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Izuku comenzaba a sentirse mejor, este tiempo había logrado hablar más seguir con su madre acerca de sus problemas, también logró entablar conversaciones más fluidas con Eijiro en las habitaciones.

Le comentó al pelirrojo lo que había hablado con su madre, y Eijiro no pudo evitar pero sonreír ante el crecimiento que su amigo comenzaba a mostrar.

Izuku siguió el consejo de su madre, y le pidió perdón a sus amigos por comportarse así. En especial a Eijiro que había resultado herido con el tema del rubio de artes.

Eijiro como era de esperarse lo perdonó al instante, y es que a pesar de que seguía superando al rubio ya no podía aguantar el incómodo ambiente que se formaba en las habitaciones al estar molesto con Izuku.

El peliverde se sentía mas confiado ahora que había solucionado esos problemas. A menudo pensaba en Katsuki y se alegraba, pues ya estaba convencido de que le gustaba de verdad el rubio y de que era un chico bisexual. Cada vez que lo repetía en su cabeza la idea le gustaba más, quizás podría tomarlo de la mano, quizás podría volver a besarlo, quizás podría incluso pedirle que fuese su novio, podría acariciarlo, tenerlo entre sus sabanas y por sobre todo protegerlo, como siempre ha intentado -sin triunfar muy a menudo-.

Pero faltaba sólo una cosa, hablar con Ochako. Y es que lo estaba dejando hasta el final, porque no sabía cómo hacerlo, porque quizás no se sentía preparado para verla llorar, porque quizás el también lloraría al hacerlo.

Pero Eijiro, Shoto y su madre se lo han estado repitiendo una y otra vez.

Hasta que llegó el día de hacerlo.

Había escogido la pileta fuera de su facultad para hablar con la castaña chica linda que lo había acompañado estos últimos meses.

Ochako ya se esperaba una conversación poco usual, pues Izuku le había dicho que ''tenian que hablar'' de una forma muy incómoda y auto delatadora.

Se le veía preocupada, y una expresión de tristeza ya anticipaba esas palabras.

''Han sido unos lindos meses juntos Ochako, pero hay algunas cosas me han pasado últimamente y es importante que las sepas...'' Izuku habló torpemente, mientras sentía sus palmas sudar.

''¿Vas a terminar conmigo? No lo hagas, podemos superarlo juntos, lo que sea.'' La castaña se desesperó un poco, tomándolo de las manos al pecoso chico que miraba a un costado para evitar aquella triste mirada.

''Perdóname, es que me gusta otra persona...'' dijo finalmente, esperando ser abofeteado o algo así.

Pero el golpe nunca llegó, quizás se había acostumbrado a las reacciones violentas de Katsuki, que cómico.

Sólo llegaron las lágrimas, Ochako de verdad que no se esperaba eso, y es que su novio a pesar de no ser siempre muy atento sólo se juntaba con ella desde que comenzaron su intenso noviazgo. No lo veía a menudo con otras chicas.

''No lo puedo creer, ¿Te gusta Tsuyu?'' Ochako lloró tapando entre sus manos sus grandes ojos marrón.

Izuku casi se atora ante las palabras, aquello no tenía sentido.

''No, ¡no! ¿Estás loca? Es tu amiga. Es otra persona... lo mejor es terminar, no está bien.'' Izuku repitió las palabras de su madre y bajó la mirada algo triste, pues las lágrimas de la linda chica eran contagiosas.

''Ten la decencia de siquiera decirme que hice mal'' Ochako lloró más fuerte, haciendo que algunas personas que iban de paso voltearan a mirarlos.

''No hiciste nunca nada mal, eres una excelente chica. No puedo controlar quien me gusta, y me gusta otra persona en este momento.'' Izuku intentó darse a entender con la mayor suavidad posible, sin esperar que Ochako se desmoronara sobre su pecho.

El rubio de Artes // DKBKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora