Si Yuu pudiera pedir un deseo y que este se cumpliera era al menos tener una silla de ruedas a la mano pero luego recordaba que llamaba mucho la atención y que su casa tenía escaleras, solo quería levantarse al baño porque su adorable abdomen estaba pegajoso lleno de su propio semen, alguna mezcla de sudor y saliva, ni hablar de cómo estaba atrás. No podía ni siquiera enderezarse sobre la cama y él responsable de eso yacia dormido profundamente con una sonrisa boba en la cara que le daba un aspecto angelical, su rubio cabello había vuelto a ser el dorado de antes y ahora tenía la piel ya no tan perfecta por los rasguños en las espalda, mordidas en los hombros y uno que otro chupetón que habían buscado camuflar las cicatrices de cadenas
—Mika despierta—Lo llamó él azabache con algo de vagancia pero él rubio siguió dormido balbuceando algo como "Cinco minutos más"
"¿¡Como que cinco minutos?! Lo voy a matar" Sentenció Yuu intentando levantarse y fallando en el intento sintiendo el dolor de casi una noche sin dormir, sexo desenfrenado y el maldito látigo de Mikaela pero en su defensa en aquel momento se había olvidado hasta de como se llamaba por él maldito de Mikaela y su voz sexy dando órdenes o él maldito de Mikaela y las esposas que no sabía exactamente de dónde las sacó y la lista podía seguir ¿En serio habían sido siete? Tal vez más porque al parecer Mika quería liberar los cinco años de abstinencia en una sola noche
—¡Tú bastardo despierta!—Gruñó Yuu de mal humor tratando de sacudir a Mikaela pero este solo terminó rodando y cayendo al suelo como un tronco
"¿Me estás jodiendo?" Se preguntó Yuu ya con una vena marcándose en su frente, escuchó un breve quejido
—Ugh si buenos días ¿Como estoy? Perfecto algo acalambrado, tal vez me excedí un poco—Murmuró Mikaela medio adormilado mientras se volvía a subir a la cama con cautela— Pero estoy bien ¿Dormiste?
"¿Que clase de pregunta retórica era esa? ¿En serio te golpeaste muy fuerte la cabeza?" Suspiro Yuu reprimiendo las ganas de agarrar una sierra eléctrica y abrirle el cerebro a la mitad para saber cómo funcionaban sus neuronas
—¿Me estas jodiendo? Ni siquiera puedo moverme—Se quejó Yuu mirando a la ventana, tomó aire en un intento por lucir calmado aunque el dolor de cadera lo estaba matando y en su escala de emociones el dolor lo llevaba a los ataques de ira con mucha facilidad — Mi anastasio fácilmente podría confundirse con el río Amazona con la cantidad de sustancias que están saliendo de allí así que antes de que se me salga el demonio ¿Podrías llevarme al baño? No quiero que los niños me vean gruñón durante su cumpleaños
Mika solo se sonrojo y asintió mientras se levantaba y cargaba a Yuu llevándolo en dirección al baño.
—Ah te agradezco en serio menos mal que Mahiru diseño esto con una bañera porque ¿Que sería de tu vida si no hubiera una?—Canturreo Yuu con una voz extrañamente dulce, él rubio rodó los ojos
—Tú lo pediste—Se defendió mientras abría la llave del agua caliente y esperaba a que se llenara, Yuu sintió una punzada aquella que indicaba que él rubio tenía razón, planeaba protestar pero Mikaela suspiró— Yuu‐chan acepta que tengo razón
—¡No te recordaba tan salvaje!—Excusó Yuu irritado y Mikaela sonrió divertido ante la situación
—Las otras veces me aguanté porque eras virgen y también porque estaba consciente de que necesitas de tus piernas pero no te preocupes los doctores dijeron que tienes una habilidad de curación rápida tal vez estés bien dentro de dos días—Le restó importancia mientras que Yuu solo murmuraba maldiciones antes de alzar la cabeza para mirar a Mikaela con algo de rencor
