Welcome to Tijuana (I)

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Ya es hora de tirar por la ventana 

los sacos de cemento y podredumbre 

que pretenden jugar a la costumbre 

y ganar con el as de la desgana. 

Ya es tiempo de arrancarme la mañana 

con este bisturí de fosa y cumbre, 

y orearme de una vez toda la herrumbre 

del rótulo de Welcome to Tijuana. 

Recuérdame, no obstante, el objetivo, 

Lector: que mis mochuelos en tu olivo 

hagan nidos de labio boquiabierto

cuando en versos hidrópicos me inmolo, 

sabiendo que sin Baco muere Apolo 

y todo es malbeber del desconcierto.

Contad si son catorceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora