Norman III (3)

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Resultaba que a Ray si le gustaba distraerse, pero a diferencia de Andrew, él se sentía mucho más cómodo ayudando a los demás, no estaba dispuesto a dejar que Norman fuera quién se encargara de todo. Tampoco le sorprendía tanto, supuso. Ray ya había tenido una explosión de emociones antes, puede que no supiera cómo lidiar con recibir atención, pero es rápido para actuar. Ray trabaja y trabaja y trabaja para distraerse y mantenerse ocupado, siempre siéndole difícil acostumbrarse a la idea de que alguien lo consienta. Norman todavía estaba sorprendido por lo mucho estaba disfrutando el estar completamente a su merced. La boca de Ray, su voz, sus toque, su pene, sus brazos, su calidez y amor, todo lo enloquecía. Apenas y pudo evitar rogar cuando Ray aumentó tentativamente su rudeza. Dándole buen uso al lubricante que trajo. Su panadero se detenía de vez en cuando para preguntar si estaba bien o si iba demasiado rápido. Suponía que era dulce que alguien que estaba tan fuera de sí estuviera dispuesto y fuera capaz de preguntar y preocuparse por él, entendiendo que a Norman le gustaba el dolor pero queriendo la confirmación de qué tipo le gustaba más, preocupándose de si llegaba a ser demasiado.

Nunca fue demasiado. Estuvo tan cerca de explotar, tan cerca de exigir más contacto. Más fuego. Más violencia. Más Ray. Más. Más. Más.

El cuerpo de Norman estaba lleno de marcas. Mordidas por todos sus muslos, rasguños en la espalda, moretones en las muñecas. Saliva en todo su cuerpo. Sintió su cuerpo arder. Si antes respiraba carbón, entonces ahora ya no tenía pulmones, solo un montón de cenizas y costillas destrozadas flotando en su corazón derretido.

Nunca se sintió tan lleno y agotado en su vida, perdido en el dolor y el placer. Satisfecho. Amado.

La adrenalina burbujeante que viene cada que tenía un buen polvo había disminuido ahora, pero aún sentía los cálidos restos. Muy dolorido, somnoliento. Envuelto en el frío con Ray. Succionando cada gota de amor que su panadero le ofrecía.— Estás cálido.— murmuró, borracho en este laxante desconocido.—... te amo.—

Esto es lindo...

— Yo también te amo.— murmuró Ray en respuesta, colocó su barbilla en la cabeza de Norman, para después darle un beso a la mencionada. Usó su chaqueta para cubrirlos a ambos.

El albino se quedó helado. Esas cuatro palabras pusieron su mundo de cabeza.

Él ya sabía eso. Los ojos de Ray lo decían todo. Pero escucharlo decirlo abiertamente era totalmente distinto. Esa frase lo intoxicó con una extraña sensación de alegría, similar a cuando vio a Ayshe finalmente ser devorada por los lobos, pero era aún más salvaje ahora. Jalaba su estómago, suplicando que la dejara salir, que la liberara antes de que desgarrara su cuerpo.

Norman no estaba acostumbrado a esta plaga de alegría, queriendo mantenerla enjaulada dentro de él para siempre, pero necesitando que las abrumadoras amalgamaciones de sentimientos desaparecieran. No estaba seguro de qué hacer con ese impulso tan intenso y repentino de matar, pero sin armas, ni objetivo ni energía. Fue demasiado. Demasiado. Terminó rindiéndose a sus instintos, dejó escapar una risa involuntaria y larguísima. El movimiento repentino le causó dolor en su maltratado pecho, pero lo hizo sentir tan tremendamente bien. Se sentía tan ligero como una pluma.— ¡Dilo otra vez!.—

Ray se rió entre dientes al ver su entusiasmo, le revolvió el pelo.— Te amo, idiota.—

Se acurrucó en el pecho de Ray, dejando escapar un suspiro de satisfacción.  Incapaz de dejar de sonreír. Deseando poder grabar el amor de Ray una vez más. Guardarlo como su tono de llamada.

Estuvieron en silencio quién sabe cuánto tiempo, abrazados el uno al otro.

— Necesitamos hablar más sobre esto.

To Die For [traducción] [TPN/Norray]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora