Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 9. ¿Qᴜᴇ́ ʜɪᴄᴇ...?

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Habían pasado ya 2 años, Toni, que ahora tenía 16 años se encontraba en el despacho del director, sentado enfrente del escritorio del mismo, con el ceño fruncido y la cabeza mirando a sus pies. A su lado, se encontraba su hermano Carlo, de ahora 12 años, también con el ceño fruncido pero mirando por la ventana que tenía a su izquierda. Frente a ellos estaba aquel viejo director hablando con su padre, el que tenía una cara de enfado y decepción. Los hermanos habían tenido otra vez una pelea, por eso iban a ser expulsados,
a lo que enfadaría mucho a su padre. Toni sentía entre preocupación y enfado, y Carlo simplemente estaba enfadado.

Un grupo pequeño de chavales habían ido a por Toni y él simplemente intento defenderse sin llegar a la violencia, pero todo se torció cuando su hermano llegó a defenderlo y para que no golpearan a su hermano tuvo que llegar a aquella violencia que no quería, así llegando a dejar muy mal a aquel grupo.

-No es la primera vez que sucede esto y esta vez han llegado muy lejos, lamento decirle pero, oficialmente, los señores Gambino quedan expulsados permanentemente- habló seriamente el hombre de mediana edad.

Hasta ahora las peleas no habían llegado a tanto, solo habían sido insultos y amenazas, por lo que solo habían tenido avisos de que podían llegar a ser expulsados y hoy eso mismo se cumplía al haber tenido aquella pelea a golpes.

En la cara de su padre se podía notar el enfado que tenía y más cuando miró a los dos jóvenes, fijando su mirada especialmente a uno.

-De acuerdo, lamento lo ocurrido, parece ser que no he educado bien a mis hijos- le contestó antes de salir, el hombre simplemente negó decepcionado mientras veía marchar a los jóvenes junto a su padre.

Al entrar a la casa, el hombre dio un portazo haciendo sobresaltar a los hermanos. Toni, sintiendo terror, se giró a mirar a su padre que lo miraba fijamente con su notable enfado, antes de que alguno de los dos dijera algo, notó como su mano fue agarrada para luego salir corriendo a su habitación gracias a su hermano. Cuando Toni pudo reaccionar miró a su hermano sorprendido.

-¿¡Qué haces!? ¡Ahora se va a enfadar más!- gritó este con algo de miedo.

-Te va a matar...- le dijo serio recordando la última charla que le dio su padre a su hermano.

-¡Me han llamado otra vez Toni! ¡Esta es la segunda vez ya!- gritaba enfurecido.

-Yo solo- fue interrumpido por un golpe en su cara, haciendo que su labio se rompiera y empezara a sangrar. Toni con dolor puso su mano donde anteriormente su padre le había golpeado.

-CIERRA LA BOCA CUANDO YO ESTOY HABLANDO TE HE DICHO- le gritó más enfurecido- ¡Yo no te he criado así!- volvió a gritar pero con un tono más bajo que el anterior.

Toni mantenía silencio aún con la mano en su dolorida mejilla, mirando al suelo con las lágrimas apunto de salirse.

-¿No quieres aprender por las buenas?- le dijo en un tono seco, que para Toni fue algo terrorífico, haciendo que levantara la vista con los ojos como platos, sintiendo terror cuando vio a su padre sacarse el cinturon- Quitate la camiseta- le dijo aún seco mirándole fijamente.

-Q-Que- tartamudeo por el miedo.

-¡Qué te quites la camiseta! ¿¡Estás sordo o que!?- le gritó ya colmando su paciencia.

-No...por favor...papá...- no pudo suplicarle más ya que su padre se acerco a él intentándole quitar la camiseta él mismo, siendo una dificultad ya que Toni intentaba alejarse lo más posible.

Su padre lo agarró- ¡Estate quieto!- le gritó con rabia, mientras Toni intentaba zafarse de su agarre. Al ver que su hijo no obedecía, le dio un rodillazo fuerte haciendo que Toni dejará de moverse y que tuviera dificultad al respirar por el duro golpe que había recibido, en ese momento su padre aprovechó a quitarle la camiseta para después soltarlo y que cayera al suelo, haciendo que Toni se agarrara fuertemente el estómago, intentando que se le aliviara el dolor. Al recibir ese fuerte golpe no pudo aguantar más sus lágrimas, y empezó a sollozar y tomar grandes bocanadas de aire, para que pudiera respirar. Su padre lo miraba con asco y enfado, para después agarrar el cinturón y prepararse.

Toni sintió terror al recordar aquel horrible recuerdo e inconscientemente empezó a temblar abrazándose para intentar olvidarlo, sintiendo los golpes que ese día había recibido

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Toni sintió terror al recordar aquel horrible recuerdo e inconscientemente empezó a temblar abrazándose para intentar olvidarlo, sintiendo los golpes que ese día había recibido. Carlo al verlo rápidamente lo abrazó preocupado, no pudo llegar a decir nada ya que un grito le interrumpió.

-¡Carlo! ¿¡Qué haces hijo!?- gritó mientras subía las escaleras para llegar a donde ellos estaban, Carlo se separó cerrando la puerta con pestillo- ¡Hijo, no tienes que hacer esto! ¡Estoy aquí, las amenazas de tu hermano no sirven si estoy yo!- intentó abrir la puerta una vez estaba frente a ella- ¡Abre la puerta! Seguramente la idea fue de tu hermano asique no tienes que preocuparte porque tú no vas a recibir ningún castigo- dijo seguro de lo que había dicho.

Carlo sorprendido y con los ojos como platos por las palabras de su padre, reaccionó enfurecido.

-¿¡Idea de mi hermano!? ¡Fue idea mía! ¡Mi hermano no quería violencia y yo no le hice caso!- gritó con rabia y con culpabilidad.

-No tienes porque mentir hijo- no pudo decir nada más ya que Carlo le interrumpió.

-¡Vete a la mierda!¡Eres una persona horrible! ¡Sé todo lo que le has estado haciendo a mi hermano y no voy a permitir que lo vuelvas a tocar!- después de eso hubo silencio, Carlo tenía una cara de odio hacia la puerta. Mientras que Toni seguía sorprendido por lo que había pasado.

«Se acabó» pensó Toni algo desconcertado.

-Oh, ya veo...- porfin habló su padre al otro lado de la puerta- Quería mantenerte de mi lado hijo...pero veo que no va a poder ser...- se le podía notar una pizca de decepción en su voz- Entonces...tu también recibirás un castigo- parecía un loco al decir aquello, y eso hizo que Carlo tuviera un escalofrío.

Su padre empezó a golpear la puerta para abrirla. Carlo rápidamente se giró con algo de terror, toda su valentía se había ido con lo último que su padre había dicho y la manera de locura que se podía notar en su grave voz, al mirar a su hermano vio como estaba sacando algo de debajo de su cama mientras temblaba. Se acercó para ver lo que era.
Era una pistola, la pistola de su padre, un disparo en la cabeza y te manda con el mismísimo San Pedro.

-Toni...- le miró con miedo, cruzando miradas con su hermano y viendo el terror y la inseguridad en aquellos ojos azules, pero algo que también pudo notar era la necesidad, aquella mirada expresaba que era el momento de tener que hacerlo.

-Carlo...- escucharon un fuerte golpe, lo que hizo que se miraran una vez. Aquella mirada fue suficiente para saber lo que tenían que hacer.

Lᴏᴄᴏ ᴘᴏʀ ᴛɪ🥀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora