Capítulo 22

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El día empezó mal, Trey estaba muy tenso y no soportaba casi nada.

¿Nervios por las audiciones? Quizás.

Él me comentó que serían en la tarde, ahora estábamos sentados en el sofá grande de la sala, yo mirándole y el viendo un partido viejo en la tv.

Él silencio era tan denso que asfixiaba e incomodaba. 

—¿Cómo estuvo el entrenamiento de ayer?

Esperé que habláramos de algo.

Estaba dispuesta a debatir con él sobre el Kama Sutra. Así de desesperada estaba.

Ni siquiera me miró, —Bien, muy rudo.

Se gastaron unos minutos en el silencio que corté al volver a hablar.

—Te extraño. —dije suspirando.

De verdad le extrañaba demasiado.

Sus ojos por segunda vez en el día me miraron y sin pensar me acerqué para besarle.

Tenía días sin hacerlo, y sentir sus besos fue todo lo que necesité para seguir en el camino.

—Eres la mejor. —susurró sonriendo antes de volver a la tv.

Me entristecía que no me preguntase nada, ni siquiera recordó mi examen ni la importancia que este tenía para mí, tampoco me preguntaba por cómo me sentía y vaya que me sentía sola.

Quería pensar que su actitud distante se debía a sus actividades deportivas y que hoy sería la última vez que me alejaba de esa forma… y que después de las audiciones él volvería.

No volvimos a cruzar palabras hasta que dieron las dos de la tarde, era hora de irse a patear traseros.

Emocionada iba de la mano del chico de mis sueños y con la otra sostenía el cartel enrollado, caminábamos por los pasillos de un gran estadio.

Un señor llamado Bryant nos recibió y guio a una gran cancha con doce jugadores en ella, entre ellos Eddy, quien sonrió y alzó su mano para que le ubicáramos entre los otros.

—Todo saldrá bien, Amor mío, hazlos puré. —le dije antes de besarle.

Él me miró pasmado en conmoción, —¿Me acabas de llamar Amor mío?

Me sonrojé asintiendo, —Sí.

—No lo puedo creer… ¿puedes repetirlo?

—Amor mío. —hice énfasis.

Él reunió nuestros labios.

—Bien, daremos inicio a las audiciones. —anunció un sujeto que integraba el jurado rompiendo nuestra burbuja.

En total eran cuatro hombres contándole a él, todos jurados.

Sin más le di un casto beso y corrí hacía las gradas para sentarme a ver el desenvolvimiento de las selecciones.

Primero fue pasando cada jugador según el número en sus camisetas, Trey era el último gracias a que llegamos tarde.

Cada jugador era mejor que el anterior, sin embargo, no más que mi Amor.

De sólo mencionarlo así mentalmente, el recuerdo de su cara cuando lo dije se plasmaba en mi corazón.

Luego de varios silbatos y horas llegó el turno de Rey Ricura.

Grité fuerte y varios me apoyaron… pues Tania y Trevor estaban ahí presentes.

Empezó con lo pedido uno que otro pase y varios tiros al aro desde diferentes distancias de las cuales logró encestar seis de ocho.

Persiguiendo mi arcoíris © [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora