Yuu había aprovechado el día anterior para ser un completo flojo llevando los acontecimientos con calma y había una muy buena razón para ello. Desde que se había levantado había estado corriendo de un lado a otro revisando cada detalle del último evento a su cargo, desde los bocadillos, la música, decoración, invitaciones y especiales, los jardines de rosa que había usado para la ambientación medieval, la música, uniforme de cada uno de los meseros y también de firmar una pila de documentos para corroborar la llegada de otros detalle para el enorme salón. Durante todo el día había sentido un poco de culpabilidad por dejar a los niños a cargo de Gyuurei desde la mañana pero es que Horn también estaría ocupada con el aseo de cada rincón del salón y supervisando las cocinas, tal vez otras cosas más de las que no podía acordarse ni hablar de Lacus quien se encargaba de las relaciones públicas ya que Mahiru estaría ocupada con otro desfile en Seraph of the blood y no podría venir a hacerse cargo
¡Sin exagerar! El momento más ligero de todo aquel corre corre había sido el mismo evento en el que en su vestidor privado pudo relajarse para acomodar su traje como protagonista, la primera regla de etiqueta puesta en la invitación era que todos vendrían en colores claros y monocromáticos del tipo, beige, gris claro o color crema a excepción de los invitados especiales que vestirán de colores un poco más oscuros como azul marino, marrón y rojo vino pero solo Yuu podría vestir completamente de negro y en cuanto al coprotagonista que sería Mikaela vestirla de blanco. Aquel arreglo tenía una segunda intención y era hacerle el trabajo más fácil al azabache al recordar con cuales invitados debía saludar de forma obligatoria y a quienes podía darse el lujo de evitar después de todo nunca dejaría escapar cualquier método de hacer su trabajo más simple y fácil para tener más tiempo libre
—Yuu‐sama cinco minutos antes del evento principal—Habló la voz de Horn al otro lado de la puerta, naturalmente ella serviría como medio social en cuanto Yuu decidiera escabullirse al ala sur donde estaría su apartamento
—Bien—Suspiró Yuu resignado antes de darse un último vistazo en el espejo, esta vez no podía actuar como Yuu y lo sabía. Hoy iba a interpretar al príncipe de los demonios Damen de Tenebris mientras que Mikaela interpretaba a Laurent Frey de Verre
Si lo pensaba mejor parecía una clara referencia a una historia que había leído recién incluso el amor entre enemigos era parecido con excepción de que el ambiente fantástico era más notorio y el final de los amantes había terminado mal en el campo de batalla. Dejo aquel pensamiento mientras arreglará su cabello en una coleta baja y salía caminando imponente por los pasillos decorados para simular un enorme castillo imperial de época, algún empleado se encargaría de narrar más o menos el contexto del evento que se trataría de una actuación del baile de incógnito en él que el protagonista se encuentra por segunda vez con él príncipe de Verre ¡Verre! Casi era un guiño a Vere de "Él príncipe cautivo" pero que le iba a hacer no es como si él hubiera elegido el tema así que solo suspiró y se detuvo su paso al inicio de aquella enorme escalera adornada de forma exagerada con madera rojiza y una enorme alfombra de un oscuro color azul imperial.
—"Secondo incontro: Danza di due nemici mortali. Spero che l'evento vi piaccia" Segundo encuentro: Baile de dos enemigos mortales. Espero disfruten del evento—Habló un hombre con peluca de color gris cenizo, su vestimenta como el de un cortesano encargado de leer y revisar la lista de invitados. Él hombre tomó aire antes de anunciarlo— Damen Tenebris
Hizo su aparición frente a los invitados, solo había silencio escuchándose las pisadas del taco de su zapato sobre la alfombra, él azabache tragó saliva nervioso, no recordaba que las miradas de la gente fueran tan difíciles de afrontar aunque ahora mismo tal vez se estarían distrayendo con su vestimenta que particularmente no tenía ningún otro detalle de color claro, tal y como él nombre de su personaje era ahora una sombra. Bajo las escaleras con cierta cautela y con un leve asentimiento de cabeza indicó a la orquesta que diera inicio a la música, Mikaela tendría que aparecer desde la puerta de los jardines con el aura mágica que envolvía a su personaje en la historia. Sonaron las campanas que indicaban la entrada del rubio al salón y como predijo las miradas se desviaron de Yuu para posarse sobre algún forastero que venía de la puerta principal de los jardines tal como se tenía previsto aunque para el pobre corazón del azabache casi sintió desmayarse cuando vio al rubio caminar hasta él. Estaba consciente de que las luces blancas que disimulaban la luz de la luna lo cubrían dándole un aspecto casi etéreo, muchos de los presentes ahogaron el aliento cuando Mikaela se detuvo frente a Yuu