Estar en equilibrio no es andar
estando plenamente equilibrado,
pues ninguna balanza en el mercado
hay que no haga a su dueño prosperar.
Pensar en equilibrio ni es pensar
como solo cavila el ilustrado,
ni como lo hace el tonto enamorado,
conjeturando sensato su amar.
Soñar en equilibrio no se puede
pretender desde nuestra realidad
que igualmente a mesura y sueño agrede.
Creer en equilibrio la bondad
es estúpido sin que la deprede
una ingente legión de iniquidad.