Ambos acababan de salir del edificio en donde le habían hecho las pruebas psicológicas al azabache y ahora él rubio no sabía muy bien si debía prepararse para cuando Yuu sufriera del hígado o buscar una mejor alternativa que no involucrara tragar pastillas como si fuera un anciano de cien años con problemas cardíacos. Solo había una razón por la que de verdad no internaron al azabache a un manicomio de por vida y fue porque Yuu había visto como se estaba acercando al botón rojo así que solo sonrió diciendo que todo era broma y que era un ensayo para un libro que estaba escribiendo a lo que él psiquiatra solo asintió alejando la mano del botón rojo.
—Bueno al menos te sentirás mejor por el momento. Hablaré con mi mamá si por casualidad no existe otra forma—Trató de sugerir él rubio pero Yuu le miró mal. Habían descansado en la misma cafetería que hacía dos días y al menos Mikaela agradecía que Yuu no se hubiera vuelto a ir por su cuenta
—Mika cariño estamos hablando de cinco medicamentos por día sin mencionar que la de la depresión y la ansiedad me tengo que tomar dos en el día y en la noche. La del insomnio es casi un somnífero para elefantes, con todo eso tal vez tenga jodidos los riñones y mi hígado a los treinta—Masculló mientras le daba un bocado a su tarta de melaza, tragó el trozo entero antes de volver a suspirar— Seguimos sin hablar de los efectos colaterales de cada medicamento. Surgirá un efecto dominó en mi sistema y ya no serán cinco. Tal vez tenga que tomar veinte ¿Quieres que muera asfixiado por no tragar una maldita pastilla? Él señor dijo que no me dejaras solo con mis medicamentos ¿Tan suicida me veo?
—A todo esto ¿Por qué tienes tantos cambios hormonales? Okay entiendo que eso podría sonar ofensivo y tal vez grites que no eres una mujer en su periodo pero se supone que nacer como hombre te haría tener las hormonas un poco más estables—Preguntó Mikaela algo perdido. Yuu de momento tuvo ganas de estrangularlo hasta que recordó que Mika estaba siendo brutalmente honesto por la confianza que se tenían y no por malos motivos
"Pensé que podría ignorarlo el resto de mi vida" Suspiró Yuu cansado, le dio igual de todos modos Mikaela tendría que saber un poco sobre él.
—Bien mamá Shinya ni siquiera podía tener hijos así que usaron una técnica poco ética para que yo naciera, vine por partido doble por Gyuurei—Respondió de forma vaga— Para variar hicieron pruebas con mi mamá usando miasma y sangre de vampiro así como algunas hormonas lo que altero mi desarrollo. Siendo mi naturaleza un omega ¿Alfa por así decirlo? Así que al ser un puto experimento además de tener cables cruzados donde no deberían mi cerebro a veces decide producir más químicos de lo normal y ¡Tachan! Cambios de humor, ganas de matarme y lapsos de insomnio que terminaron de joderme las cabales ¿Entendiste?
Mikaela se quedó en silencio con una mueca muy rara que hizo a Yuu desear haber cerrado la boca. No es como si fuera a culpar a su madre al respecto y tampoco culparía a su abuelo por hacer lo posible por darle eso a su hijo menor
—Pensé que no era tan grave—Pensó en voz alta— Pensé que eran las secuelas por todo lo que sucedió
—Eh. No eso lo empeoró y logré descubrir lo resistente que soy—Suspiró Yuu algo resignado mientras sostenía el papel en donde tenía la receta de los medicamentos— Creias que era así porque todo me lo tomo como un chiste pero realmente mi situación mental es complicada. Te lo dije somos un par de trastornados la diferencia es que lo tuyo son traumas, lo mío es nacer con los tornillos flojos
—Lo siento—Se disculpó cabizbajo, Yuu logró percibir la culpabilidad del rubio "Para variar teníamos que haberlo hablado antes" Razonó Yuu un tanto incómodo "Es normal que se preocupe y lo entiendo"
—No es tú culpa Mika, tengo problemas para comunicar mis propios problemas y entiendo que te preocupes por mí solo que mi cerebro va más rápido de lo normal—Yuu solo le palmeo el hombro en busca de despertar al rubio de sus pensamientos de culpa— Imagino los peores escenarios posibles casi siempre y aunque te parece una exageración eso podría ocurrir