36 Cántales

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No sabía quién era el más asustado, si Luke que conducía como un loco y Ashton tuvo que sacarlo del volante y tomarlo él, si Kyla que no dejaba de gritar que corrieran, si Calum que sujetaba mi mano y ya me había preguntado veinticuatro veces si estaba bien o cuanto me dolía, o realmente yo que era la que estaba teniendo a un par de bebés y cada uno con un peso considerable.

- Joder!!! - se quejó Calum mientras tomaba su teléfono que no paraban de sonar - Que está teniendo a los bebés, si, no, no lo sé, demonios Mali que estoy flipando!!!!!! - dijo Calum y rápidamente colgó el teléfono mientras yo si no fuese porque estaba partida del dolor me reiría de la situación.

- Era Mali, Sierra le contó y pues ya sabes, quiere venir, mamá y papá también, es todo un caso- dijo este pasándose las manos por sus enmarañados rizos.

- Calma Hood, soy yo la que va a partirse del dolor, no tu - dije suspirando mientras ahora el dolor era menos intenso.

- Ya llegamos- dijo victorioso Luke mientras este y Ashton salieron del auto y en unos segundos un par de paramédicos ya traían una camilla para trasladarme.

- Doctor Bennett!!! - dijo desesperado Calum cuando mi doctor hizo acto presencia en la habitación donde me habían llevado.

- Ya veo que este par ya quiere salir- dijo sonriendo el doctor tan jovial como siempre mientras se colocaba un par de guantes en sus manos - Te voy a examinar y ya veremos cuanto se tardarán en llegar.

El doctor me colocó en posición ginecólogica y pude sentir perfectamente como este me examinó provocando un gran dolor en mi zona íntima.

- Efectivamente estás de parto señora Hood, tu bolsa se rompió y tienes al menos un par de centímetros de dilatación, como eres madre por primera vez la labor de parto puede ser un poco lenta, seguimos con el plan que acordamos o desea cambiarlo?

El doctor en una de sus consultas me planteó acerca de como quería el parto, de forma natural o mediante cesárea, este me explicó los pro y contras acerca de cada uno y como era al tratarse de dos bebés.

- Mientras los bebés no corran peligro aún deseo el natural- murmuré sabiendo que iba a ser difícil pero que con suerte todo saldría bien.

- Muy bien, las contracciones comenzarán a ser cada vez más fuertes y seguidas, yo iré a ver a otras pacientes pero no dudes en llamar, bien? - dijo el doctor mirando primero a mi y luego a Calum a lo que ambos asentimos.

- Kyla, Roy, Ashton y Luke están fuera mientras que Crystal, Kay Kay y Sierra fueron a casa por las cosas tuyas y de los bebés - murmuró Calum besándome la frente.

- Dile que se marchen, esto durará toda la noche y sé que están cansados amor - dije mirando como él mismo tenía unas marcadas ojeras bajo sus ojos.

- Ya lo hice pero no hay modo, todos quieren a su forma darnos su apoyo - dijo este jugando con mi cabello - Puedo?  - preguntó con un gesto para tocar mi vientre en la zona donde no estaba el cinturón que monitorizaba a los bebés.

- Claro - dije llevando su mano junto a la mía.

- Wow, es increíble como puedo sentirlos - susurró Calum a mi lado - Le están causando mucho dolor a mamá, verdad traviesos? Pero pronto ya estarán aquí para nosotros- murmuró mientras yo sentía como mis vientre se volvía a poner duro y otra contracción me desarmaba.

- Oh mi amor, lo siento tanto, si tan solo...

- Cántales, ellos adoran tu voz - dije casi en un hilo de voz sabiendo que a lo largo del embarazo ya fuera de forma directa, tras un computador o en grabación los bebés adoraban la voz de Calum.

Cerré los ojos y aún con mi mano entrelazada a la de Calum hasta yo pude relajarme pese a las circunstancias mientras Calum cantaba.

  
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Habían pasado exactamente tres horas en las que como el doctor había sentenciado las contracciones aumentaron en intensidad y frecuencia haciéndome que literalmente gritara de dolor y que Calum a mi lado se comiera las uñas y tirara de su cabello, tanto así que él mismo llamó al doctor para que volviera a examinarme.

- Señora Hood, ya lleva varias horas de parto y por alguna razón su dilatación no evoluciona- dijo el doctor retirando sus guantes cubiertos con sangre.

- Que quiere decir eso doctor? - preguntó Calum asustado.

- Quiere decir que vamos a tener que hacer una cesárea por la seguridad de la joven y los bebés.

De tan solo escuchar la palabra cesárea mi cuerpo comenzó a temblar y lágrimas brotaban de mis ojos, estaba muy asustada, nunca había pensado en esto, nadie me había preparado para esto, me colocaron en una camilla y sin demoras y viendo como Calum se quedaba detrás de una puerta con el rostro pálido y afligido me llevaron hasta un quirófano donde un grupo de doctores vestidos todos de azul y con mascarillas aguardaban por mi.

Me sentaron en una mesa fría y ahí sentada e inmóvil me colocaron la anestesia por la zona baja de mi espalda mientras yo hacía lo posible por no temblar. Acto seguido me acostaron y después de inmortalizar mis manos y tapar todo lo que detrás de mis pechos ocurría el temor se apoderó de mi, tanto que no pude controlar mi llanto.

- Estás bien, tienes algún dolor, mareo? - preguntó una doctora que se encontraba a la orilla de mi cabeza y acariciaba cuidadosamente mi cabello.

- Tengo miedo - dije entre sollozos.

- Todo saldrá bien bonita, todos estarán bien, ya verás - dijo con un gesto gentil.

- Ella necesita a su esposo aquí, usted doctor Ryan vaya y prepare al señor Hood para que entre - dijo el doctor Bennett para que así unos minutos después un asustado Calum vestido de pies a cabeza con ropa quirúrgica entrara al salón y tomara mi mano.

- Todo está bien mi Wildflower, estoy aquí contigo- dijo con esa voz suave que tanto amabas aunque sabía que él también tenía miedo, lo podía percibir.

El tiempo era interminable, los doctores hablaban entre sí y Calum tomaba mi mano mientras yo solo cerraba los ojos y repetía como mantra que todo saldría bien.

- Aquí está ella!!!!! - exclamó el doctor llamando nuestra atención y acto seguido un fuerte llanto inundar el salón haciéndome estallar de la emoción.

- Es perfecta amor - dijo Calum viendo a nuestra hija y luego escuchar otro llanto igual de fuerte.

- Y aquí tenemos al hombrecito- repuso el doctor Bennett mientras yo suspiraba de alivio sabiendo que ambos habían venido al mundo sanos.

En un momento dos enfermeras trajeron a mis hijos hasta mi lado, ella fuerte y temeraria tenía un cabello negro y tupido, sus mejillas eran regordeta y su piel aunque rojiza era morenita, sin dudas era calcada a su padre. Por otra parte él era grande y corpulento, su cabello era más castaño y su piel más clara que la de su hermana, era más parecido a mi y eso me llenó de orgullo, de orgullo por ambos.

My Wildflower (Calum Hood)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora