Prólogo

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Saber que tienes que despertar para poder seguir un día más podría llegar a ser cansador, porque no siempre uno tiene los ánimos para hacerlo.

La gente dice que es normal a esta edad tener varias emociones encontradas, pero sinceramente no me acostumbraba a sentir eso. No suelo ser una persona que tira la toalla seguido, sin embargo últimamente eso se había hecho familiar en mí.

¿Cuál es el motivo?, no lo sé. Tal vez sí tenía idea de ellos, pero me costaba admitir en voz alta, ya que he sido testigo de algunas personas que se habían abierto a contar sus cargas emocionales y no han tenido demasiado apoyo.

Suelo esconderme en una sonrisa, en que todo estaba bien. Tal vez en mis chistes absurdos que solamente a mi mejor amiga y a mí nos causaba gracia. O se podría decir que me refugiaba en la música, mis libros y en alguna que otra charla que solía tener a diario con mis padres.

"Toda esta fachada es para no salir lastimada" me dije una y otra vez hasta que lo pude hacer parte de mi, no servía de nada ya que siempre algo mínimo me hacía maquinar cosas que la mayoría del tiempo no tenía sentido.

¿Mi vida?, solía ser pintada de la manera que yo quería que sea, no siempre salía como uno espera pero juro que a veces vale la pena.

Si existiera otro universo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora