viaje que tuvimos, nos dormimos todas.
Éramos las mejores sinceramente.
– Chicos – habla el director – Las chicas van a ir a la cabaña del norte y los varones al sur, pueden acomodarse como quieran y tarden el tiempo que sea necesario, pero a la noche haremos una fogata de Bienvenida –
Todos asentimos.
– Creo que será divertido – dice Phoe.
– Dicen que hay un lago, ¿será verdad? – le pregunto.
Asiente con la cabeza.
– Está justo enfrente de donde se van a quedar los chicos –
– Me interesa – bromea Fiore.
Reímos.
– Creo que es allí – señalo.
Y nos dirigimos hacia ese lugar.
– No está tan mal – Al entras Lane fué la primera en opinar.
– Yo duermo aquí – agarro la cama de abajo.
– Y yo arriba – dice Phoe.
– Tú ni se te ocurra sacarme esta –
– Yo llegué primera idiota –
Las semanas, los días habían pasado súper rápido, ya era viernes y nos tocaba irnos al campamento.
No tuvimos demasiados problemas con el viaje, la mayoría entregó los permisos a tiempo.
Yo ya había preparado todo, así que aproveché y bajé a desayunar con mis padres.
– Buenos días – mamá me da un beso en la frente – Aquí tienes –
Un hermoso y delicioso plato con medialunas con queso me recibió.
– Gracias – digo emocionada porque las amaba.
– ¿A qué hora salen hija? – mí papá aparece en la cocina.
– Emm – trago – A las once –
El mira el reloj.
– Ya va a ser –
Abro los ojos como plato.
– No puede ser – salgo corriendo a buscar mis cosas con el café en mano.
No sé me cayó por suerte.
Una vez que tuve todo listo papá se ofreció a llevarme porque no trabajaba hoy.
– Que te vaya bien pequeña – me abraza.
– Nos vemos en unos días – bajo lo más rápido que puedo porque ya estaban todos por subir a los micros.
Visibilice a mis amigas en la fila, y automáticamente que me ven vienen a ayudarme.
Tenía la mochila que casi se caía, la valija en la mano y el café que no terminé con una medialuna en la otra.
– Hola loca – me saluda Lane.
Yo le lanzo un beso como respuesta.
– Vamos – nos apura Fiore – Que agarré estamos primeras –
Le hicimos caso porque ya nos estaban llamando para que vayamos subiendo y que nos acomodemos en los asientos.
Nos ubicamos y en todo el pequeños comienzan a pelearse.
– Bueno chicas – las interrumpo – Acomodemos todo –
No estábamos solas, en el mundo lugar habían más chicas, nada más que habían secciones de cuatro personas en cada lado, y milagrosamente pudimos estar nosotras juntas.
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Si existiera otro universo
RomanceDías de otoño, noches oscuras, cafés, árboles, vistas y estrellas. Palabras que son difíciles de congeniar, pero no imposibles. También suena raro decir que observando se puede llegar a descifrar a alguien. Ophelia y Theodore eran la prueba exacta...