𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 𝖁𝖊𝖎𝖓𝖙𝖎𝖘𝖎𝖊𝖙𝖊

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En la tierra donde los caballos nacidos con alas de águila
Y las abejas han perdido sus picaduras
Hay canto para siempre
Guarida del León con ciervos en barbecho
Y ríos hechos de vino tan claros
Fluye y sigue para siempre
Los dragones vuelan como gorriones por el aire
Y corderos donde Sansón se atreve
Para seguir, encendida, encendida, encendida, encendida

Canción: My Fairy King
Artista: Queen
Álbum: Queen, 1973


Brian se encontraba sentado frente a su escritorio en el pequeño despacho que tenía en la Casa Oscura, estaba a la espera de Lucy, John, Tim y Freddie, en unos veinte minutos tres miembros del círculo íntimo emprenderán su viaje al lugar donde nació uno de ellos, la nación de los magos y brujas. Las Tierras de Rhye.

Miró su reloj de muñeca y se percató que habían pasado siete minutos desde la hora en la que citó a sus amigos; comenzó a golpear la sólida madera con sus largos y delgados dedos, así canalizando la impaciencia que le provocaba la impuntualidad. Soltó un suspiró y tomó los sobres que reposaban en el escritorio, los pasó rápidamente entre sus manos hasta encontrar el que tenía escrito el nombre de su amado.

—Si tengo que dar mi propia vida para protegerte de cualquier cosa lo haré, te lo prometo —murmuró para sí mismo pasando uno de sus dedos en la caligrafía y pensando en Roger.

—Ya estamos aquí Bri, ¿Para que nos necesitas? —dijo Tim entrando al estudio sujetando una bolsa de tela azul verde, con Lucy y John detrás de él.

—John, Lu, Tim ¿Cómo están? —preguntó el rizado levantándose de la silla y abrochando el blazer que llevaba puesto.

—Bastante atareados. Dentro de un rato tengo una reunión en la Ciudad Oscura —respondió Lucy rodando los ojos.

—Mis sinceras disculpas por hacerlos dejar sus labores, no tardaré.

—No pasa nada Bri. Aquí te dejo la caja, tengo que irme de inmediato, Rami está en la academia con los nuevos aprendices —habló el inmortal poniendo la bolsa de tela en el escritorio, haciendo un pequeño ruido sordo contra la madera.

—Muchas gracias Tim, dale mis más sinceros agradecimientos a Arley, por favor.

—Claro, adiós Bri, que tengas un buen viaje.

—Gracias otra vez, Tim.

El joven de cabello y ojos castaños desapareció al instante, dejando a Lucy y John a solas, el segundo habló.

—Supongo que me llamaste por esto, ¿No? —confesó entregando un folder azul que llevaba en la mano al rey.

—Deacon, siempre siendo eficiente —contestó el rey con una sonrisa agarrando la carpeta y ojeando un poco su contenido. Era el informe de diciembre de Roger.

Había solicitado que los informes se escribirían hasta que el rubio cumpliera veintiún años, pero cambió de decisión, puesto que sería bueno seguir teniendo un registro de la evolución de Hemer en Sandmoor, involucrando el desarrollo de su magia y las clases particulares que le impartían Tim y Rami a diario.

—Nunca esperes menos de mi —respondió el ojigris encogiéndose de hombros.

—Jamás.

𝐓𝐡𝐞 𝐌𝐚𝐫𝐜𝐡 𝐎𝐟 𝐓𝐡𝐞 𝐁𝐥𝐚𝐜𝐤 𝐊𝐢𝐧𝐠 | 𝐌𝐚𝐲𝐥𝐨𝐫 (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora