Deseo

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Cuando Inuyasha llegó a la época antigua, ya había salido el sol y pensaba en que decirles a sus compañeros por su ausencia.

-Qué noche, apenas pude contenerme teniendo a kagome entre mis brazos- dijo el semi demonio, se sonrojo de recordar los grandes y bien formados pechos de kagome sujetos solo por aquel encaje y su trasero redondo y bien levantado, cubierto por esa diminuta prenda

-Diablos en que pienso mejor voy con los chicos- resoplo el chico
- ¡Hola! Inuyasha ¿dónde estabas? - pregunto el curioso Monge
-Pues pues miren fui a caminar un poco nada más- respondió un nervio Inuyasha
- Jumm y ¿porque te sonrojas? – dijo Shippo
-enano metiche- bufo el peli plata molesto y le suelto un golpe al pobre Shippo, retirándose del lugar.
-Monge ¿porque ocultarla su visita a la señorita Kagome? - pregunto Kagome.
-creo que esos dos tienen un gran secreto mi querida Sango- respondió el libidinoso ----Monge tocando los glúteos de la joven sango

-Monge- dijo Sango y le dio una cachetada

Mientras tanto Kagome iba rumbo al colegio pensando en Inuyasha y en los besos que se habían dado la noche anterior, sin embargo, tenía algo de miedo de lo que hoy en la noche podría pasar entre ellos. Pensó que sería mejor que no viniera no sabía que sería de ella si perdía el control. Y recordó el roce de la piel y el aroma de Inuyasha, desea sentir su calor y esa sensación que despertó en ella cuando la beso y compartieron fluidos.

-Creo que deseo a Inuyasha-dijo Kagome -quiero que me tome como su mujer- pensó.

- ¡Hola! Kagome ¿qué pasa porque tan pensativa? – dijeron las amigas de kagome en unísono
-pensaba en los exámenes- dijo Kagome, que difícil, -vamos rápido no quiero llegar tarde- hablo la joven sacerdotisa.

Se adentraron al edificio, ocuparon sus respectivos lugares y pronto entro el profesor, para repartir las pruebas, una vez finalizados los exámenes, Kagome y sus amigos se dirigieron a comer algo para distraerse.
Finalmente al caer la tarde, kagome se dirigía a la casa, iba pensando en que pasaría está noche tenía miedo pero quería unos cuantos besos nuevamente y hasta más de su enamorado. Mientras Inuyasha está deseoso de que llegara la noche, quería perderse en la piel de kagome.

-ya llegué mamá- dijo Kagome -Quiero cenar ¿ya está listo? - pregunto la joven --No kagome toma un baño y cenaremos pronto- respondió Naomi.

-está bien mamá- grito Kagome desde la segunda planta -tomare un baño con aceites para tener un rico aroma para él y también usaré el conjunto de encaje rojo que compré hace tiempo- pensó Kagome para sus adentros.

Kagome salió de la tina y tomó un bote de crema, tomó una pequeña cantidad y empezó a esparcirla por todo su cuerpo empezó con sus piernas fuertes y la verdad bastantes gruesas y así prosiguió terminando en su cuello bien suave.

-ya está lista la comida- grito Naomi para su hija 

-voy mamá- respondió Kagome se vistió y salió del baño,

Kagome bajo de su habitación y se sentó a comer con su familia de forma despacio disfrutando cada bocado de comida, y deseando que pronto llegará la hora. 

- ¿cómo estuvo el colegio? - pregunto el abuelo 

-bien abuelo- respondió Kagome - ¿y a ti Suota? - pregunto la chica

-bien hermana- respondió simplemente el niño y - ¿Inuyasha no vendrá hermana??- pregunto curioso Suota

- no lo creo Sota, nada tiene que hacer aquí- dijo la chica un poco sonrojada

De regreso a la época antigua Inuyasha se sentía ansioso por regresar con Kagome de repente se escucha

- Inuyasha hay una emergencia en la aldea vecina necesitan nuestra ayuda, un demonio los ataca- dijo él Monge.

-estoy lista excelencia- dijo la exterminadora. 

-necesario ir, Miroku ya es de noche probablemente no podremos hacer nada- respondió el hibrido.

-que cruel eres, vamos por favor son personas inocentes con el rostro enfadado- grito Sango.

- qué diablos, vamos de una vez por todas, con cara de pocos amigos deprisa muchachos- dijo el semi demonio

La aldea estaba a 1 hora y media se fueron rápido, cuando llegaron era un grande demonio lucharon un poco y quiso escapar, Inuyasha lo siguió y le dio muerte. Sango y Miroku ayudaban a los aldeanos. Al terminar volvieron a la aldea con Kaede, Inuyasha estaba molesto tenía manches de sangre en su cuerpo y ese mal olor a demonio. 

- Miroku, Sango- voy a lavarme está peste- dijo Inuyasha y salió de la cabaña de Kaede. Llevaba en su pensamiento buena noche que tendría con Kagome, se fue a lavar al rio que estaba cerca de la aldea.
Mientras en la actualidad

-me pondré esto sé que le gustará- pensó Kagome - se volveré loco por mi- pensó la chica.

Se desvistió y se empezó a poner las miniaturas de encaje que apenas cubrían lo necesario, se miró y se sonrojo nunca pensó hacer esto, miro el reloj y era tarde, prendió una gran vela y se metió a la cama para esperarlo.

Inuyasha se dirigió al pozo asegurando sé que nadie lo siguiera entro y rápido estaba a los pies de la ventana de Kagome, pero escuchó un ruido y tuvo que ocultarse. Era el abuelo de Kagome haciendo rituales. Miro la ventana de Kagome y vio la vela. Espero a que se fuera el señor y saltó a la habitación.

-Kagome ya llegué- llegue hablo en peli plata.

-Kagome no responde- dijo para sí mismo, se acercó a ella y la observa gracias a la luz de la vela, estaba dormida -rayos es muy tarde la pequeña se durmió- dijo el chico- voy a dormir con ella esta noche- pensó

Al levantar la cobija Inuyasha tuvo una vista tan placentera nunca se imaginó aquello. Observo el cuerpo semidesnudo de Kagome. Los pechos esos pechos que desea probar, podía notar los pezones duros que sobresalían del encaje rojo que se suponía debía tapar todo aquello y rayos se puso muy rojo el pobre y miro así abajo, miro el monte de Venus de la muchacha respiró fuerte y miro que ella llevaba una extraña ropa interior un hilo y se extrañó de ver que aquello no tapaba nada. Con un suspiro y una sonrisa pícara, metió su garra justo debajo y en medio del sujetador y de un arañazo rompió el sostén. Pumm saltaron los pechos libres de kagome.
-no pensé que todo eso se escondiera bajo su ropa que lindos son sus pechos y esos pezones tan rosados y duros que hago, estoy tan excitado no aguanto más- dijo el peli plata

-Voy a tocar un poco ella no despertará- pensó Inuyasha y empezó a apretar sus pezones suavemente y de repente se pegó a el pecho mientras masajeaba el otro. -que estoy haciendo- dijo para sí mismo y se alejó, pero un dulce olor lo guio hacia lo que tanto desea a la intimidad de Kagome, corto el pequeño hilo con su garra y se deleitó con el aroma de los fluidos de su querida Kagome.

- no debo tocar la - se dijo para sí mismo -pero ya no aguanto más, deseo poseer la en este instante, estoy a punto de explotar- pensó el frustrado chico.

De repente ella se movió y el casi se muere del susto. Inuyasha estaba tan excitado que se miraba sonrojado y en su pantalón se podía ver algo bastante abultado. El sabía que estaba a punto de explotar, no podía poseer a Kagome de esa forma desea tener su consentimiento.
-Ya se- dijo Inuyasha y despacio le sacó el hilo a Kagome entre sus piernas, se lo acerco a la nariz y pudo oler que ella también se había mojado un poco. Se recostó frente a Kagome y bajo un poco su pantalón, y saco su intimidad estaba tan roja y las venas muy gruesa, su punta estaba roja y había gotas ligeras colocó el hilo al rededor y comenzó con suaves movimientos mientras observa los pechos de kagome empezó a aumentar la rapidez de sus movimientos y se imaginaba que poseía aquella mujer y de repente salió tanto líquido y sintió muchos espasmos, en su cara se reflejaba el placer que había sentido.

-Diablos que es lo que hice- pensó después de calmar su calentura subió su pantalón y miro a Kagome y -rompí su ropa pero que hago me voy es mejor- pensó el calenturiento chico. Coloco unas cuantas sábanas sobre ella y se marchó.

Continuará 

Quiero Ser su MujerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora