Al otro día me desperté temprano porque me tocaba reunión con el grupo. Bajé a desayunar y mis padres se habían ido pero gracias a mamá tenía mí café.
– Hola amiguito – saludé a mi perrito.
Hacía tiempo que Luke no salía de paseo, así que tal vez esta tarde lo saque un ratito.
– ¿Estás ahí? – me sobresalte al escuchar a Phoe en mi puerta.
– Voy – ni siquiera podía hablar, tenía la boca llena de tostadas.
Abro la puerta y me doy cuenta que estaba lloviendo.
– Me estaba mojando ahí afuera – entra como bala hacia la chimenea.
– Te hubieras quedado así te mojabas, ya que no te bañas –
– Y tú deberías hacerte algo en ese pelo que ya está para que una paloma ponga huevos – entrecierro los ojos mientras hago que no la escucho.
– Como digas – hago una pausa – ¿Hiciste tu informe?–
– Oh no – abre los ojos como plato.
– Tranquila, hice dos por las dudas –
– Eres la mejor –
– Dime algo que no sepa – mi respuesta hace que ría.
Creo que habré dejado a Phoe dos segundos con Luke y ya estaba que se lo comía a besos.
– Bueno oye – me interpongo en su camino – Es mi hijo no el tuyo –
– Ajam como digas – me saca el dedo corazón.
– Phoe deberíamos irnos – sugiero. No quería llegar tarde al grupo.
– Vamos – agarra sus cosas – Las chicas también van temprano hoy, tienen laboratorio como yo –
Claro, porque Phoebe, Fiorella y Lane se habían anotado en un grupo que trataba la biología y solamente van una vez a la semana.
Nos dirigimos hasta la parada. Gracias a Dios que llevamos paraguas porque sino nos íbamos a mojar todas. Pero no pasó mucho tiempo hasta que llegó el autobús.
Tal y como lo imaginaba, Fio y Lane estaban a las carcajadas en el fondo. Tienen unas energías a estas horas.
– ¡Ophelia, oh por dios! – Fiorella era de esas personas que se emocionaba al verte.
– Hola sucia, ¿qué noticia sexual tienes hoy? – en cambio Lane era lo contrario.
– Agr ya detente con eso – pongo los ojos en blanco.
– En fin… – suelta Fiorella – Me enteré que Lauren y Nick se dieron con toda –
Estas chicas no se cansan de chusmear.
– Bueno eh, no empiecen a parlotear o me bajo – señalo la puerta.
Las tres asienten, y sorprendentemente se calmaron las aguas. Luego estuvimos hablando sobre los planes de la semana y decidimos juntarnos mañana a pasar la tarde.
– Podríamos ir al parque – opina Phoe.
– A mí me gusta la idea – levanto la mano en forma de votación.
– Vayamos a un prostíbulo – ofrece Lane.
– Una vez más y te juro que te arranco las chichis – se queja Fio, mientras Lane se las toca en forma de ofensa.
– Hagamos cualquier cosa – suelto.
– Un picnic, en la plaza, después vamos a comprar libros y batidos – Phoebe sabía que pensaba lo mismo.
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Si existiera otro universo
RomanceDías de otoño, noches oscuras, cafés, árboles, vistas y estrellas. Palabras que son difíciles de congeniar, pero no imposibles. También suena raro decir que observando se puede llegar a descifrar a alguien. Ophelia y Theodore eran la prueba exacta...