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''Mierda'' murmuro entre dientes mientras marcaba el número de Uraraka fuera de su habitación. 

Finalmente, le había dicho que un amigo había tenido un accidente, por lo que había tenido que acompañarlo durante la tarde. Después de todo era la verdad, solo omitiría la parte donde casi termina follándoselo.

Uraraka es una chica dulce, entendió al instante; o al menos eso le pareció a Izuku. Después de todo se lo compensaría con alguna ida al cine o algo así.

No era alguien difícil de complacer.

Aquella noche el par de amigos con los que convivía diariamente lo taparon en preguntas. Izuku en realidad era bastante fácil de leer, se notaba a millas cuando algo mantenía su mente ocupada, o cuando estaba preocupado, o nervioso por alguna situación. 

Independiente de la insistencia de ambos Izuku calló, no quería que anduviesen inventando rumores por la facultad cuando intentaba ligarse a la linda chica de cabello castaño.

Pero era innegable el hecho de que tenía que hablar con el rubio de artes. Su consciencia no lo dejaba tranquilo y es que llegaba incluso a soñar con aquella voz caliente susurrando contra la piel de su cuello ''Estás duro, Izuku-kun...'' La húmeda mancha en su ropa interior aquella mañana siguiente lo decía todo.

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Katsuki se encontraba en clases de técnica, absorto en un par de ojos verdes que no había parado de dibujar en toda la mañana por el borde de sus magullados cuadernos. Estaba algo nervioso, no sabía realmente como sería su relación con Izuku ahora después de la abrupta despedida que habían compartido en su habitación.

Izuku literal se había espantado dentro de un episodio de pánico gay sobre su cama, después de que literal lo estaba sentando sobre su pene. No tenía sentido y Katsuki para sus adentros pensaba en que no tenía el tiempo o ganas de lidiar con otro heterosexual confundido en su vida.

Pero a la vez, aquella voz dominante y ese tirón de cabello en forma de regaño por marcar su abdomen le robó mas de un suspiro. Midoriya aún era desconocido, aquel encuentro de una u otra forma lo hizo ver algo más interesante de lo que actualmente veía el rubio.

Al menos hoy saldría temprano de clases para poder tomar un largo descanso y disfrutar de la compañía de sus bobos compañeros de cuarto que tanto amaba. Porque sí, los adoraba. Son su familia.

Acomodó sus lentes sobre el puente de su nariz para que no se resbalaran, en realidad detestaba usarlos, pero los necesitaba para sus clases. Sujetó firme con su mano aquellas carpetas llenas de hojas garabateadas mientras alcanzaba con la otra su móvil que no dejaba de vibrar en su bolsillo trasero.

''Izuku ha enviado un mensaje: Hola Kacchan''

''Izuku ha enviado un mensaje: Como estas?''

''Izuku ha enviado un mensaje: Perdóname''

''Izuku ha enviado un mensaje: Ya sabes, por lo que ocurrió''

''Izuku ha enviado un mensaje: Perdóname''

''Izuku ha enviado un mensaje: Perdóname''

''Izuku ha enviado un mensaje: Ven a la fiesta de la facultad de medicina conmigo, nos desvestiremos''

''Izuku ha enviado un mensaje: DIBERTIRENMOS***''

''Izuku ha enviado un mensaje: VDI BERTIUREMOS**''

''Izuku ha enviado un mensaje: DIVERTIREMOS**''

''Izuku ha enviado un mensaje: losiento''

Katsuki pudo sentir como lentamente cada una de sus neuronas explotaba ante la estupidez de Izuku. El sonido de los mensajes lo estaba cabreando, y más aun la torpeza del peliverde al mandarle mil mensajes en vez de solo uno disculpándose.

El rubio de Artes // DKBKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora