T R E I N T A

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viaje que tuvimos, nos dormimos todas.

Éramos las mejores sinceramente.

– Chicos – habla el director – Las chicas van a ir a la cabaña del norte y los varones al sur, pueden acomodarse como quieran y tarden el tiempo que sea necesario, pero a la noche haremos una fogata de Bienvenida –

Todos asentimos.

– Creo que será divertido – dice Phoe.

– Dicen que hay un lago, ¿será verdad? – le pregunto.

Asiente con la cabeza.

– Está justo enfrente de donde se van a quedar los chicos –

– Me interesa – bromea Fiore.

Reímos.

– Creo que es allí – señalo.

Y nos dirigimos hacia ese lugar.

– No está tan mal – Al entras Lane fué la primera en opinar.

– Yo duermo aquí – agarro la cama de abajo.

– Y yo arriba – dice Phoe.

– Tú ni se te ocurra sacarme esta –

– Yo llegué primera idiota –

Las semanas, los días habían pasado súper rápido, ya era viernes y nos tocaba irnos al campamento.

No tuvimos demasiados problemas con el viaje, la mayoría entregó los permisos a tiempo.

Yo ya había preparado todo, así que aproveché y bajé a desayunar con mis padres.

– Buenos días – mamá me da un beso en la frente – Aquí tienes –

Un hermoso y delicioso plato con medialunas con queso me recibió.

– Gracias – digo emocionada porque las amaba.

– ¿A qué hora salen hija? – mí papá aparece en la cocina.

– Emm – trago – A las once –

El mira el reloj.

– Ya va a ser  –

Abro los ojos como plato.

– No puede ser – salgo corriendo a buscar mis cosas con el café en mano.

No sé me cayó por suerte.

Una vez que tuve todo listo papá se ofreció a llevarme porque no trabajaba hoy.

– Que te vaya bien pequeña – me abraza.

– Nos vemos en unos días – bajo lo más rápido que puedo porque ya estaban todos por subir a los micros.

Visibilice a mis amigas en la fila, y automáticamente que me ven vienen a ayudarme.

Tenía la mochila que casi se caía, la valija en la mano y el café que no terminé con una medialuna en la otra.

– Hola loca – me saluda Lane.

Yo le lanzo un beso como respuesta.

– Vamos – nos apura Fiore – Que agarré estamos primeras –

Le hicimos caso porque ya nos estaban llamando para que vayamos subiendo y que nos acomodemos en los asientos.

Nos ubicamos y en todo el pequeños comienzan a pelearse.

– Bueno chicas – las interrumpo – Acomodemos todo –

No estábamos solas, en el mundo lugar habían más chicas, nada más que habían secciones de cuatro personas en cada lado, y milagrosamente pudimos estar nosotras juntas.

Si existiera otro universo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora