32 Pura alergía

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Seis meses después...

Decir que la vida que hemos llevado Calum y yo en este tiempo ha sido tranquila es una gran mentira, hemos tenido de todo menos tranquilidad. Después de la petición de mano en público que este me hizo todo se transformó en una vorágine de acontecimientos, todos los medios hablaban de nosotros, en bien y en mal, las redes sociales estallaban y que decir de nuestras familias, Joy, David y Mali literalmente enloquecieron al saber la noticia mientras que mis abuelos después de repasar a Calum y someterlo a un verdadero interrogatorio pudieron ver que este definitivamente era el hombre de mi vida.

Luego de eso comenzaron los inconvenientes, Calum en Los Ángeles, yo en Seattle, Calum que se iría de gira en tan solo unos meses mientras yo estaba a punto de sacar al mercado otra marca de vinos la cual prometía grandes ganancias al patrimonio de los abuelos.

A veces nos veíamos algunos fines de semana o solo nos limitábamos a Skype pero lo cierto fue que nada de eso nos detuvo aunque para mi era muy duro no tenerlo a mi lado. Fue así que un buen día fui llamada al despacho de los abuelos y luego que me sentara en frente de estos una carpeta me fue mostrada en la cual habían varias facturas y documentos.

Básicamente me estaban entregando mi futuro pues ahí dentro de ella estaban los recibos y propiedades de un local que seria una extensión de nuestro negocio en la ciudad de Los Ángeles, asimismo estaba la propiedad de una casa enclavada en Beverly Hills que ellos habían comprado para mi.

Al comienzo me rehusé a todo eso, no quería dejarlos nuevamente ni causarle tantos gastos pero una vez que el abuelo me explicó que era un sueño suyo que se pudiera extender más nuestros vinos y que solo confiaba en mi para eso pude entender que esa sería la mejor opción para mi además de que estaría al lado de Calum, que mejor bonus.

Dicho esto comenzaron todos los trámites para mi mudanza hacia Los Angeles mientras que Calum jugaba con las fechas para poder casarnos. Pensamos en una veintena hasta que pudimos quedar en solo una, el día en que nos conocimos en aquel club que sería días antes de que estos partieran a su gira por Europa.

Los planes de la boda junto con mi traslado a California fue un verdadero estrés que si no hubiera contado con la ayuda de Calum, Kyla y los demás chicos no hubiese podido atravesar. En cuanto a la boda Crystal que ya se había casado con Michael se ocupó de encontrar el vestido estupendo para mi, por su parte Sierra y Kay Kay se ocuparon de toda la decoración y demás detalles y Kyla como la madrina tomó el protagonismo y se aseguró que nada pasara por alto.

La mudanza a la nueva casa fue toda una proeza. Nunca pensé que el inmueble era tan grande lleno de habitaciones y baños además de una cocina gigantesca, un gimnasio y una piscina enorme. Calum y los chicos me dieron todo su apoyo y en menos de una semana Calum, Sunny, Duke y yo estábamos instalados en nuestro nuevo hogar inaugurando mi moreno y yo cada habitación y cada rincón de la casa saciando las ganas que ambos teníamos.

- Te sientes bien? - preguntó Kyla mientras aseguraba mi corona con brillantes sobre mi cabeza, obra de ella y que no hubo forma a la que me negara a usar.

- Si, solo es la emoción- dije mirándo en el espejo como mi rostro poco a poco recobraba el color después de una fatiga.

Me puse de pie y observé toda mi figura cubierta con un flamante vestido blanco y un velo gigantesco, era demasiado para mk gusto pero debía de reconocer que no me veía mal.

- Estás preciosa hija - murmuró entrando por la puerta Joy seguida por Mali.

- Gracias Joy, usted también- dije mirando a la mujer que desde hacía ya un tiempo quería tanto como a una madre.

- Por favor, no vayan a llorar y no me lo hagas hacer a mi, ya las demás chicas están listas y podemos ya dirigirnos hasta la playa - dijo Mali alistando su cabello y el vestido coral que entre Kay Kay y Sierra habían escogido para las damas de honor.

- Estás lista cariño? - dijo mi abuelo tomando mi mano mientras ambos subíamos al auto en rumbo a la playa privada donde celebraríamos la ceremonia de nuestro matrimonio.

- Ahora aquí a tu lado si - contesté besando su frente, mis abuelos en muy poco tiempo se ganaron mi cariño, son la familia que siempre soñé.

Subimos al auto mientras sentía como mis náuseas aumentaban a pesar de que ese síntoma ya era habitual en los últimos días. Mis manos sudaban y mi corazón latía desbocado, estaba muy nerviosa y de eso no cabían dudas, nuestra boda era sencilla, solo estaban invitadas las porque tanto Calum como yo considerábamos familia pero aún así tenía muchos nervios.

- Ya llegamos pequeña- dijo mi abuelo mientras el auto se detenía en frente de la arena blanca mientras a unos metros se encontraban todos los invitados sentados y la decoración sencilla y minimalista que habíamos escogido.

Bajamos ambos del auto y tomando muy fuerte el brazo del abuelo comenzamos a caminar juntos. Frente a nosotros iban las cinco chicas que serían mis damas de honor luciendo espectacular cada cual a su forma.

Por mi parte estaba muy nerviosa, me detuve frente el camino de pétalos de rosas que iba hasta el altar, a ambos lados de este estaban los asientos de los invitados, mi abuela y algunos amigos de Seattle, los padres de Calum y algunos tíos de este, los padres de los demás chicos y algunos amigos en común que ambos teníamos en la ciudad además de su equipo de trabajo, esos eran los que en este momento tenían sus ojos pegados a los míos mientras yo solo tenía los míos puestos en el chico de piel morena y ojos cafés que me esperaba al final del camino.

Vestía completamente de blanco y de forma sencilla como era común en él pero lo que más me gustó estaba en su rostro y en la bella sonrisa que esbozó al verme caminar hasta su lugar.

- Señorito, cuídeme bien a mi nieta - murmuró mi abuelo al llegar a la orilla de Calum.

- Más que a mi propia vida Señor O'Brien- dijo Calum sonriendo sin quitar la mirada de mi.

Nuestras manos se rozaron y solo eso vastó como para sentir que mi mundo estaba con él, que él era mi mundo.

Las palabras del sacerdote se escucharon por todo el lugar, mientras la brisa marina golpeaba suavemente mi rostro, era un momento mágico sin dudas. Con lágrimas en los ojos entregué mi anillo a Calum jurándole amor eterno mientras él también hacía lo mismo.

- Calum Thomas Hood, acepta a Snow Marie Walters O'Brien como su esposa para amarla y honrala en la alegría y en la tristeza, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza hasta que la muerte los separe? - preguntó el sacerdote mientras Calum me miraba con esos ojos enamorados que tanto amaba.

- Acepto - dijo besando mis manos mientras en mi pecho mi corazón no podía estar más rebosante de energía.

- Snow Marie Walters O'Brien, acepta a Calum Thomas Hood como su esposo para amarlo y honrarlo en la alegría y en la tristeza, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza hasta que la muerte los separe?
- preguntó nuevamente esta vez a mi.

- Acepto - dije y este iba nuevamente a hablar cuando le hice una señal de alto y Calum y los demás se me quedaron viendo sorprendidos - Yo también tengo una propuesta - dije sacando la pequeña evidencia de una bolsa que llevaba colgando de una de mis manos - Calum Thomas Hood, deseas acompañarme en la aventura de ser padres - dije con los ojos llenos de lágrimas mientras le mostraba a este la prueba de embarazo que hacía tan solo un par de semanas había hecho.

- Oh Dios- murmuró Calum emocionado con lágrimas en sus ojos mientras me tomaba entre sus brazos.

- Supongo que los declaro marido y mujer además de futuros padres - dijo el sacerdote- el novio puede besar a la novia.

Y sin más antes de que concluyera la última palabra Calum me tomó en volandas y posó sus labios sobre los míos en el beso más apasionado que recordaba mientras que los invitados gritaban de alegría, pura alegría.

My Wildflower (Calum Hood)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora