No sabía cuánto tiempo había dormido aunque a juzgar por lo bien que se sentía debía haber sido mucho tiempo, lo inusual era la ausencia de su dolor crónico y algo de calambre en las piernas pero de resto se sentía lleno de energía, pegajoso pero lleno de energía. Decidió levantarse con cuidado de no despertar al rubio de su sueño, si mal no recordaba siempre era él quien se levantaba primero aunque no importaba mucho el orden de los factores, dio una mirada hacia la pared destruida y sintió un escalofrío
—Diablos ¿Yo hice eso?—Se preguntó en voz alta antes de encogerse de hombros y cruzar por el enorme hueco en la pared.
Busco algo de ropa cómoda antes de meterse a la ducha y darse un baño, podría pensar detenidamente lo que acababa de pasar. Primero ayer entro en celo un poco antes pero sucedió, los niños adoptaron un gato, le pidió a Gyuurei que los cuidara mientras se le pasaba el calor, fue a tomar sus pastillas para dormir y... Quizás uso a Mikaela para bajarse la calentura, quizás porque al menos podía usarlo para romper la gruesa capa de hielo entre ellos dos
—Soy un asco de persona—Murmuró con algo de remordimiento, esperaba que las cosas no se pusieran incómodas ¿Que estaba pensando Horn cuando se fue? Igual no era su culpa
Algo blanco y espeso comenzó a deslizarse desde su entrepierna y no pudo evitar sentir un poco de vergüenza. Al menos Mikaela seguía dormido y no lo escucharía limpiarse "allí"
—Maldición ¿Como si quiera funciona esto?—Se preguntó cerrando la llave de la ducha
Se sentó sobre el inodoro y con algo de paciencia trató de sacar todo el semen que había dejado Mikaela dentro de él, era algo incómodo pero necesario.
—Bajate bájate bájate ya—Murmuró evitando mirar su entrepierna, cuando terminó tomó aire para terminar de enjuagarse el cuerpo.
Al salir del baño se apresuró en ponerse algo de ropa, aún era de madrugada y podría pasar el día con los niños, bueno y también con Mikaela después de todo no podía seguir negandolo era demasiado doloroso y con lo bien y sano que había amanecido no quería volver a padecer los mismos malditos malestares de su omega reprimido. Sonrió de forma inconsciente mientras se asomaba por el agujero en la pared, Mikaela estaba sentado sobre la cama mirando sus manos con una expresión de melancolía en su rostro, pareció suspirar resignado y luego voltear de un lado a otro como si lo estuviera buscando. Él rubio estaba a punto de caer en un ataque de pánico, su terapeuta le regañaria si lo viera en este estado al borde de un ataque de histeria "¿Se habrá molestado? No quiero que Yuu‐chan se enoje conmigo ¿Solo me uso? No es como si importara pero me dolería" Podía escuchar la respiración de alguien cerca pero con las emociones del momento era imposible usar su lado racional, la oscuridad lo iba a devorar
"Oscuro, frio, solo"
—¿¡Donde estás?!—Gritó Mikaela y Yuu comenzo a soltar su olor de forma inconsciente para calmarlo—Por favor. No me dejes
Yuu se acercó a él para abrazarlo lo que lo hizo comenzar a calmarse, su corazón iba demasiado rápido al punto de poder sentirlo a través de ese abrazo ¿Como era posible que Mikaela fuera tan indefenso ahora? Solía creer que los alfas no podían llorar o expresar emociones pero eso al parecer era tan equivocado
—Estoy aquí Mika, ya estoy aquí—Consoló Yuu mientras le palmeaba la espalda, no sabía si iba a poder decirle que no quería irse a ninguna parte pero siempre estaba su lado irracional cuando se sentía en peligro y no podía evitar huir
Mikaela se mantuvo en silencio solo dejándose consolar por el azabache, quería poder decir algo pero de su garganta no salía nada y no iba a arruinar el momento, escuchó un suave suspiro y un toque en su cabeza.
