Lᴏᴄᴏ ᴘᴏʀ ᴛɪ🥀

¿?

Un fuerte estruendo hizo que se levantara de golpe, algo asustado. No sabía cuanto tiempo había pasado, pero, por lo visto, se había quedado dormido. Intentó buscar su teléfono en la oscuridad, fallando en la búsqueda de este. Se levantó, con cuidado de no golpearse con nada, y fue hacia la puerta, la intentó abrir pero esta parecía estar cerrada. ¿Pero que cojones? Pensó confundido, había algo fuera que le impedía poder abrir la puerta.
Intentó una vez más, golpeándola, sin que le sirviera de mucho. Otro ruido sonó, pero siendo más flojo que el anterior.

-¿Carlo?- llamó en un tono elevado para que este escuchará, sin escucharse una respuesta.

Golpeó, esta vez, más fuerte- CARLO- gritó mientras golpeaba la puerta- joder- se quejó al no obtener ninguna respuesta.

Observó la habitación que aún estaba a oscuras, fue al interruptor pero este no funcionaba. Eso hizo que frunciera su ceño molesto, no entendía que estaba pasando. Buscó algo que pudiera servirle para abrir la puerta, su habitación estaba vacía, apenas tenía una cama y un armario, ya que este no necesitaba de más, porque tenía un pequeño despacho por si tenía trabajo para casa, asique no podía utilizar nada. Como última opción se le ocurrió patear la puerta hasta que esta se abriera, y así hizo. Un par de empujones y patadas y esta se abrió, soltó un leve quejido por la fuerza del último golpe, una silla había caído al suelo, supuso que eso era lo que impedía que pudiera abrir la puerta.
La casa estaba a oscuras y silenciosa, miró cada habitación sin encontrar nada, le pareció extraño, pero no más cuando se asomó por la ventana y vio que las calles también estaba a oscuras y silenciosas, era un barrio tranquilo, pero hoy parecía mucho más tranquilo de lo normal. ¿Se habrá ido la luz en todo el barrio? Pensó, intentando dar una razón a las oscuras calles. Se dirigió hacía la televisión, donde estaba apoyada en un gran mueble con cajones, abriendo estos para buscar, como pudo, una linterna. Cuando la encontró, la encendió, pudiendo ver con más claridad todo, apuntó con la linterna en todas las direcciones, buscando su móvil, encontrándolo en el suelo de la cocina, que conectaba con el salón, frunció el ceño extrañado, no entendía como había llegado allí, se agachó para recogerlo, encontrándose con la pantalla rota.

Una leve vibración salió del teléfono, cuando lo encendió, una llamada entrante de Jose apareció en pantalla. Aún algo confundido atendió.

-¡Jefe!- llamó rápidamente- ¿¡Dónde estás!?- preguntó sin darle tiempo a hablar, en su voz se podía notar nerviosismo.

-¿Qué...?- respondió aturdido- ¿Qué pasa Jose?- preguntó confundido.

-¿Está en su casa?- insistió, por lo bajo se podía escuchar un coche a altas velocidades, supuso que estaba conduciendo.

-Eeh...si- respondió sin mucha confianza- ¿qué pasa?- estaba siendo todo muy extraño.

-No hay tiempo- se pudo escuchar un derrape- no salga de casa, estaremos allí en menos de un minuto- y después de eso colgó, sin dejar al otro contestar.

-¿Qué cojones...?- dijo en voz alta confundido.

¿Cómo que estaremos?¿Jose y alguien más venían hacía mi casa? pensó extrañado por el comportamiento de este ¿Y por qué no debía salir de casa? Sintió un escalofrío, tenía la sensación de que algo malo estaba pasando.
Y entonces sus pensamientos se interrumpieron cuando escuchó el derrape de un coche, y un fuerte estruendo. A lo que Toni salió algo asustado hacia afuera. No le dio tiempo ni a mirar lo que había pasado, cuando vio como Jose y Anya corrían hacía él, empujándolo hacia dentro y cerrando de un portazo. Ambos con la respiración agitada. La puerta siendo golpeada fuertemente hizo que diera un salto en mi sitio.

-¿QUE COJONES?- grité exaltado, vi como Jose se ponía frente a la puerta para evitar que entrara lo que sea que estaba afuera.

-EL MUEBLE- gritó desesperado Jose, mirando hacia la cómoda que había justo al lado de la puerta.