Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 30. ¿Fɪɴ?

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Pestañeó un par de veces, abriendo la boca pero sin llegar a decir nada, dudando. Tragó en seco, y bajó su vista al suelo, sin permitir que Hai pudiera verle la, sonrojada, cara. El otro daba pequeñas caricias en la mano que sostenía. Colocó su otra mano en la mejilla de este, haciendo que levantara su vista hacia él, el italiano apretó con nerviosismo la mano que Hai le sostenía. Sus labios se juntaron en un beso suave, que Toni terminó por ceder, alargándolo. Hai hizo que Toni se sentara encima suya, lo que le permitió agarrarlo de la cintura, mientras continuaban besándose. Se separaron por falta de aire, ambos con las respiraciones alteradas, mirándose a los ojos. Los labios de Toni cuando se juntaron, lo que hizo que se pudiera apreciar una mueca de duda. Ya no había vuelta atrás, y él lo sabía.

-¿Qué mierda hiciste conmigo?- preguntó molesto cuando apoyo su frente en el hombro de Hai, tapando su cara contra su pecho, con sus manos a ambos lados, agarrándole la camisa, arrugándola. Avergonzado, ya que esto era nuevo para él.

A Hai ese gesto le pareció tan tierno, que no pudo evitar soltar una pequeña risa, abrazando al rubio con cariño- Mi quelido Poni...- murmuró cerca de su oído, mientras lo abrazaba.

Pasaron unos segundos más abrazados, hasta que ambos se separaron.

Toni miró serio a Hai- Aceptaré si cumples con lo que te pida.

La grande sonrisa ilusionada, y acompañada de un leve sonrojo, apareció en la cara del asiático, el cual se lanzó a besar al italiano, agradecido.
Toni lo apartó después de unos segundos constantes de besos, en su cara.

-¡Basta ya!- gritó apartándose y alejándose del otro- te advierto, soy una persona difícil- le dijo estando a unos pasos de separación, señalándole en modo de advertencia.

-Lo sé- respondió con una sonrisa pícara, aún sentado en el sofá, admirando al chico frente a él.

-Pagarás todo tú- ordenó, intentando que el otro se rindiera.

-Pol supuesto- respondió rápidamente con calma.

Toni mantuvo silencio por unos segundos, pensando, hasta que en su mente apareció lo más importante- a mi hermano no le gustará, si lo convences, entonces aceptaré irme contigo- finalizó satisfecho, su hermano era difícil de convencer cuando se trataba de él mismo, dudaba que Hai tuviera cualquier oportunidad de convencerlo.

-De acueldo- se levantó con una sonrisa de confianza, lograría convencer a Carlo Gambino.

El plan "Convencer a Carlo Gambino" había comenzado para Hai. Y por supuesto que no lo haría solo, necesitaba la ayuda de su fiel compañero, Igor. Había visto que estos se habían vuelto más unidos, a pesar de la personalidad de Igor. Ambos se veían bastante seguido, en las peleas, o en el taller que había dejado a cargo de este. Parecían tener una buena relación, asique intentaría convencerlo a través de él.

-Igol- lo llamó una vez que estaba en la misma habitación que él.

-¿Si amio?- respondió con su característico acento, prestando total atención al que consideraba como su "amo".

-Necesito que hagas una cosita pol mi- dijo con una pequeña sonrisa de lado.

Por fin llegó a su casa, encontrándose con su hermano nada más abrir la puerta de la vivienda. Su mirada seria hizo que supiera lo que iba a pasar a continuación.

-¿Dónde estabas?- preguntó seriamente, siguiendo con la mirada los pasos y movimientos del rubio.

Este suspiró- Tenemos que hablar- debía de contarle todo lo que estaba pasando, ya que de alguna forma u otra terminará por enterarse, asique prefería que se enterara por su propia boca, ya que Carlo odiaba que se le ocultaran cosas.

Lᴏᴄᴏ ᴘᴏʀ ᴛɪ🥀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora