Bate siempre hacia el sur todos tus besos,
que el trópico consiente toda rosa
transformando la larva en mariposa
y en inocencia todos tus excesos.
Huye del cierzo vil de los aviesos
aunque su noche juzgues más hermosa,
que en el norte la luna es mentirosa
y el silencio te calla hasta los huesos.
¿Dejarás que el candor solidifique?
No detiene el glaciar un simple dique,
ni quedan mozalbetes en la almarcha.
En la hora banal del mediodía,
hallará tu rubor su mercancía
y sabrás que es mejor humo que escarcha.