30 Tu canción

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Hacía tan solo unos minutos que había llegado y solo había tenido tiempo para quitar mis zapatos cuando escuché el interphone sonar. Sabiendo cual era mi puntual visitante.

Estaba tan emocionada como si de una adolescente se tratase, sabía que todo esto era una locura pero realmente nunca me había podido quitar a Calum de mi mente, todos los días de mi último año fueron un calvario para mi, cada vez que miraba algún video suyo, alguna canción en algún lugar, incluso un bajo eléctrico, todo me lo recordaba, todo sabía a él.

Recogí mi cabello en un moño en el centro de mi cabeza y así descalza y todo fui a abrirle la puerta al chico me me había robado mi corazón. 

- Hola - dijo parado en la puerta mirándome con aquella mirada pícara.

- Adelante- contesté hechándome a un lado para que pudiera pasar.

- Wow lindo piso - dijo mirando mi apartamento.

- Lo es, pertenecía a mi padre - dije mirando en efecto el muy bien decorado y amueblado apartamento que como herencia había recibido.

- Tu padre? - dijo Calum mirándome con asombro mientras yo asentía.

- El mismo, ven vayamos a la cocina por una copa de vino que la historia es larga - dije llevando a Calum hasta la cocina donde tomé de la pequeña cava que se encontraba a lo largo de una pared una botella de vino de la cosecha del 96, precisamente el año en que este había nacido.

- Ahora también coleccionas y tomas vino? - preguntó asombrado mientras tomaba la copa que yo le brindaba y se ponía cómodo en una de las banquetas.

- Te sorprenderían tantas cosas que en mi han cambiado- dije en un suspiro pensando en efecto todo lo que una persona puede pasar en un año como para que su vida cambie para siempre - Por ti - dije levantando mi copa.

- Por nosotros- dijo sonriendo mientras tintineaba la suya con la mía.

- Bien, por donde empezar, salí de Los Ángeles y aunque prometí no volver más a Atlanta sentía unas ganas imperiosas de volver a lo que un día fue mi hogar, en volver a mi madre - dije recordando como sentía tanta necesidad y falta de mi madre en el momento tan frágil que estaba pasando y fui directamente al cementerio donde de rodillas en su tumba le pedí que cuidara de mi pequeño ángel que se fue hasta un lugar mejor, muy cerca de ella - Regresé al vecindario y como pude limpié y reestrucuré la casa haciéndola más habitable para mi hasta que pudiera encontrar algo mejor donde vivir. Encontré un empleo en un Starbucks y así como camarera trabajé por casi dos meses hasta que un buen día al llegar a casa un señor de unos cincuenta años llamado Jackson me estaba esperando. Él hombre venía de parte de una familia adinerada de Seattle la cual había perdido a su hijo en un trágico accidente quedando así sin heredero pero lo que habían descubierto era que dicho hijo había tenido una hija ilegítima a la cual nunca buscó debido al miedo y la inmadurez de un joven de diecisiete años. Me estuvieron buscando por mucho tiempo e incluso con detectives privados hasta que pudieron encontrarme años después ese día en Atlanta. Al comienzo la historia fue muy difícil de digerir para mi, siempre había crecido sin ninguna figura paterna y con muy mala imagen del mi progenitor pero el solo ver los ojos de ese par de ancianos que veían en mi una esperanza para sus vidas hicieron que tomara la decisión rotunda de dejar todo en Atlanta e irme con ellos hasta Seattle. Ahí temiendo a las polémicas que ya había enfrentado adopte mi segundo nombre y el nuevo apellido que recibí como mi nueva identidad. Conocí a muchas personas influyentes que me inclinaron hacia el mundo del negocio, de hecho ahora estudio administración de empresas en la facultad aunque no he abandonado la fotografía. En fin, recibí este apartamento como regalo además de una enorme fortuna en el banco, en inmuebles y el negocio familiar de vinos como vez - dije apuntando hacia la bebida.

- Wow, no sé que decir - dijo Calum abriendo los ojos de sorpresa.

- Créeme es algo surrealista como yo siendo una chica ordinaria y sin muchas oportunidades en la vida pude llegar a esto - dije apuntando a todo mi alrededor.

- Nunca fuiste ordinaria Snow, nunca para mis ojos - susurró a mi lado mientras me tomaba la barbilla entre su mano para mirarle, gesto tan familiar y característico suyo.

- Me extrañaste? - pregunté en un susurro.

- A morir- confesó mirando a mis ojos.

Las palabras de Calum se me colaron muy dentro, nunca pensé que después que me fuera de una forma tan cobarde de su vida iba a quererme de regreso alguna vez.

- Porque? - dijimos a la vez ambos mientras tuvimos que reír a razón de eso.

- Las damas primeras - dijo apuntando hacia mi con la copa para luego llevarla hasta sus labios y beber un sorbo pero sin quitar sus ojos de mi.

- Estaba perdida, asustada, adolorida en todos los sentidos, mi vida era un infierno y te estaba arrastrando a ti con eso, las polémicas en cuanto a nuestra relación, los cambios debidos a mi a tu banda, los constantes acechos de Zoe que sabía que no pararían así de fácil y luego estaba la pérdida de nuestro hijo fue la guinda del pastel como para reconocer que no era lo suficientemente buena para nadie y mucho menos que podía ser tan egoísta e injusta contigo- dije reviviendo en mi cada recuerdo y sentimiento que traía conmigo ese pasado y en concreto ese día en el hospital mientras Calum negaba con su cabeza llevando mis manos hasta la suyas.

- Nunca Snow, nunca pienses que eres o haces infeliz a alguien, eres la mejor persona que conozco, sé que te fallé, más veces de lo que hoy puedo perdonarme pero te quise y te quiero con todo mi corazón, en todos estos años sabía que te habías ido lejos de mi pero siempre albergaba en mi la esperanza de que tus palabras no eran ciertas y que me llevabas en el corazón como yo a ti - dijo besando mis nudillos delicadamente.

- No Hood, no te podía llevar en el corazón porque él se quedó contigo ese día y desde entonces he vagado como alma en pena - confesé mientras lágrimas caían por mis mejillas.

- Ven aquí- dijo invitándome a sentarme en su regazo cosa que hice encantada mientras este me tomaba entre sus brazos y me abrazaba fuertemente mientras yo me aferraba a su pecho como si fuese mi tabla de salvación.

- Nunca debí de irme de aquí, de entre tus brazos- sollocé.

- Nunca te dejaré ir - prometió besando mi cabeza.

Mientras yo volvía a mirarle de frente para repasar una duda que me quedaba.

- Entonces, a que se debe su visita a Seattle y precisamente a mi local, además, que sucede con esa canción, Wildflower? - dije curiosa mientras Calum reía.

- En los últimos meses supe de ti porque cierto día encontré a Kyla hablándote y pues escuché lo de Seattle, luego mi super espía Roy consiguió más información sobre ti aunque todo el cambio en tu vida me confundia un poco. En fin, convencí al los chicos y al nuevo manager de comenzar la gira de nuestro álbum CALM por aquí y claro está, tocar en tu evento tu canción, esa que escribí para ti My Wildflower.

My Wildflower (Calum Hood)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora