Capítulo 23

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—¡Trey, hoy es mi primer día de universidad! —crucé mis brazos enojada.

Trey, delante de mí, sobaba su frente para reducir la hermosa resaca que se gastaba.

¿Qué pasó?

Les resumo.

Él estuvo tan ocupado vaciando barriles con Eddy como para llegar a una hora decente a casa, eran las siete de la mañana y él apenas aparecía.

Pasé toda la noche llamándole sin que respondiera, preocupada e incluso llegué a llamarle a Tania que para mi suerte sí estaba en la fiesta de la cabaña y le rogué que lo trajera de vuelta por lo alcoholizado que estaba.

No sé qué frijoles tenga él en la cabeza.

Quizá sólo tenga una neurona del tamaño de un frijol.

—Me duele la cabeza.

—Son síntomas de la cruda que te cargas encima —bufé—, tengo que irme, en los estantes hay unas pastillas que te ayudarán.

Abrí la puerta.

—Colibrí.

—¿Qué? —soné tajante.

No quería hablar con él.

—¿No me darás un beso?

—Lo haré cuando tu boca dejé de oler a alcohol y vomito. Pasas por mí, mira que en la tarde tengo que ir a una reunión con Gigi y Ashley. Se puntual.

Hizo una mueca de confusión… no me escuchó.

—Trey, es importante para mí que seas puntual.

A mareos logró ponerse de pie y con ayuda de la encimera llegó a posicionarse en frente.

—Colibrí, tengo un compromiso pendiente para la tarde.

Masajee mi cuello, como dolía mi espalda, —Es muy importante, Trey, enserio.

—Tengo cosas más importantes que hacer. —dijo estrujando sus ojos.

Siempre tenía algo más importante que yo.

Primero; el deporte.

Segundo; su carrera.

Tercero; el equipo.

Cuarto; su sueño. 

Y al final; con tinta degastada; estaba yo.

No respondí porque salí cuanto antes de ahí, me molestaba que no sea considerado conmigo y ni hablar de su interés en lo que me pasa.

Esa sensación de no importarle se acentuaba un poco más en días como estos.

El nosotros se desvanecía como arcoíris después de la lluvia.

Terminé en el salón de clases siendo puntual, más la clase de historia de la moda se tornó aburrida, el profesor Evans cada que decía un “En mil novecientos…” me dormía, además el trasnocho me consumía en esa hora, tenía una deuda pendiente con el sueño.

La primera clase terminó y dio inicio a la siguiente, la profesora se presentó; Licenciada Frontman se llamaba; le tocaría el área de diseño y bocetos, fue una hora más entretenida pues diseñamos y compartimos ideas y creaciones.

Fue entretenido ver la diversidad de expresiones y estudiar las diferentes técnicas de dibujos únicas de cada diseñador. El timbre sonó anunciando la finalización de clases.

Charlé un rato con Rin y Brooke sobre temas triviales que podían ser aburridos pero ese par de chicas lo hacían divertidos con cada ocurrencia que decían.

Persiguiendo mi arcoíris © [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora