Norman regresó dos días después, sintiéndose decepcionado al no encontrar al panadero, en su lugar vió a una mujer mayor, que tenía una delicada cadena en el cuello y un anillo de bodas que le resultaba familiar. Con el nombre Isabella escrito en la etiqueta de su uniforme.
Esta vez el lugar estaba abarrotado de clientes al no haber ninguna tormenta de la que refugiarse.
— Buenos días, no creo haberlo visto antes.— dijo la mujer, con ojos agudos pero amables.— Espero que disfrute de lo que tengo para ofrecer.—
— Si es como la comida de Ray estoy seguro de que me encantará, señora.
— ¿Conoce a Ray?.— ella preguntó, con un destello de interés en sus ojos.— ¿Es amigo suyo?.—
— Desafortunadamente sólo un cliente. Vine aquí hace dos días.
La mujer soltó un "¿huh?" y prestó mucha atención a la primera palabra.— Ya veo. Recibió una propina bastante generosa ese día. Debe haber disfrutado mucho de su comida.— sus ojos brillaban con picardía.— Le gustaría la misma orden hoy, señor?—
— Otro chocolate caliente suena bien, pero es demasiado temprano para postres, prefiero comer un croissant.
— ¿Lo comerá aquí?
— Sí.
— Gracias por su compra.— Isabella miró brevemente para ver si había alguien detrás de Norman, cuando no encontró a nadie, comenzó su bebida, preparando su pedido tan -o hasta más- rápido de lo que lo hizo Ray. Sus movimientos también eran bastante similares.
— ¿Es usted su maestra?.— Norman no pudo evitar preguntar, tomando un sorbo de chocolate y recordando su breve conversación.— ¿O su madre, tal vez?.—
—Ambos.— confirmó ella, llevándole su croissant.— Y por favor, llámeme Isabella, todos lo hacen.—
— Como desee, señorita Isabella.
Fue a sentarse, y notó que la mujer no estaba exagerando al escuchar varios "Adiós Isabella" o "Gracias Isabella" y un apresurado "¡Dame otros diez panes, Isa!". La gente actuaba extremadamente familiar con la panadera, tratándola como si de una amiga se tratara. O incluso una figura materna, si es que el infantil "¡Amo tu comida, mamá!, ¡Cuando sea grande quiero ser panadero como tú!" daba algo en que pensar.
Era casi como en un cuento de hadas.
Mientras comía el croissant, la puerta trasera se abrió y Ray salió con un gran lote de pan y baguettes. Había un poco de harina en su mejilla, y Norman se quedó mirándolo con mucha atención. Ray se veía diferente... Su pelo alborotado ahora estaba recogido en una pequeña cola de caballo puntiaguda, y su flequillo sujetado por unos coloridos pasadores.
— Te ves bien sin el flequillo.
Ray parpadeó al oír su voz y le dirigió una mirada, una mirada larga.— Y tú te ves bastante arreglado para ser las 7 am. ¿Por qué el traje?—
— Tengo una reunión en una hora.
Ray frunció el ceño y puso las baguettes en una canasta en la parte de atrás.— ¿Reunión? ¿Qué clase de reunión? No puedes ser mayor que yo.—
— No, tengo 24 años, solo me veo joven.— dijo divertido.— Soy diseñador y vendedor en Vida Flowers, la tienda a unas pocas cuadras más abajo. Hoy discutiremos algunos cambios para organizar mejor los nuevos envíos.—
— ¿Vida Flowers?— Ray parecía impresionado, provocando un sentimiento de orgullo surgiera en Norman.— Mamá consiguió su anillo allí.— puso el pan en otra canasta, y sonriendo continuó.— Y tengo 25 años, así que sí eres más joven.—
— Solo por un año.— rió ligeramente.— Y tuve la sensación de que así era. El anillo de bodas en su cuello es mi diseño.
— Es bueno.
— Así es.— reconoció Norman. Ray rió y continuó trabajando.
Ray estaba trabajando mucho hoy. Entre las personas que querían pan para llevar y las personas que comían en la panadería, Ray no intercambió muchas palabras con Norman.
Norman pasó la mayor parte del tiempo mirándolo hacer su magia, todavía asombrado por lo firmes que eran sus manos, sus movimientos fluidos sin importar cuán compleja fuera la orden. Aquello le hizo preguntarse si el panadero podría escapar de un par de esposas con la misma facilidad con la que metía los dedos dentro de las estrechas botellas de chispas de chocolate. Sería interesante verlo liberarse, incluso si hubiera una posibilidad mucho mayor de que Ray simplemente luchara sin lograr nada, intentando e intentando hasta que sus muñecas estuvieran cubiertas de violentas marcas rojas.
Sus ojos se oscurecieron, no estando seguro de cual posibilidad sería la más entretenida.
Ray le dio un chocolate caliente, con la crema de la bebida diseñada para parecerse a un encantador ramo de flores, copiando perfectamente el logotipo de su lugar de trabajo.
Oh.
Estaba bastante bien hecho.
— Considéralo un pequeño regalo por la propina de antes.— dijo Ray con tono juguetón
— Gra--
—¡Ray!— un chico en la mesa vecina gritó, interrumpiendo a Norman.— ¡Necesito más de tu café! ¡Esta mierda es una bendición!.—
— Enseguida, Thoma.— dijo Ray, tomando cuatro órdenes más en el camino, sin anotarlas en ningún momento, y fue con rapidez al mostrador, donde su madre le preparaba a alguien un jugo de fresa.
Norman se encontró mirando su pequeña sonrisa más de una vez. Fascinado.
Había pasado un tiempo desde la última vez que jugaba con alguien...
Se entretuvo con su celular, buscando a Ray Gracefield en Twitter, Facebook, Instagram y cualquier red social que se le ocurriera. No encontró nada.
Qué lástima.
Cuando llegara a casa, tendría que mirar las cámaras, ver dónde vivía Ray y planear algo. Algo divertido que no le haría daño a nadie.
•••
Se quitó la corbata tan pronto como llegó a su habitación, encendiendo su computadora portátil y haciendo clic en el icono de una agencia de viajes. Una vez colocó la contraseña, la fachada desapareció para dar paso a imágenes de cámaras de seguridad con los nombres de las calles en la esquina de cada recuadro.
No había muchas cámaras en el distrito de Goldy Pond. Tampoco había ninguna en frente de la panadería. Revisó todas las calles cercanas, sonriendo al ver al chico aparecer en dos cámaras cerca del banco local. Estaba caminando por la calle con su madre, hablando mientras ambos giraban a la izquierda. Revisó los registros de esa cámara en particular de los últimos 3 días y a la misma hora, solo para asegurarse de que este camino fuera una rutina, no un desvío de una sola vez.
Es una rutina. Bien.
Trató de encontrar a Ray en otras cámaras cerca de la calle del banco, pero por mucho que lo intentó, no pudo encontrar su casa, solo volvió a ver al panadero cuando fue al supermercado local con un hombre desconocido, probablemente su papá. Cuando visitó una heladería con sus padres. Cuando él y un chico rubio que caminaba demasiado cerca de Ray visitaron esa misma heladería. Cuando Ray fue solo a comprar auriculares nuevos y demás... Había bastantes registros de Ray saliendo a comprar cosas, pero no había señales de su casa. Probablemente no vivía en un barrio rico.
Al parecer Norman tendría que hacerlo a la antigua.
El viernes estaba libre, así que debería poder acosar a Ray por unas horas. Su objetivo probablemente no viviría tan lejos si iba a pie, pero más vale prevenir que lamentar.
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To Die For [traducción] [TPN/Norray]
Fiksi PenggemarDonde Ray trabaja con su madre en una panadería familiar y Norman, además de ser uno de sus mejores clientes, es un encantador asesino serial. ˚ · . · * . • · * ˚ · . · ⚠️⚠️ ‼️ Este fanfic no es mio. Fue escrito por @7Flyingpancakes7 en...