CAPÍTULO 4

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Al día siguiente llegué temprano al instituto y como me esperaba, Gianluca ya estaba ahí. Lo llamé ayer por la noche para que me ayudará con los últimos detalles de un ideas que tenia en mente.

Pusimos manos a la obra al ver que nadie estaba en el estacionamiento ya que sólo estaban los autos de algunos profesores y nuestro objetivo. Teníamos que ser silenciosos si queríamos que nadie nos viera. Si nos atrapaban estábamos en serios problemas , y más ahora con las nuevas reglas del idiotadonis.
  En cuanto terminamos, tiramos toda evidencia posible y nos fuimos a un parque cerca de allí a esperar que se hiciera la hora de entrar a clases. Mientras más lejos del lugar de los hechos mejor.

-Me siento más liberada -dije mientras me tiraba sobre el pasto a mirar la hermosura de un cielo  con nubes sin forma.

-Mmmm- dijo Gianluca sin ningún tipo de expresión en su voz.

-¿Mmmm? ¿Qué clase de repuesta es 'Mmmm' ? -giré mi cabeza para verlo mejor.

-El director llamó a mi casa ayer para hablar con mis padres sobre mi 'conducta' y dijo que si seguía así tendría problemas para encontrar universidad- dijo mientras se acostaba a mi lado  mirando al cielo y poniendo sus manos detrás de su cabeza.

-A mí me dijo lo mismo - dije bufando, por dentro le rezaba a quien sea para agradecer que no llamo a mi casa.

-Sí -de repente se puso serio -creo que esta fue mi última broma -

- ¿QUÉÉÉ? ¡No puedes hacerme esto! - dije sentándome de repente. El no podía dejarme. Es como si me pidiera el divorció. No peor que eso. Pero puedo entenderlo.

-Lo siento Val pero tú tienes buenas calificaciones, te será más fácil encontrar una Universidad, para mí es todo lo contrario. Tendré suerte si entro en alguna ....- dijo soltando un suspiro

-Sí, supongo que tienes razón- es verdad a Gian siempre le costó mantener sus calificaciones.
Nos quedamos por un rato en el parque conversando sobre las universidades y analizando las opciones.
No pienso mucho en eso, antes pensaba que tenia decidido  que queria estudiar teatro, pero despues de lo que paso se que no.

Pero se muy bien que me tengo que dar prisa si no quiero quedar fuera de todas.

Volvimos a la escuela más tarde para afirmar nuestra cuartada.

Estaba triste por G pero tenía que entenderlo, supongo, me di cuenta que todos nos miraban así que supuse que ya sabían sobre nuestra pequeña broma.

Siempre que algo pasaba era nuestra culpa.

Estaba en Química cuando Susan apareció para llevarme a ver al director.

-Es la primera vaz que te veo tan seria Su, ¿qué pasa? -dije mientras caminábamos al despacho del director, llevaba un rato muy largo callada y no es normal. Si hay algo que tiene esta mujer, es que habla mucho.

- No debiste hacer eso, Valquidea -dijo pareciendo enojada.

- ¿Qué cosa? -dije con mi mejor cara de ángel.

-Éste hombre va en serio cuando dijo lo de los avisos - me dejó en la puerta del despacho del director tienes que tomarlo en cuenta.

Toqué la puerta con una melodía que estresaba a el ex-diretor

- ¡ADELANTE! -gritó.

Entré y el lugar seguía igual que antes, hecho un asco. No podía creer que no arreglará nada.

-Tendría que limpiar este lugar, es un asco - dije mientras me sentaba frente a él. Estaba más lindo desde la última vez que lo vi.

-No la cité para eso señorita Losier - dijo y pude notar en su voz el enojo, pero su rostro parecía tan tranquilo. Me molestaba.

-Por favor llámeme Val - dije poniéndome cómoda.

-Señorita Losier ¿recuerda lo que le dije sobre las tres oportunidades?- dijo. Dios, no tenía ni un rastro de molestia. Robinson a esta altura estaría más rojo que un tomate, gritando y sudando como una puta, pero él no.

-Siiiiiiiii -dije alargando dramáticamente la 'i'- ¿Y qué con eso?-

-Lo de hoy le quita una oportunidad -

- ¿Lo de hoy? -dije lo más inocente que pude. Nadie nos vio. No hay pruebas.

-Sabe de lo que hablo... -al ver que mi expresión no cambiaba, soltó un suspiro- las plumas pegadas en todo mi auto -

- ¡Dios mío! ¡Qué terrible! -dije poniendo mi mano sobre mi boca para darle más efecto a mi actuación- pero sigo sin entender qué tiene que ver su desafurtunado accidente conmigo - quería reirme a carcajadas sabiendo que no podría sacar esas plumas fácilmente.

-Usted fue la que lo hizo -dijo y se le empezó a notar el hueco en el entrecejo. Quería decir que lo estaba fastidiando, bien.

-No tiene pruebas -dije cruzandome de brazos.

-Tiene razón, pero las tendré -dijo con una sonrisa de suficiencia

El directorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora