Capítulo 23, aún te amo

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—¡Así que ahora sabemos que el hombre del Why es nuestro enemigo, como equipo de batalla nuestro trabajo no es pensar teorías! ¡Auch! —Kohaku se quejo ante el golpe en su cabeza proporcionado por _________

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—¡Así que ahora sabemos que el hombre del Why es nuestro enemigo, como equipo de batalla nuestro trabajo no es pensar teorías! ¡Auch! —Kohaku se quejo ante el golpe en su cabeza proporcionado por _________.

—No solo se entrena el cuerpo, Kohaku, la mente también. Analizar al enemigo y crear estrategias es fundamental, y es algo que solo el equipo de batallas puede hacer. Hazme el favor de no subestimar a tus enemigos, tu impulsividad y el hecho de que actúes antes de pensar causa problemas como también el hecho de que no obedeces ordenes —la fulminó con la mirada causando que la rubia se sintiera pequeña—. No eres la líder del equipo de batalla, yo lo soy así que no arrastres a tus compañeros; los pones en peligro. Vuelve a desobedecerme y olvídate que eres mi aprendiz.

La ojiceleste la miro incrédula, pero la seriedad al hablar era mayor a la que normalmente usaba, no bromeaba

—Ahora, demuéstrame que no he perdido mi valioso tiempo entrenándote —señalo el "ring" que era cerca de un acantilado.

Sin más Kohaku y Kirisame comenzaron a combatir siendo imposible para los demás ver sus movimientos llegando a la conclusión de que estaban iguales. __________ seguía cada movimiento con sumo detalle como si estuvieran combatiendo a cámara lenta, su velocidad inusualmente era la misma, encontró varios errores en ambas, pero eran muy buenas. Kohaku mejoró notablemente, sin embargo parecía que la isleña en cuanto a fuerza bruta era superior a la rubia, aunque eso no quito el asombro de la pelinegra.

—¡Nop, ni hablar! ¡No, gracias! ¡Yo me marcho! —el rubio portador de la lanza salió despavorido llamando la atención de las mujeres.

—Luego lo atrapamos, su resistencia es muy mala y se va a cansar en dos minutos. Acérquense ambas —Kirisame al ver como Kohaku obedecía su llamado, la imitó—. Kirisame, sin duda eres una excelente guerrera y sorprendentemente igual de veloz que Kohaku, pero descuidas mucho tu lado izquierdo y en momentos bajas completamente tu guardia; confías demasiado en tu velocidad y eso te hace vulnerable —sus orbes verdes se abrieron en sorpresa como su boca—. Kohaku realmente mejoraste, pero en un momento descuidaste tu espalda, si no era por tu escudo hubieras sido derrotada y casi te tuerces el tobillo.

—¡Increíble!

—¡Ja! Te lo dije, mi maestra es la mejor. Me ha enseñado muchas cosas y ¡es nuestra guerrera más fuerte!. Nadie puede derrotarla, ¡incluso es más veloz que nosotras!

—¡Eso es imposible!. Por favor, quiero combatir contigo.

—Combatiré con ambas a la vez si atrapan a la rata que se escapó —su tono era sereno y frío mientras observaba la dirección donde corrió Ginro.

—¡Vuelve aquí Ginro! —ambas mujeres salieron en dirección del rubio, que estaba recuperando el aire por su anterior huida.

—No puedo creer que tenga tan mala resistencia —la ojiverde estaba incrédula.

Lazos efímeros (editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora