To Die For [traducción] [TPN/Norray]

Ray I (4)

Papá se pusó muy feliz cuando le dió la guitarra nueva. Mamá también pareció gratamente sorprendida por su elegante flauta, aunque un poco sospechosa por la cantidad de regalos que recibió Ray.

Honestamente, no la culpaba. Todavía no podía creer que ahora tuviera una cámara profesional, ¡Mucho menos auriculares de alta tecnología y cuchillos nuevos de cocina!

Papá tocó una canción simple de tres acordes mientras mamá admiraba los botones brillantes de la licuadora, los tres sonrieron asombrados por el sonido que resultó de ello. Papá siguió tocando e Isabella pronto se unió a él, tarareando una hermosa melodía y probando un poco su nueva flauta, sonrojándose ante el desafinado sonido, sus ojos se iluminaron al ver a Leslie reprimiendo una risa.— Oh, parece que estoy un poco oxidada.—

Ambos rieron y Ray rápidamente tomó una foto, capturando el momento. Estaba feliz de ver que la cámara capturaba a la perfección la mirada amable de sus padres, imprimiendo su alegría en segundos.

Ray admiró la foto, prometiéndose a sí mismo que la enmarcaría. Pero primero tenía que cocinarle a Norman los mejores brownies del mundo.

•••

— Come.— ordenó Ray, poniendo una porción de su orgullo y alegría frente a Norman. Le tomó tres horas hacer este brownie, más le vale que le encante.

El hombre rió ligeramente ante su tono mandón, dio un mordisco y se paralizó de la impresión. Ni siquiera elogió la comida, simplemente dio otro bocado, y otro, y otro, ojos negros brillando de alegría, gimiendo por el sabor.— ¡Está increíble!—

Ray sonrió, suspirando interiormente de alivio.— Te daré la bandeja entera antes de que te vayas.—

— Me harás engordar si sigues siendo tan amable.

Ray le pellizcó la mejilla, provocando que Norman soltara un quejido.— Ojalá así sea, estás demasiado delgado, debes comer más.—

Norman rió.

•••

Viernes por la noche.

Mamá se despidió de él tan pronto como llegaron Emma y Hayato, ambos saltaron a él con la energía de un par de niños hiperactivos. Ray trató de evitar sonreír ante el abrazo doble

Amaba a su madre, la respetaba y disfrutaba de su presencia, pero no podía evitar preferir cuando compartía turno con sus dos mejores amigos.

Como de costumbre, Emma encantó a todos al ser la cajera más brillante y amable que existe y Hayato impresionó a los clientes nuevos con su velocidad y entusiasmo, entregando todo lo que Ray hacía en tiempo récord y pasando el resto de su tiempo charlando. Parecía tener energía ilimitada

— ¡Y Yuugo no me mordió hoy!— exclamó Hayato, apoyando los codos en el mostrador.— ¡Ni siquiera me gruñó, no al menos hasta que le dí unas palmaditas en la cabeza! Me sentí muy orgulloso. ¡Apuesto a que se sentirá cómodo conmigo para el final de la semana!—

— Buena suerte con eso. Solo la comida puede hacer que ese diablo se calme.– resopló Ray, poniendo un limón en el borde de una limonada y dándole la bebida al chico hablador.— Esta es para Anna.—

El chico agarró la bebida y corrió hacia la gentil mujer, de alguna manera sin derramar nada.

— Son muy malos con Yuugo.— dijo Emma después de atender a un anciano.— ¡Es un amor!—

— Contigo tal vez.

— Todos los animales te quieren.— Hayato asintió agresivamente, asombrado a la par que celoso del superpoder de Emma.— Eres como una Blancanieves de la vida real. ¡Ah! y Thoma quiere más café.—