𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 𝕯𝖎𝖊𝖈𝖎𝖔𝖈𝖍𝖔

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Treinta y cinco, treinta y cuatro
Significa que quiero hacer el sesenta y nueve contigo

Canción: 34+35
Artista: Ariana Grande
Álbum: Positions, 2020

Brian voló dos kilómetros hacia el hotel más cercano con Roger en sus brazos. Estaba agotado. Llegaron a una estructura en medio de un campo nevado, la cual se veía vieja y algo derruida, tenía aspecto de estar abandonada, pero el letrero de luces de afuera indicaba que no.

-¿Qué es esto? -preguntó el mortal mirando con una ceja encarnada la construcción que estaba ante sus ojos.

-Se supone que es un hotel.

-¿En serio lo llaman hotel? -el rubio miró a Brian y señaló el edificio que parecía querer caerse.

-Es el más cercano, hay otro a unos diez kilómetros -respondió el rey señalando detrás de ellos.

-Bueno, qué más da.

-Espera, déjame y te limpio la cara -abrió la mochila y sacó un pañito húmedo para pasárselo en el rostro retirando la sangre seca-. Así no pensarán que matamos a alguien.

-De hecho si pasó -rió y luego hizo un gesto serio-. Tú tienes, en la boca -le dijo señalando sus propios labios.

Roger tomó el paquete de pañitos húmedos de la mochila de Brian y sacó uno, lo pasó con lentitud por los pliegues rosados del mayor hasta retirar toda la mancha de ellos.

-Listo, ya está -le dijo guardando el pañito sucio en el bolso.

-Suelta tu cabello.

-¿Por qué?

Brian señaló su oreja inmortal y el rubio obedeció, acomodó su melena rubia con los dedos tapando sus oídos.

-Listo, te ves hermoso -confesó el rey tocando sus rubias hebras.

-¿O sea que con el cabello amarrado no?

-Te ves hermoso como sea, pero ahora más.

Nix sonrió y pasó su brazo izquierdo por los hombros de Hemer. Ambos entraron al edificio, el lugar era algo oscuro y lúgubre, estaba abarrotado de inmortales, características como cabellos de colores, pieles parecidas a las de un animal, fisonomías diferentes a las de un ser humano resaltan en todos ellos. Todas las miradas se fijaron en las grandes alas azules del rey.

El rey apretó a Roger y lo atrajo más a él, caminaron en torno a la recepción, en ese momento la recepcionista atendía a dos inmortales. Esperaron unos diez minutos hasta que los dos seres abandonaron el lugar.

-Bienvenidos al Hotel Riverside -habló una mortal sin cabello y piel azul.

-Buenas tardes señorita, necesito una habitación con dos camas.

-Lo siento mucho señor...

-Brian Manley -aclaró.

La inmortal lo miró extraña, su rostro le parecía conocido de algún lado pero no lograba ubicarlo de dónde, puesto que Brian se había hechizado a Roger y a él para que nadie reconociera sus caras y los olvidará cuando se fueran de allí.

-Señor Manley, la última habitación con dos camas no se encuentra disponible, los inmortales que estuvieron antes que usted la pidieron y era la única que estaba libre.

-¿Qué haremos? -preguntó Roger acercándose al mostrador.

-Hay una última y única habitación libre, está en el último nivel del edificio, tiene un baño, calefacción y una cama.

𝐓𝐡𝐞 𝐌𝐚𝐫𝐜𝐡 𝐎𝐟 𝐓𝐡𝐞 𝐁𝐥𝐚𝐜𝐤 𝐊𝐢𝐧𝐠 | 𝐌𝐚𝐲𝐥𝐨𝐫 (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora