Toni iba a contestarle cuando entró el comisario García, este miró hacia la celda y la abrió mirando a Toni.
-Me cago en mi makina...- dijo una vez había entrado, viendo a Toni, a lo que este también le miró- pues si que era verdad que habías golpeado a un detenido- dijo suspirando y negando con la cabeza.
Toni apartó la mirada y García metió la mano en su bolsillo sacando de esta una llave, y después le quito la esposa a Toni.
-Gracias...- murmuró Toni levantándose sin mirarle a la cara, García desvió su mirada a Hai, que estaba mirando a los oficiales- ¿se encuentra bien caballero?
Hai miró a Toni, que estaba mirando a otro lado mientras se sobaba la mano donde había estado esposado, luego sonrió y mirando al comisario dijo- No se pleocupe estoy bien, no voy a demandale ni nada.
El comisario García le extrañó que no le fuera a demandar ya que, normalmente, todos los detenidos por la mínima cosa ya estaban demandando a los policías. No le tomó mucha importancia y salió de la celda junto a Toni. Cuando iba a hablar con el inspector entró un Salinas algo agitado por la puerta que se dirigía a las instalaciones fuera de las celdas.
-¡Toni por dios!- exclamó nervioso acercándose al mencionado- ¿¡Cómo que golpeaste a un detenido!?- le agarró de los hombros.
-Joder Salinas, relajate...- le dijo este molesto y apartando las manos de sus hombros.
García, que había visto todo, suspiró- Vamos a mi despacho a hablar sobre esto, que este no es el lugar...- dijo algo cansado y saliendo de la sala por la misma puerta donde había entrado Salinas. Salinas miró a Toni con nerviosismo «Lo van a despedir» pensaba con terror. Toni siguió a García, al contrario que Salinas este estaba tranquilo y a la vez distraído en sus propios pensamientos, cuyos pensamientos eran Hai.
Al llegar al despacho de García, este se sentó en su silla mientras que Toni y Salinas se sentaban en las dos sillas frente al escritorio.
-Mira García...podemos hablar esto, Toni le golpeó por una razón asique no tiene porque despedirlo, de verdad- empezó a hablar Salinas una vez que se sentaron, rápidamente y con nerviosismo, mientras que García le miraba una cara de confusión.
-¿Despedirlo?- habló este confuso- No voy a despedirlo- aclaró acomodándose en su silla- Jose ya me explicó lo que pasó- terminó de hablar, y miró a Toni, que seguía perdido en sus pensamientos ajeno a la conversación- ¿Toni? ¿Te encuentras bien?
-¿Toni?- le llamó Salinas tocándole el hombro, a lo que Toni reacciono y miró a los dos hombres.
-Si, si...solo...necesito descansar...- habló algo desconcertado tocándose la cabeza ya que le estaba empezando a doler- ¿necesitaba algo comisario?- le preguntó mirándole.
-Si necesitas descansar lo hablamos mañana, no te preocupes- le sonrió viendo como este se levantaba con un suspiro.
-Sí, deberías irte a casa- le dijo Salinas levantándose él también- le diré a Jose que te has ido para que se encargue de todo lo demás- Toni volvió a suspirar algo cansado.
-Esta bien, te lo encargo, gracias García- le dijo para después salir del despacho de este. Los otros dos, que le habían acompañado hasta la puerta, se quedaron mirando al inspector con una mirada con algo de tristeza.
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Aparcó y al salir se dirigió a la puerta, las luces estaban encendidas, suponía que su hermano estaba despierto. Necesitaba hablar con él sobre lo que pasó, pero su mente estaba en otras cosas que no sabía si sería capaz de concentrarse en la conversación. Al entrar y llegar al salón vio a su hermano que estaba viendo la televisión, este giró su cabeza mirándome confundido.
-¿Y eso que vienes tan pronto?- le preguntó confundido.
Realmente se había hecho tarde, eran como las 6, pero afuera ya era algo oscuro, ya que allí se empezaba a hacer oscuro algo temprano. Toni normalmente solía llegar sobre la 1 o 2 de la mañana, como muy pronto solía llegar sobre las 12 de la noche.
-Me han dado el resto del día libre- le contestó este todavía algo perdido y con una voz algo cansada, mientras se quitaba la chaqueta junto con la corbata.
-¿Pasó algo?- le preguntó este serio mientras lo miraba.
Toni suspiró- simplemente estoy cansado, me voy a ir a descansar- y después de eso se fue hacia su habitación, Carlo simplemente se quedó mirando, con el ceño fruncido, como su hermano se iba. No le insistió, tendrían una charla pendiente.
