-Ya han pasado 2 años...- dijo el hombre, ya mayor, melancólico- madre mía...- dio un sorbo a su copa de vino- y parece que fue ayer cuando os conocí a ti y a tu hermano- dijo acompañado de una corta risa.
El otro sonrió- Sí, ahora si soy un policía legalmente y no un "recadero"- dijo con una sonrisa, haciendo las comillas, tomando también de su copa- gracias a usted y a...mi padre- lo último lo dijo algo más seco, pero sin ser notado por el otro.
El hombre sonrió mirando al, ahora, adulto- Yo simplemente ayudé a un amigo- hizo una pausa- tu padre era un buen hombre...- volvió a mirar al joven- y tu has seguido sus pasos...él estaría orgulloso- el otro sonrió para ocultar sus verdaderos pensamientos.
-Gracias por todo de verdad...- agradeció dando el último sorbo a su copa y levantándose del sillón, quedando frente al hombre que estaba de pie- es una pena que hoy sea su último día- dijo con tristeza- yo que deseaba que trabajáramos juntos...- le dijo mirándole.
El otro sonrió agradecido- estoy seguro de que te llevarás bien con quien tome mi puesto- puso una mano en su hombro- debes continuar con la investigación por mí- apretó su hombro en señal de apoyo- encuentra a los hijos de puta que le hicieron eso a tu padre- su mirada mostraba determinación y apoyo.
-Tranquilo jefe, ten pon seguro que lo haré- le dijo con la misma mirada y después, con una sonrisa de despedida, salió de aquella sala.
Una vez que salió de aquella sala quitó aquella expresión tornándose a una más seria. Se limpió en el lugar donde el hombre había puesto su mano, y colocó correctamente la camisa que complementaba su traje de policía. En un suspiro se dirigió a los vestuarios para cambiarse, hoy no tenía más trabajo, ya que el jefe se jubilaba y los de su siguiente turno llegarían más pronto. Por una parte estaba aliviado ya que, a pesar de que este confiaba en él, era una molestia porque seguía investigando, pero gracias a que se jubilaba no podría seguir indagando más. Pero por otra parte, le preocupaba por el nuevo jefe de la comisaría, ya que no sabía quien era.
Al entrar a los vestuarios vio que estaba Volkov junto con Greco, los dos eran comisarios ya que habían sido ascendidos recientemente, con el primero tenía una relación formal, solo eran compañeros de trabajo, ya que el otro parecía desconfiar de los hermanos, pero al no tener ninguna prueba contra ellos no podía decir ni hacer nada. Con el segundo, tenía una relación algo formal pero amistosa. Para Toni, Greco, era un agente admirable, y era de los pocos que le caían bien.
Greco se giró viendo a Toni entrar, con una sonrisa le saludó- ¿Qué tal es ser un adulto?- bromeó mientras se colocaba la camisa de su uniforme.
Toni bufó, siguiéndole la broma- realmente agotador- hizo un gesto de secarse el sudor en modo broma, escuchando luego la risa de Greco. Toni se dirigió a su taquilla que estaba continua de la de Volkov, estos dos chocaron miradas.
-Priviet- dijo Volkov para luego cerrar su taquilla y salir de los vestuarios.
Toni lo siguió con la mirada, sin darle tiempo a contestarle, ignorando aquello, cosa que Greco no pasó por alto- ¿No te llevas bien con Volkov?- preguntó divertido mientras se desabotonaba la camisa de su uniforme.
-Que va- respondió sin darle mucha importancia mientras se cambiaba- ya sabes que Volkov es muy serio- dijo con una sonrisa, mirando a Greco.
Este asintió riendo- Tienes razón- cerró la taquilla- ¿No te quedas para la despedida del jefe?- preguntó viendo como este se cambiaba a su ropa de civil- te tiene como a un hijo, se entristecerá si no vas- le dijo en broma, soltando una pequeña risa.
Toni negó- Ya me despedí de él- hizó una pequeña pausa, cerrando también su taquilla- Tengo una familia que atender en casa- dijo también bromeando junto una corta risa.
-Cierto- le dio una pequeña palmada en su espalda de forma amistosa- saluda a tu hermano de mi parte- dijo con una sonrisa, despidiéndose cuando salieron de los vestuarios.
Su hermano era bastante conocido por comisaria, ya que este solía venir para traerle comida a Toni, esperarlo para que se fueran juntos, o para simplemente pasar a verle y así asegurarse de que está bien. Además de ser un Gambino... Los hermanos solían destacar por ese detalle.
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Abrió la puerta de su vivienda, se quitó los zapatos y directamente se dirigió al salón. Ahí estaba su hermano con un bol de palomitas y una película en la televisión, las luces estaban apagadas. Giró su cabeza al oír llegar a su hermano, este directamente se tiró al sofá,cansado, quedando a los pies del otro ya que estaba sentado con los pies puestos en el sofá. Carlo pausó la película y apartó el bol de palomitas, poniéndolo en la mesa que estaba enfrente, poniendo toda su atención en su hermano.
-¿Día duro?- preguntó mirando como este se colocaba en una posición en la que estuviera más cómodo.
-Ya se a jubilado- dijo refiriéndose al ex jefe y ex amigo de su padre- Oficialmente nadie investigará más- dijo en un alivio, ya que ese hombre estaba muy metido en investigar quienes eran los asesinos de su padre.
Carlo guardó silencio unos segundos- ¿Y el Volkov ese?- preguntó molesto al recordar a ese hombre.
-¿Qué pasa con Volkov?- preguntó con duda- Ese no tiene ninguna prueba contra nosotros- dijo indiferente al ver la cara de desconfianza de su hermano.
-Nose...me parece...- calló unos segundos para buscar la palabra correcta-...raro- dijo con el ceño fruncido- presiento que nos va a causar problemas- dijo seguro del presentimiento que tenía.
Toni suspiró cansado, incorporándose para ver a su hermano- Si es un problema yo mismo me encargaré- le dijo este tomando toda la responsabilidad- asique no tienes que preocuparte- dijo para después levantarse y estirarse- me voy a dormir que estoy reventao- se quejó saliendo del salón dirigiéndose a su habitación.
Carlo suspiró mirando como su hermano se marchaba, no estaba muy seguro de lo que le había dicho este.
