Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 26. Cɪᴛᴀ

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Después de pensar en que mierda se ponía, optó por una camisa larga, la cual se arremangó, junto con un chaleco de un color marrón cenizo, unos pantalones elegantes y unos zapatos de traje. Se colocó frente al espejo y se puso la corbata, «Muy italiano» pensó «Bah, que más da» realmente había cogido lo primero que tenía en el armario ya que este solo tenía trajes y ropa elegante. Por último se coloco unos guantes que siempre solía colocarse cuando salía a la calle, y no estaba de servicio y con su característico uniforme. Agarró todo lo necesario, salió a por su coche y marcó en el gps la ubicación que anteriormente el chino le había mandado.

Observó bien el sitio al cual el gps le había llevado, frunciendo el ceño al ver una gran mansión frente a él, estaba posicionado frente a una gran puerta la cual se estaba abriendo automáticamente

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Observó bien el sitio al cual el gps le había llevado, frunciendo el ceño al ver una gran mansión frente a él, estaba posicionado frente a una gran puerta la cual se estaba abriendo automáticamente. No supo bien que hacer hasta que vio a lo lejos al chino, indicándole que entrara.

Una vez que aparcó, bajó del coche y se dirigió hacía Hai, que le veía mientras caminaba hacía él.
Por otra parte, Hai observaba con placer al italiano, verlo con esa vestimenta era una autentica gloria.

Una vez se posiciono frente al chino le observó, viendo que este llevaba una camisa remangada de color azul claro junto con un colgante de oro.
Su expresión, como siempre, era una sonrisa divertida, al contrario de la de Toni, el cual, como siempre, tenia una expresión seria.

-Te ves muy bien, Poni- le dijo de forma coqueta.

-Como siempre- le respondió serio.

Hai sonrió divertido- ¿Vamos a cenal?- decía mientras entraba a la mansión, siendo seguido por Toni, el cual fruncía el ceño.

-¿Vas a decirme lo que quiero?- le preguntó impaciente, no quería pasar mucho tiempo con aquel hombre.
Mientras caminaban hacía un salón, Toni, observaba con cautela todo.

-Tlanquilo Poni- llegaron al comedor donde había una mesa con unos platos de comida, todo estaba preparado- estalas hambliento...- le dijo mientras se sentaba, ofreciendo al otro a sentarse a su lado.

Con un suspiró se sentó en una silla que había justo al lado de la del chino. La verdad es que estaba hambriento, le seguiría el juego solo por conseguir lo que quería y en cuanto lo obtuviera se largaria de ahí cuanto antes. Observó el plato, «la verdad es que tiene buena pinta» pensó, y sin más comenzó a comer. Hai le observó con una sonrisa, comenzando a comer también.

-Y, dime Poni, ¿qué te gusta hacel en tu tiempo lible?- comenzó una conversación.

Toni frunció el ceño algo molesto- No tengo tiempo libre- respondió seco.

Hai rió levemente- ¿Segulo? No tlabajas las veinticuatlo holas- le miró mientras se llevaba un pedazo de carne a su boca- aquí puedes estal relajado...- le sugirió, para que el otro hablara.

Suspiró mirándole también- Si no trabajo...- hizo el esfuerzo- veo alguna película.

-Talvez otlo día podamos ver una juntos...- colocó una mano arriba de la suya, la cual estaba apoyada en la mesa. Toni se tensó, haciendo que parara de comer, iba a reclamarle con un enfado pero la repentina cercanía del otro hizo que se olvidara de aquello- estamos en una cita poni, debelías relajalte y sel más bueno- dijo en un susurro cerca de este.

Toni tragó en seco, evitando mostrarle sus nervios por la cercanía del otro. Ambos se observaban, uno reteniéndose por devorarle y el otro inquieto por las cercanías.

-Estás muy cerca, alejate- le ordenó. En un intento de alejarse hizo que acabara sentado en las piernas de Hai- que cojones- maldijo nervioso. Hai colocó una mano rodeando su cintura, acabando en su trasero, mientras que la otra le tiraba de la corbata, haciendo que su cara quedara a la altura de la suya- sueltame gilipollas- le insultó, apoyó las manos en su pecho para alejarse del otro. Ambos mirándose, Hai con deseo, mientras que Toni le miraba enfurecido.

-Lo siento Poni pelo he llegado a mis límites- le decía cerca de sus labios, suspiró con placer al ver como el otro se sonrojaba y fingía estar molesto. Toni se repetía en su mente que podía tener el control de la situación «simplemente tengo que separarme de él» pensaba, aunque sabía perfectamente que el control lo volvía a tener Hai, como aquella vez con el beso- porque...- dijo nervioso- ¿por qué coño haces esto?- apretó sus hombros, una vez más intentó separarse, por su mente pasaba la idea de golpearlo, pero sabía que no ganaría nada bueno haciéndolo.

-¿Tiene que habel una razón?- y sin más, sin que pudiera contenerse más, atacó su boca, sorprendiendo al italiano. Metió su lengua, saboreando cada centímetro de ella, devorándola con desespero.

-Mmhp- cerró sus ojos, intentó volver a separarse, pero ya había perdido, desde que aceptó aquella propuesta había perdido. Creyó que tenía el control, él siempre era tan inteligente y calculador...
Pero ese hombre le nublaba la mente.

Lᴏᴄᴏ ᴘᴏʀ ᴛɪ🥀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora