Silencios en el alma (XII)

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Sólo soy un vulgar cabo furriel

practicando el delito de cohecho.

Me he comprado un estado de derecho

con sacos de pañuelos de papel. 

He atrapado el efluvio de la miel 

que los años dejaron en barbecho 

con la trampa del ósculo maltrecho, 

con el cebo de un trozo del pastel. 

Volví a sentir palabras del jurásico 

y no alcancé a saber del desconcierto 

que antaño encorsetó mi afán más básico. 

Sólo escucho silencios en el alma 

cuando escupo mentiras al desierto 

que edifica su estrépito en la calma. 

Contad si son catorceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora