U N O

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Recuerdo la primera vez que tuvimos contacto verbal, fue cuando yo apenas había cumplido los 8 años. Yo justo pasaba con mi madre por su casa, él estaba jugando con su avión de papel muy entretenido.

- ¿Efe ef un afión? - me daba ilusión acercarme a jugar con él.

-Sí - giró para mirarme de pies a cabeza.

- ¿Puefo fugar configo? -dije riéndome.

- Emm sí - desde que tengo uso de razón fue cortante con la mayoría de las personas que querían entablar una conversación con él. Era un niño, pero supongo que eso no ha cambiado en él.

Me olvidé completamente de mi madre, corrí hacia su lado para así podríamos empezar a jugar juntos. Ese día fingimos ser pilotos, él era el que manejaba y yo la azafata. Todo a su manera, cuatro palabras, una sonrisa de su parte cada tanto.

Los años pasaron y seguimos nuestra extraña amistad de dos niños que apenas sabían socializar, a él le costó más y yo siempre supe eso, sé que me fue difícil pero al menos en algún momento que ha estado conmigo pudo ser el mismo.

꧁ s ᴇ ɪ s ᴀ ɴ̃ ᴏ s ᴅ ᴇ s ᴘ ᴜ́ ᴇ s ꧂

Típico

El profesor de matemáticas tenía que mandar deberes un viernes ¿Para qué manda tarea si mañana era sábado?

No es como si nos fuésemos a olvidar cómo sumar o multiplicar ¿No?

Dejé mi mochila a una esquina de mi habitación, junto al armario. Ni que tuviera tantas ganas de saber sobre la escuela en estos momentos.

La verdad que estas semanas han sido catastróficas, hablando literalmente, fueron un desastre. Mis ánimos estaban por debajo del subsuelo y mis ganas de existir estaban por llegar al 1%.

Iba hacia la cocina para buscar comida, que cabe aclarar era mi consuelo cuando estaba triste, enojada o cansada.

Pero mi caminata fue interrumpida por unas grandes ganas de vaciar mi vejiga.

¿En qué momento había juntado tanto líquido?, si tan solo había tomado un vaso de agua.

- Qué misterio tan raro - bufé.

Me vi hablando sola mirando mi estómago en el espejo que estaba ubicado en la pared que está justo al lado de la puerta. ¿También había subido de peso?, definitivamente tengo que dejar de vivir a base de comida chatarra.

Sonreí mirándome en el reflejo, como suelo hacerlo siempre. Las personas que me conocen siempre dicen que mi sonrisa es sincera y única, evidentemente era bonita y no me iba a quejar. También suelen decirme que emano paz y confianza, lo cual me parecía correcto ya que eran sus formas de pensar. Otras veces me nombran como la "Tsunami", ni que fuera agua turbulenta.

Tuve que salir de mis pensamientos ya que mi madre había llegado del trabajo, a lo que supuse que tenía muchas cosas que contarme de su "primer día".

Dicho y hecho. Estuvimos hablando un buen rato sobre su día y el mío, el por qué el abuelo ya no está, el por qué seguía llorando por los libros, el por qué de mi cansancio a diario. Hasta el por qué la kiosquera le contaba a mí madre sus fracasos amorosos.

- Creo que me iré a dar una vuelta - aclaró ya casi a punto de abrir la puerta - ¡¿Quieres venir?! - gritó una vez que estaba afuera.

- ¡No gracias! - era verdad, no tenía ganas de salir a forzar una sonrisa mientras las chusmas del barrio hablaban de cómo estaba físicamente.

A decir verdad era una tarde fría de junio, prefería quedarme a leer que salir a hacer nada. Muchos me juzgan por siempre elegir quedarme antes que socializar, pero no podían entender la lucha que yo llevaba dentro.

Todos necesitamos un tiempo para nosotros alguna vez; la vida no tendría sentido para mí si no pudiera leer. Últimamente era lo único que me ayudaba a olvidarme del dolor.

Siempre que miro mis muñecas me reprocho, y ese pensamiento atormentador nunca me deja. Solo quería que dejara de doler; poder salir sin ser criticada hasta por la forma de respirar, ya que alguna que otra persona metía el típico comentario de "¿Por qué te vistes así?", " Deberías peinarte", "Unos pantalones apretados harían resaltar tus piernas".

Pero a pesar de todo sonreía, porque aparentar se sentía bien. Ya sé que uno tiene que ser como es naturalmente pero si somos realistas, las personas quieren que finjamos ser algo que no somos. A muchos les molesta la personalidad de uno, otros quieren que cambies cosas que son parte de tí solo porque a ellos les molesta.

Yo soy como soy, tengo caídas, tengo subidas, tengo fracasos y éxitos. No soy perfecta porque tengo defectos como todos. Aunque la sociedad quiera que seas algo que no eres, muestrales que aunque ellos quieren formar a alguien perfecto, tú eres imperfectamente única.


 Aunque la sociedad quiera que seas algo que no eres, muestrales que aunque ellos quieren formar a alguien perfecto, tú eres imperfectamente única

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Si existiera otro universo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora