El ansia de pecar que me sostiene (VIII)

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Comprendo que al abrigo de sus heces 

bien viva la existencia corrompida 

por siete callejones sin salida, 

sacramentos, axiomas y sandeces; 

mas yo, con mi pelliza antidioteces, 

me procuro una tierra prometida 

tratando de expoliarle a cada vida 

su milagro de panes y de peces. 

No existe finca asaz tras los cristales 

que sépame halagar, ni me entretiene 

el don de la abundancia ni su cuerno. 

Me reboso en pecados capitales 

y el ansia de pecar que me sostiene 

solamente se sacia en el infierno. 

Contad si son catorceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora