre la blusa a pesar de usar brasier y el cabello mojado de Kagome escurriendo por todas partes, le da una apariencia muy sexy.

-estas bien Inuyasha- pregunto Kagome.

Con el semblante muy serio Inuyasha respondió – no, lo estoy necesito algo-.

- ¿Qué es? -pregunto.

-necesito sentirte Kagome- dijo el semi demonio

Las palabras de Inuyasha fue todo lo que necesitaba escuchar Kagome ella también necesitaba de él, Inuyasha jalo a la chica a su pecho y sin dejarla decir palabra comenzó a devorar los labios de esta con mucha pasión, la joven correspondió con el mismo fervor a sus besos el peli plata introdujo su lengua en la cavidad húmeda de Kagome para explorar cada rincón de esta, Kagome se abrazaba al cuello del chico como si su vida dependiera de ello, de la nada Inuyasha se aparto de la boca de Kagome dejando escapar de esta un hilo de la saliva, coloco sus manos en los gruesos y apetitosos muslos de Kagome y la alzo un poco, inmediatamente la sacerdotisa enredo sus piernas en la cadera de Inuyasha este camino unos pasos hasta hacer chocar suavemente la espalda de Kagome en el tronco de un árbol y de nuevo capturo los dulces labios de Kagome, succionado su labio inferior, para luego abrir un poco la boca y con sus labios atrapar el labio superior el cual mordisqueo un poco, hasta que Kagome gimió y ahí aprovecho para introducir su lengua dentro de la boca de la chica, tan excitado estaba que emprendió una serie de embestidas impetuosas sobre la chica, Kagome sentía el chocar de la potente erección de Inuyasha sobre su ropa interior húmeda y deseaba que no hubiera nada allí que le impidiera que Inuyasha la reclamara como su mujer. Inuyasha deshizo el beso y comenzó a besar el cuello de la sacerdotisa desesperada mente, mientras que esta gemía.

-que chica mas vulgar- hablo Sesshomaru que se había dedicado a ver la pareja desde que había llegado al arroyo, casi lo logra detectar Inuyasha, pero escondió su energía para no ser detectado -veo que estas loco por esa mujer- pensó el hermano mayor del semi demonio -si ella fuera mía en vez de tuya sufrirías Inuyasha-dijo Sesshomaru para sus adentros. Comenzó a caminar en dirección o puesta a la donde se encontraban Inuyasha y Kagome, Sesshomaru estaba dispuesto a tomar a la mujer humana solo por dañar a Inuyasha.

-espera Kagome- dijo Inuyasha -creo que los chicos se acercan, no seria bueno que nos vieran así- respondió Kagome y desenrollo sus piernas de la cadera de Inuyasha y este se alejo unos pocos pasos de ella, se acomodaron sus ropas y comenzaron a caminar en dirección por la cual venían sus amigos.