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El ambiente se volvió tenso en el lugar, tan frío como nunca antes, Mikaela solo se limitaba a firmar papeles o solo hacer lo que tuviera que hacer, si antes no hablaba ahora solo daba órdenes con señas o por escrito de resto nadie le escuchaba la voz. Hoy iba a llegar René de un viaje, había hecho unos papeles en un banco extranjero cosa que solo él podía hacer, se extraño de ver todo, tampoco vio a Chess revoloteando por ahí aquello le alegro, miró de reojo, el asiento de Horn estaba vacío ¿Que había pasado en su ausencia? Fue a buscar a Lacus quien se veía más aburrido de lo considerado normal, cerró la puerta detrás de él y suspiró con pesadez

—Necesito que me digas que diablos pasó aquí —Ordenó, Lacus le miró aburrido mientras jugaba con un lapicero. Hizo un ademán para que se sentara

—La historia es un poco larga. Promete que no irás a golpear a Mikaela, le prometí a Yuu que nadie le haría daño—Informó él pelipurpura dejando el lapicero sobre la mesa

—Esta bien—Aceptó resignado aunque tuvo la impresión de que iba a incumplir esa palabra. No era normal que su bienvenida no incluyera lubricante sabor a fresa o una oral como mínimo

No cumplió su palabra y en cuanto Lacus terminó de hablar, salió hacia donde se supone que estaría la oficina de asistente de presidencia, encontro a Gyuurei revisando la computadora y anotando algunos números. El lugar no tenía esos patéticos pósters de caricaturas otakus, tampoco la figurita de Idol de cabello amarillo brillante ahora era demasiado sobrio con decoraciones al estilo inglés, cuando se dio cuenta tenía un par de ojos amatista mirandolo con seriedad

—¿Desea algo? Dije que pronto le mandaría el informe total de todo—Advirtio en un tono suave y cordial.

Siendo el gemelo de Yuu eran demasiado diferentes, Gyuurei es más alto, mucho mas pálido y su cabello lacio azabache está peinado de lado, los ojos color amatista no eran enérgicos tan llenos de vitalidad como los de Yuu, de hecho transmiten una extraña y asfixiante tranquilidad, como si analizara cada uno de sus movimientos

—Vine confirmar algo—Respondió René con rapidez, Gyuurei suspiró y le hizo un ademán para que se sentara en el mullido sillón Inglés recubierto en terciopelo azul rey

—Sea libre de preguntar. Supongo que no estuvo en el país, lo transmitieron en televisión nacional—Suspiró cansado, miró al techo y luego bajó con lentitud la mirada al suelo

—Tenia cosas que resolver—Justificó René manteniéndose distante

—No debería estar tan tenso, no te haré nada. Recomiendo que no le hagas nada a Mikaela—Advirtió sin cambiar su tono tranquilo—El lazo esta en una situación muy complicada

—Lazo... necesito que me digas ¿Que pasó?—Preguntó recostandose cómodamente, Gyuurei giró su silla para verlo

—Es complicado, Yuu no me dio explicaciones de casi nada, solo me dijo una cosa. Esta embarazado—Cerro los ojos con fuerza como si le doliera algo—El lazo que tiene con Mikaela esta bien pero es demasiado susceptible

—Me dijo que Mikaela había sido infiel con la perra de Chess—Ladró de mal humor, Gyuurei ni se inmutó

—Cuando tienes dos cuerdas trenzadas puede romperse una y seguir unida a la otra por la misma trenza, es igual, ahora que Yuu va a tener un hijo no soportaría que se rompiera. Si alguien le hace daño a Mikaela, Yuu lo sentirá —Explicó Gyuurei y René lo entendió

—Pero ¿Por qué estás tan tranquilo?—Interrogó —Eres un alfa y un Hiragui además...

—Tres cosas, estoy molesto, le prometí a Yuu que me haría cargo y tengo que controlar a mi hermana cada tanto de que no termine lanzando a Mikaela por la ventana. Ya lo intentó —Se veía cansado—E buscando de muchas formas como sacarle la información a Mikaela sobre esto

Perfecto desastreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora