Esperanza

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Los compañeros de la época antigua habían decido ir en busca de Naraku y los fragmentos sin su querida amiga, habían perdido la cuenta de los días que llevaban caminando y no habían encontrado nada estaban cansados, hambrientos y sedientos pero se negaban a abandonar la búsqueda la cual resultaba inútil ni la fina nariz de Inuyasha había encontrado ni el más mínimo aroma del maldito ese.

-Es mejor descansar- hablo Sango- este sol esta terrible.

-Apoyo a Sango- dijo Shippo.

-Me parece a mí también, me muero de sed- comento Miroku

-Está bien- respondió Inuyasha sin ánimos de pelear.

Desde que Kagome se había marchado el perdió las ganas incluso de comer.

-De bajo de aquel árbol podemos descansar- dijo Miroku señalando una frondoso árbol.

Los cinco caminaron hasta el árbol, Sango fue la primera en sentarse gusto en las raíces del inmenso árbol, Shippo se sentó a la derecha de Sango y Kirara sobre las piernas de la exterminadora.

Miroku se arrojó sobre el césped a unos cuantos pasos de la exterminadora y el semi demonio se quedó sentado lejos de sus amigos.

-Creo que es mejor regresar chicos en estos días no hay ni pistas de ese maldito y además fragmentos no podemos encontrar- hablo serio Inuyasha sobre todo pensaba en la fragilidad de sus amigos como humanos ya había perdió a Kagome por su descuido no podía arriesgar a otro de ellos.

- Y no hemos comido bien estos últimos días- alejo Shippo.

El silencio se hizo presente de nuevo Inuyasha se perdió en su mundo, mientras los demás solo lo miraban. Desde que Kagome se marchó se volvió más huraño. Pero sus amigos no sabían cómo ayudar.

Finalmente Sango rompió el silencio- tienes razón Inuyasha, además pronto será luna nueva-.

-Luna nueva- repitió el semi demonio mirando al cielo.

Regresemos de una vez por todas- dijo Shippo

Todos asintieron -Chicos vayan en Kirara el regreso es pesado yo iré caminando- dijo Inuyasha levantándose del suelo.

Lo mismo hicieron los demás Kirara se transformó inmediatamente y Shippo lo hizo también.

-Sube en mi así llegaras más rápido- indico Shippo.

Pronto alzaron vuelo rumbo a la aldea de Kaede. Kirara se adelantó a Shippo un par de metros y así el Monje y Exterminadora pudieron platicar sin ser escuchados.

-Pobre Inuyasha esta tan decaído- comento Sango.

-Lo peor es que la causante de sus tristezas está del otro lado del pozo y por ahora creo que ella no volverá- dijo Miroku.

-No lo creo ella va a volver- respondió la castaña segura

-Solo el tiempo lo dirá pero mientras ella no regrese nuestro amigo orejas de perro seguirá muy triste- respondió el Monge encogiéndose de hombros.

-Incluso ha perdido el apetito y eso es mucho que decir se la pasa perdido en sus pensamientos ya casi ni habla- indico Sango.

-Si mi querida Sango y has notada que ha dejado de ir a buscar a la Señorita Kikyo- revelo pensativo el Monje.

-Si tienes razón- respondió seca Sango.

Ambos guardaron silencio después del comentario del Monje y se limitaron solo a sus pensamientos. En cuanto a Shippo ya estaba muy agotado el peso de Inuyasha era difícil de soportar y apenas estaban a mitad de camino y él ya quería desfallecer.

Quiero Ser su MujerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora