El fruto de la suerte (XVIII)

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La belleza es el fénix que revive 

del corazón percutor de la guerra 

que libra el morador contra su tierra

dando más que los dones que recibe. 

Como el agua se oculta en el aljibe 

y la espesura alrededor se aferra, 

consigue el hombre que en el pleito yerra 

acertar una paz que lo motive. 

Cuando el sino en el humo se relata, 

la vida que se merca se abarata 

y no es raro encontrar la mala muerte, 

raya el joven ranura a la esperanza 

al juzgar que entre tanta malandanza 

seguir vivo es el fruto de la suerte. 

Contad si son catorceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora