Obviamente ellas después me iban a preguntar lo de la piscina con Theo, pero por ahora prefiero evitar el tema.
– Necesito saber algo – miro a Phoe – ¿Que es eso de que tuviste hijos? –
Ella se ríe.
– Solo nos besamos – se rasca la nuca – Pero pasa que Lane exagera todo –
– ¿Fue a la fiesta? – pregunto.
Ella asiente.
– No solo eso – habla Fiore – Sino que me los crucé cuando estábamos bailando con Halmet –
– Tú – la señalo – Me tienes que explicar eso –
Y ella como respuesta me hace burla.
– Todas tienen que contarme bien todo – qué estrés.
– Nos podemos juntar mañana – propone Lane.
– Por favor – habla Phoe – Necesito que Ophe nos cuente también lo suyo –
Las tres me miran.
– Vamos que tenemos clase – ignoro lo que dijeron. Realmente no quería decir nada.
Siento que es mejor dejar las cosas para mí y en el momento que crea adecuado, contarlo.
———
Horas después estábamos volviendo a nuestras casas. Parece mentira pero cuando menos te das cuenta la hora vuela.
Estaba todo normal, conas chicas habíamos organizado juntarnos mañana en el parque de la otra vez, así hablábamos de lo que pasó la otra noche.
Me da risa saber que ellas me dirán que pasó esto, aquello. Mientras que yo me caí en la piscina por culpa de Theo, estuvimos en el techo mojados, lo cual probablemente después me de un resfriado.
– Tú mañana no te salvas – Fiore me saca de mis pensamientos.
– No tengo nada que contar, en serio – miento.
Y como parece que el universo estaba en mi contra, no pasan dos segundos de haber subido al bus que Él sube también, me pareció raro porque suele ir caminando, pero cuando se sentó en un asiento pude ver que estaba fatigado.
Espero que se encuentre bien.
– Así que es ese – me dice en el oído Lane.
– Déjame decirte que… – habla Fiorella.
– Solo es mi amigo de la infancia – la interrumpo.
Phoebe me da una mirada rápida.
– ¿Por qué no nos contaste? – vuelve a hablar.
Suspiro.
– Porque no me parecía importante – me encojo los hombros.
– Si que importa – me responde Lane – Así podré hacerte burla –
Pongo los ojos en blanco.
– Aparte parece un esqueleto andante – dice.
Eso nos hizo reír a todas.
Pero hubo algo que me llamó la atención.
Theo se había bajado, y estaba apoyado en un árbol con su inhalador. Sabía que él tenía problemas para respirar.
Pensé en ayudarlo pero no pude porque el bus arrancó a toda velocidad y en un parpadeo ya estaba en mi parada.
Saludé a las chicas y bajé.
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Si existiera otro universo
RomanceDías de otoño, noches oscuras, cafés, árboles, vistas y estrellas. Palabras que son difíciles de congeniar, pero no imposibles. También suena raro decir que observando se puede llegar a descifrar a alguien. Ophelia y Theodore eran la prueba exacta...