14 Te lo prometo

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Los días parecían volar, en un abrir y cerrar los ojos estábamos de vuelta en Los Ángeles nuevamente con nuestras rutinas diarias.

El día restante al lado de Calum en Santorini fue mágico, todos salimos a cenar a un restaurante muy exótico y típico de la región  para después disfrutar de una velada juntos. En fin, fue el mejor fin de semana de toda mi vida, no lo podía negar.

Ahora todo eso había quedado atrás y era hora de volver a la realidad. Calum y yo quedamos en vernos cuando ambos pudiéramos dentro de nuestras apretadas ajendas pero al menos nos llamábamos con frecuencia para saber uno del otro, ya se había vuelto una necesidad entre ambos.

- Estás segura de que puedes cerrar y no tendrás problemas? - preguntó Andy antes de marcharse debido a que yo me quedaría hasta más tarde terminando de editar unas imágenes de mi sesión de fotos de hoy.

- Segura, no te preocupes, terminando de editar cierro el studio - dije sonriendo, sabía que hoy Calum pasaría por mi y quedamos en que lo esperaría a la entrada del studio para pasar la noche en su casa debido a que Roy estaba de viaje de trabajo y Kyla fue a visitar a sus padres a Atlanta.

- Ok, buenas noches Snow - mencionó haciendo un gesto con la mano.

- Hasta mañana Andy - dije alzando los ojos de la computadora para nuevamente concentrarme en mi trabajo.

Ahí pase un tiempo que no sabía hasta que sentí como mi teléfono sonó a mi lado dejando ver un mensaje.

"En quince minutos estoy ahí nena ;)"

Era Calum el autor del mensaje por lo que como una tonta una sonrisa se puso en mi rostro. Me percaté que había pasado cerca de dos horas más sentada trabajando así que cerré todas las ventanas abiertas en el ordenador y lo apagué poniendo cada cosa en su lugar procurando dejar todo ordenado en el studio.

Tomé mi bolso y con cautela apagué la luz del lobby y me percaté de cerrar bien el local. Ya era casi media noche y en las calles solo habían algún que otro transeúnte debido a ser un día entre semana disminuyendo así la movilidad de personas. Caminé un par de metros y de un momento como si de una experiencia de una escena de una película de acción se tratase sentí como rápidamente fui empujada por una persona que no alcancé a visualizar bien, tiró de mi bolso el cual no pude retener entre mis manos y luego fui brutalmente tirada contra la acera golpeándome en mi brazo derecho.

El ladrón rápidamente se perdió por las calles dejándome tirada en la acera adolorida, asustada y frustada. Traté de ponerme de pie pero el temblor que se apoderó de mi hizo que no lo lograra y volví a caer llorando desconsoladamente.

- Señorita, esta bien? - dijo un señor a mi lado que afortunadamente llegó a socorrerme y ayudarme a levantarme.

- Fui asaltada - logré decir entre sollozos, la violencia siempre despertaba en mi un terror que me hacía revivir una y otra vez los días fatídicos de mi infancia.

- Snow, que pasó, nena!!!! - dijo un agitado Calum que llegó corriendo a mi lado.

- Me temo que la señorita fue víctima de un asalto - le explicó el buen hombre a Calum.

- Te hicieron daño, te hirieron, habla princesa!!!- demandó Calum sosteniéndome entre sus brazos.

- Estoy bien- contesté con voz temblorosa.

- Es usted familiar? - preguntó el señor.

- Soy su novio - dijo Calum con voz seria - Gracias por su ayuda, yo me haré cargo.

Miré nuevamente al señor que parecía tener unos cincuenta años y asentí en forma de agradecimiento hacia él mientras este se despedía con una sonrisa en mi dirección.

Calum por su parte me tomó en sus brazos y me llevó hasta su auto que justamente estaba aparcado en frente.

- Estás major? - preguntó acariciando mi mejilla golpeada.

- Físicamente si pero aún estoy aterrorizada- confesé sollozando.

- Ya pasó pequeña, no voy a permitir que nada igual te suceda- dijo seriamente.

- Podemos irnos, quiero irme ya de aquí! - pedí mientras Calum aceleró su auto y en cuestiones de quince minutos ya estábamos en su casa.

Me bajó del auto aún en sus brazos y me llevó directamente hasta su habitación donde me depositó con cuidado sobre su cama.

- Voy a prepararte un baño, enseguida estoy contigo- dijo desapareciendo de la habitación mientras yo me hacía un ovillo sobre su cama.

Hice repaso mental de todo lo sucedido, las cosas que me arrebataron entre ellas mi cámara que tanto esfuerzo me había costado adquirirla y sobre todo, el desastre que había dejado en mi cabeza todo lo sucedido, como revivió momentos que había dejado en mi pasado pensando que nunca más volverían.

- Estoy aquí linda, vamos a darte un baño - susurró Calum a mi oído mientras me llevaba hasta el baño.

Muy despacio quitó mi ropa, dejándome ver ya los hematomas que la caída me había producido. Con sumo cuidado me llevó hasta la bañadera que estaba llena de agua tibia que al entrar en contacto con mi piel dañada comenzó a arder.

- Lo siento tanto preciosa - dijo Calum pasando la esponja con gel por mi piel suavemente mientras yo solo me limitaba a llorar por todo lo que quemaba en mi interior, por lo que estaba atorado hace muchos años en mi garganta y nunca había salido.

- Era una pequeña, tenía solo cinco años cuando él llegó a casa con mamá. Al comienzo todo era perfecto, se comportaba como el papá que nunca había tenido llenándome de mimos y regalos. Con mamá también era muy atento, recuerdo que le compró un collar precioso que ella llevaba con mucho orgullo. Luego pasó el tiempo y comenzaron las peleas, mamá lloraba mucho y no estaba ya contenta como antes, ya no cantaba y ya él no era atento conmigo. Un día escuché como la golpeaba pero mamá siempre decía que se caía por la escalera y que por eso tenía golpes, yo le creía, era una niña y no sabia de violencia y maltratos. Una noche sentí la puerta abrirse, escuché como llegó borracho y comenzó a golpearla y ella a llorar, salí de la habitación y la vi tirada en el suelo pero ella al verme me tomó entre sus brazos y me llevó hasta la habitación y me encerró en el armario."No salgas de aquí Snow, no importa que pase, quédate aquí, mami te ama, no lo olvides, se fuerte" Esas fueron sus últimas palabras, él vino y la mató a golpes mientras yo escuchaba sus quejidos una y otra vez hasta que se calló para siempre. Ahí en el armario permanecí horas muerta de miedo a oscuras hasta que un policía vino y me descubrió llorando, los vecinos habían llamado reportando lo sucedido y la policía vino llevándoselo preso y llevándome a mi hasta una casa de acogida. Ahí pasé largos años de mi vida, retraída y atormentada, muchos psicólogos me vieron pero ninguno me pudo sacar una palabra, solo una pequeña, hija de una maestra del hogar de acogida me hacía feliz y esa era Kyla, desde ahí nació nuestra amistad pero ni a ella le había contado esto, esto ha estado dentro de mi por tanto tiempo que era un peso enorme que cargaba y hoy al revivir un ataque de violencia todo volvió a ser como ese día, lleno de temor y tristeza - Dolía, dolía mucho volver a pasar por todo aquello nuevamente pero a la vez sentía un gran aliento deshacerme de ese secreto que me aprisionaba por dentro y no me dejaba en paz.

- Lo siento tanto Snow, lo siento tanto - dijo Calum abrazándome muy fuerte mientras yo solo podía deshacerme en llanto, ese que tanto tiempo reprimí - Shhh no dejaré que nada malo te suceda, te lo prometo - dijo limpiando mis lágrimas con sus manos y susurrando muy despacio a solo centímetros de mi rostro.

- Eres la mujer más fuerte que conozco, has vivido un infierno y estás aquí luchando por continuar con tu vida - dijo tomando mi rostro entre sus manos- Pero ahora me tienes a mi, ya no estás sola Wildflower, nunca más.

Con una dulzura especial cuidó de mi, me secó gentilmente aunque yo lo iba a hacer pero él insistió, me llevó hasta su cama y ahí entre sus caricias y las de Duke por mucho tiempo pude dormir con parte de mi conciencia tranquila por haber aminorado un poco la carga que llevaba en mi.

My Wildflower (Calum Hood)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora