To Die For [traducción] [TPN/Norray]

Ray III (1)

Ray no pudo encontrar su liga para el pelo, así que se utilizó unos broches para acomodar su flequillo. Norman claramente no necesitaba hacerlo siendo su pelo ya bastante corto, pero Ray pudo notar su mirada fija en los coloridos broches. Le dio uno rojo, sonriendo cuando Norman se lo puso, mostrando su linda frente.

Ray trató de ir paso a paso en el pastel de zanahoria que Norman no pudo hornear anteriormente, decidido a lograr que lo haga exitosamente esta vez.

Fue más fácil que enseñarle a Emma o Hayato. Esos dos idiotas siempre se apresuraban. Todos esos platos rotos y peleas de comida... Echa de menos el caos. Echa de menos los terribles juegos de palabras de comida, echa de menos a Hayat--

Aunque enseñarle a Norman tampoco era tan sencillo.

Puede que Norman aprendiera rápido, pero claramente estaba comenzando desde cero. No confundía ingredientes ni tomaba mal las medidas, pero si Ray le daba la espalda por un segundo, su ignorancia se hacía aparente.

— ¡¿Qué crees que estás haciendo?!— Ray lo reprendió, arrebatándole la zanahoria que tenía en la mano.— ¡No puedes poner la zanahoria entera en la mezcla!—

— Si tú lo dices... — Norman frunció el ceño pero por suerte obedeció, y procedió a tomar un cuchillo afilado con mucho descuido y una abrumadora cantidad de confianza. Una confianza muy fuera de lugar. Ray sintió su corazón acelerase del susto ante su error infantil, temiendo que el hombre mimado volviera a lastimarse.

— Lo estás sosteniendo mal.— Ray lo agarró por la muñeca, suspirando con cariño ante la sorpresa de su novio.— Estamos en una cocina, no en un club de lucha.— Ray instruyó suavemente a Norman para inclinar su cuchillo en un mejor ángulo, deslizando sus dedos para sostener correctamente el cubierto y apoyándose detrás de su espalda para manipular su otra mano sin bloquear su visión.— Bien, bien. Mantén la zanahoria sujetada, hará más fácil conseguir cortes limpios. Norman se inclinó inconscientemente sobre él, lo que obligó a Ray a acurrucarse en su hombro mientras guiaba sus movimientos. Sentía la colonia de Norman cerca de sí, la fuerte fragancia combinaba bien con el ligero olor de las zanahorias.— Quité tu pulgar de ahí por algo, idiota. No lo pongas en la zanahoria otra vez.—

Norman se estremeció ante la suave reprimenda, respiró hondo y siguió el ejemplo de Ray.

Ray lentamente le dio a su mano más libertad, sonrió y expresó su aprobación.— Mucho mejor. Tus cortes son limpios. Tus manos son muy estables.— alabó, suavizando su sonrisa ante la forma en que la oreja de Norman se enrojeció.— Sólo haz los cortes un poco más delgados.— guió el cuchillo de Norman más cerca de la punta del trozo de zanahoria, mirando con orgullo cómo su novio clavaba cortes finos.— Perfecto.— soltó a su aprendiz y rió entre dientes ante la palpable decepción de Norman debido a eso.— Partiré los huevos, llámame si necesitas ayuda.—

— De acuerdo, amor.— Norman tarareó en voz muy baja, el tono suave provocó que Ray le besara la mejilla.

Ray era muy bueno separando las yemas, pero no dejaba de ser un trabajo meticuloso. Estaba ya en el último huevo cuando Norman terminó de cortar su zanahoria. Quien se la mostró rebosante de orgullo.

Los cortes no eran tan perfectos como los que hacían él y mamá, pero era bastante bueno para un principiante. Ray sonrió, compartiendo su orgullo.— No está mal. ¿Crees que estás listo para usar una batidora?—

Rápidamente se demostró que el conocimiento tecnológico de Norman también funcionaba con máquinas de cocina. Dominó la batidora en poco tiempo.

Una vez que Norman ganó más confianza, decidió dividir su atención entre cocinar y actuar increíblemente amoroso y afectivo. Esto resulto ser algo que Ray no sabía que necesitaba. La lluvia de amor era mucho más tranquilizadora cuando sólo eran ellos dos, ahogando el zumbido de pensamientos que susurraban constantemente sobre posibles sospechosos de asesinato y la capacidad de las personas para el mal. El tener a Norman desfilando como si fuera parte de la cocina, encajando perfectamente en su vida, era pacífico de una manera que Ray no podía describir con palabras.