No existía nada que Mikaela odiara más que tener su ropa sucia, tal vez los sonidos demasiado fuertes porque le daban dolor de cabeza al tener un oído sensible y tal vez tener su cabello esponjado por no haberse puesto crema para peinar pero más que todo eso junto era el maldito olor de uvas fermentadas. No sabía que era o que tenían pero de un momento a otro se había visto derramar en el fregadero botellas carísimas de vino y luego lavar de forma maniática su casa solo por ese olor, no recordaba bien que lo había vuelto así solo asumió que la tradición de los Tepes con el vino lo había dejado hasta la coronilla de catas y pruebas de distintos sabores que ahora le daban ganas de vomitar, claro que cuando acepto la copa de vino de Yuu‐chan ni loco pensaba en escupirlo o rechazarlo de forma directa, prefirió aguantar las ganas de vomitar y tragar un pequeño sorbo para que Yuu‐chan no se diera cuenta de ese detalle.
Mal momento para estar en un almacén donde ponían los barriles de jugo de uva a fermentar y combinando que su vestimenta que antes había gozado de blanco ahora estaba color amarilla incluso dejo de molestarle la ropa andrajosa y arrugada porque bueno no es que tuviera mucha ropa encima de todas formas. La camisa manga larga estaba desabrochaba hasta la mitad y él pantalón ¿Pantalón? Bueno no sé acordaba donde estaba así que básicamente estaba en calzón que quedaba como un short ajustado para verano《Punto para Mikaela porque al menos el calzón no lo dejaba en tanta vergüenza》otra cosa que agregar, también tenía frío y al ser vampiro en la mayor parte de su naturaleza no es que su cuerpo despidiera mucho calor propio salvo en escasas ocasiones así que solo le quedaba resignarse porque tampoco podía salir de allí con el par de gruesas cadenas demoníacas sujetando sus extremidades detrás de su espalda ¿Razón? No sabía ¿Acaso debía preguntarle al responsable? No serviría, Chess era la típica persona que hacía de tontarrona cuando quería evadir algo ¿Tenia derecho a una llamada? Tampoco porque a la maldita de Chess no le importaba el dinero después de todo o al menos eso dijo ¿Podía arrastrarse hasta la salida y pedir ayuda? La maldita perra de Chess estaba frente a él sentada en una silla en ropa interior de encaje negro ¿Razón? Maldita sea era Chess; incluso en el trabajo hacía lo que se le daba la gana así que aunque lo intentara difícilmente podía hacer algo.
—No me haz dicho que hago aquí—Suspiró él rubio mirando a la pelipurpura con indiferencia, en algún momento de su vida la vista de su pálida piel, curvas perfectas y trasero junto a sus pechos perfectamente redondos con suficiente carne para agarrar le habría puesto caliente como las resbaladillas de metal al mediodía de una tarde de julio pero ahora no era capaz de sentir algo al verla en aquel provocador conjunto. La mujer sólo volteó a verlo con una aniñada sonrisa en su rostro— ¿Que le hiciste a mi hermana?
Aquella pregunta hizo aparecer en aquella mujer una expresión bastante inocente sin embargo en sus ojos habían un brillo maligno, ella solo se puso de pie y acomodó una silla frente a él antes de sentarse cruzando las piernas de forma coqueta. Él rubio trataba de pensar que tal vez era un truco por parte de ella después de todo Chess no era capaz de matar ¿O si? En realidad no quería saberlo ahora, había sido capturado por ella después de que escuchó un sonido tan fuerte que lo hizo desmayarse del dolor, demasiado conveniente para ella así que esa mujer aún recordaba su debilidad con los sonidos fuertes, la pelipurpura pareció pensar algo con detenimiento antes de hablar con amargura.
—Primero quiero saber ¿Por qué si Yuu se fue y te dejó en claro que no te quería fuiste a seguirlo?—Preguntó con una expresión de dolor— Sabiendo que yo siempre e estado para tí incluso cuando tu hermana te abandonó la sigues queriendo y sufriste en silencio solo yo estuve para tí ¿Por qué lo seguiste? Hizo su vida aquí ¿Que pensabas lograr?
Él rubio suspiró preguntándose lo mismo en su cabeza, no sabía realmente si tenía que responder esas preguntas, tal vez lo había seguido por no soportar estar solo o por saber si aún tenía una oportunidad, no podía recordarlo ya que en aquellos momentos solía dormir mucho, ir a terapia, comer algo ligero y volver a dormir. Hubieron dos personas que le dijeron que fuera por Yuu‐chan así fuera para darle su versión de todo pero en todo momento se había preguntado ¿Que le iba a decir exactamente? La hipnosis de su madre desenterró lo que podía ser un recuerdo o una invención de su mente para rellenar un vacío así que no podia confiar mucho en eso, había vuelto para pedir perdón y demostrarle a Yuu‐chan que estaba dispuesto a mejorar sus problemas de personalidad y dejaría su orgullo para pedir perdón. Aunque estaba en sus planes volver a Japón después de hablar con Yuu‐chan los niños lo convencieron de quedarse y cuando se había dado cuenta estaba haciendo para desayunar panqueques con crema batida y frutas para los niños después de ver a Yuu‐chan tomarse él solo cuatro botellas de vino y otras dos más antes de caer dormido murmurando cosas como "Si no fuera tan orgulloso le pediría a Mika que me empotre contra la pared" cosa que le sorprendería si no lo conociera bien. Fuera cual fuera el resultado Yuu gradualmente dejo su enojo para volver a como era antes, él se había resignado porque no podía odiar a Yuu‐chan aunque quisiera y así descubrió que era lo mismo para su azabache.