𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 𝕿𝖗𝖊𝖎𝖓𝖙𝖆 𝖄 𝕺𝖈𝖍𝖔

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Ven esta noche
Ven al sitio del ogro
Ven a la batalla de los ogros
Los ogros aún están dentro
La montaña del espejo de dos vías
Tienes que mantenerte abajo
Justo fuera de la vista
No puedes ver dentro, pero ellos pueden ver fuera
Mantengan un vistazo
Los ogros están saliendo
Desde la montaña del espejo de dos vías
Están corriendo detrás
Y vienen por todas partes
No puedo ir al este porque tienes que ir al sur.

Canción: Ogre Battle
Artista: Queen
Álbum: Queen II, 1974.

Tristan, ¿Estás ahí? —habló John desde la radio.

Eran las diez de la mañana. Anoche, cuando el primer día de carnaval culminó, el grupo regresó al hotel y se quedaron conversando hasta altas horas de la noche.

La pareja estaba profundamente dormida. Brian dormía de lado en la parte derecha de la cama dándole la espalda a Roger, el joven estaba acurrucado cerca al cuerpo de su novio, con su cabeza escondida entre las sábanas y el cuello del rey, a la vez que lo abrazaba.

Tristan —llamó nuevamente.

Pero el rey ni se inmutó.

Maldita sea…

Brian se dio la vuelta y abrazó a Roger.

¡Brian! —gritó.

El mencionado se estremeció en la cama y abrió los ojos abruptamente, Roger gruño y dejó de abrazarlo, se volteó y le dio la espalda.

Se rascó el ojo izquierdo y agarró la radio que estaba en la mesa, presionó el botón verde y habló.

—Buenos días, Deacy —saludó con la voz ronca y los ojos cerrados.

Buenos días, ¿Noche pesada?

Brian rió y abrió los ojos.

—Para nada.

Llamaba para saber si todos estaban bien.

—Si. Todo está en perfecto orden —respondió y se sentó en la cama—. ¿Aún sigues con el mismo presentimiento?

Si, aún tengo el presentimiento de que ocurrirá algo inesperado, el problema es que no sé si es bueno o malo. Es la primera vez que ocurre.

—Lo inesperado sería que hay en el lago dónde está guardado el libro —respondió—. Veritas me dijo algunas criaturas, pero no estaba segura de cuántas habían en su totalidad.

Entiendo.

—Hey, ¿Cómo están ustedes?

Pues excelente, estamos en casa de Fred para desayunar.

—Mandales saludos de mi parte —dijo—. ¿Mis padres ya llegaron?

Les mandaré tus saludos. Y respecto a tus padres, aún no han llegado.

—¿Cómo está la nación? ¿Han cambiado los hechizos?

La Ciudad Oscura, Pòlux, La Isla y Polaris están bien, igual que el resto del país. Fred, Tim y yo hemos cambiado los hechizos de la barrera por las tardes.

—Nunca espero menos de ustedes.

Nunca hacemos las cosas a medias y lo sabes.

—De eso estoy totalmente consciente.

𝐓𝐡𝐞 𝐌𝐚𝐫𝐜𝐡 𝐎𝐟 𝐓𝐡𝐞 𝐁𝐥𝐚𝐜𝐤 𝐊𝐢𝐧𝐠 | 𝐌𝐚𝐲𝐥𝐨𝐫 (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora